Capítulo XI

16 2 0
                                    

- ¿Negocios o coincidencia?

Me levanto de un salto al escuchar la alarma del despertador. Hoy iré al gimnasio, pienso. Hace mucho tiempo no asisto a mis entrenamientos, y si dejo pasar aún más días cuando por fin me decida a retomar me dolerá el cuerpo hasta lo más profundo de mi alma.
Me encamino hacia el baño y me paro frente al espejo. Mi rostro es un verdadero desastre (producto de una larga noche de sollozos), niego con la cabeza apenada al ver esa imagen mía y comienzo a arreglarme. Al cabo de una hora me encuentro lista para mi rutina de todos los sábados. Bendito gimnasio, que despejas mi cabeza de pensamientos no deseados.
Cojo las llaves del carro, mi teléfono celular, una botella con agua y me dirijo al ascensor. En el transcurso de bajada hacia el garaje, decido no coger el carro y caminar hacia gimnasio para entrar en calor.
Las seis calles que separan mi departamento del GYM se hacen un poco más pesadas que de costumbre. Afuera hace un poco de calor, y eso ayuda para que llegue al lugar con algunas gotas de sudor en mi frente.
Me dirijo a la recepción y saludo alegre a Dennise, la recepcionista. Es una morena alta, de cabello oscuro y ojos color verde esmeralda, de unos 35 años de edad. Es una mujer realmente hermosa, tiene un cuerpo muy bien estilizado por tantos años de gimnasia y pilates. En varias oportunidades hemos salido de copas, no sé si llegase a considerarla mi amiga; pero es una persona muy amable y atenta. Sonríe al verme y cruza el mostrador que nos separa para abrazarme.

-¡Oh, mi Katy, lo siento tanto!- me da un sincero pésame y un fuerte beso en la mejilla. -¿Cómo has estado?- inquiere mientras enrrosca su dedo índice en un mechón suelto de mi cabello.
-Bien Denn, con algunos altibajos pero creo que bien- respondo sincera con una pequeña sonrisa de lado.
-Bueno, si quieres salimos esta noche por unas copas- ladea la cabeza mientras me enseña sus perfectos dientes blancos en una sonrisa gigante.
-De acuerdo, quedé con Santi, así que puedes sumarte- le guiño un ojo. Hace años que Dennise hostiga a mi amigo para acostarse con él, aunque Santi es un fiel homosexual. Su sonrisa se ensancha aún más (si es que eso es posible).
-Perfecto. Hablamos a la noche cariño- me besa ambas mejillas con un beso en cada una. Me despido de ella con la mano y me dirijo a los vestuarios.

Cambio mi ropa diaria por unas calzas, un top deportivo y zapatillas Nike.

-¿Kat?- oigo una voz llamándome a mis espaldas. Me resulta tan familiar que por un momento me paro en seco. Me giro lentamente y él me observa espléndido, con una sonrisa radiante en su rostro que demuestra lo feliz que está de verme. Tardo unos minutos en reconocerle, pero cuando lo hago todas mis facciones se ablandan.
-¿Jared?- inquiero para confirmar si realmente es él. Asiente con la cabeza, elevando suavemente las comisuras de sus labios en una pequeña sonrisa y corro desesperada a sus brazos.

Jared fue muy buen amigo mío en la universidad, y luego de algunos años, salimos por un tiempo. Fue un período muy breve en una separación que tuve con Teo, pero fue una relación realmente linda y sana.
Él se ve muy hermoso, los años no le han sentado mal. Se lo ve más alto, su cabello un poco más oscuro y la barba bien recortada le da ese aspecto de hombre maduro, sus bellos ojos celestes siguen igual; se achican cuando sonríe y dan algo miedo cuando está serio. Realmente no ha cambiado mucho.
Jared me abraza al recibirme, sus manos son más grandes de lo que las recuerdo, abarcan gran parte de mi espalda al sujetarme. Ya no es un niño y se nota.
Mi corazón palpita con fuerza y deseo que él no lo note. Pero de pronto, al sentir el silencio que se forma en ese abrazo, poco a poco comienzo a oírlo: su corazón está más acelerado que el mío. Sonrío para mis adentros.
Por suerte nuestro breve noviazgo no acabó mal, él terminó de estudiar y se fue a vivir a Madrid, y yo volví como una arrastrada con Teo. Pienso por un momento que si hubiera tomado todas mis cosas y me hubiera ido con él, tal vez hubiera tenido un final más lindo.
Levanto lentamente mi rostro con algunas lágrimas que se han escapado, me observa y muerde su labio inferior. Él... Él es el bendito motivo por el cual me incomoda que los hombres muerdan su labio, pero este no es el caso. Una pequeña risa se escapa de mis labios, y en lugar de sentirme nerviosa o incomoda me siento realmente plena.

-¿Qué estás haciendo aquí?- pregunto curiosa.
-Vine por unos negocios, y aproveché que estaba cerca y decidí pasar a saludar a viejos amigos- la alegría en él es notable. -Estoy feliz que seas la primer persona que me encuentro- parece sincero al hablar. -¿Sigues viendo a Corinne, Megan y Santiago?- me sorprendo al ver que aún los recuerda y sonrío. Por un momento es cómo volver a la universidad.
-¡Por supuesto!- respondo efusiva. -Santiago trabaja para mí, sigue siendo gay, y es el mejor amigo del mundo. No te asustes si quiere ligarse contigo- bromeo. Jared niega con la cabeza y muerde suavemente la punta de su lengua, respiro profundamente y continúo. -Corinne vive en París y Megan en Roma. Nuestra amistad continúa por redes sociales, y de vez en cuando las he visitado, pero bien sabes que no es lo mismo- sus facciones se endurecen un momento y su rostro se pone un poco serio. -¡Ey!- lo regaño. -No lo digo por ti, si las cosas hubieran acabado mal entre nosotros no estaríamos teniendo está agradable conversación ahora- sonríe de lado.
-Me alegra saber que me recuerdas con cariño Kat, es una lastima no poder ver a las chicas, solo estaré una semana por Boston, luego debo seguir mi viaje- confiesa algo apenado.
-Bueno- digo cogiéndolo del brazo para que me acompañe con mis ejercicios. -Haremos valer cada puto segundo que estés aquí- casi siento que nada ha cambiado entre nosotros. A pesar de no ser más novios, siempre nuestra amistad fue sincera y bonita. Muerde brevemente su labio inferior y sonríe.
-Ok. Quiero una visita guiada exclusiva esta tarde, si no es mucha molestia- niego con la cabeza mientras río.
-Será un placer- respondo susurrando suavemente en su oído.

Jared inhala y exhala suavemente, parece que no quiere que lo note nervioso. Muerde su labio inferior y luego muy despacio la punta de su lengua. Mis ojos los observan atenta y por un momento me sumerjo en todos los recuerdos que tengo con él. Recuerdo exactamente el primer momento en que lo vi, fue en la clase de Italiano, él se ofreció a ser mi tutor. Cada vez que me oía parlare in italiano mordía su labio inferior seguido de la punta de su lengua, y aquellas clases particulares terminaban siempre en un sexo muy bueno y desenfrenado.

¿Será esto sólo negocios o una bonita coincidencia de la vida?

~

Hola hermosas aquí me encuentro de nuevo, les prometí no volver a abandonarlas y planeo cumplir con mi promesa.
Espero les este gustando la historia como a mí me gusta mucho escribirla.
En multimedia les dejo a Jared, si, Jared. Jared Leto en la vida real, y Jared en mi historia. Creo que el nombre es único y perfecto para él en la vida real o en la ficticia jajaja.
Las amo reinas, gracias por sus lecturas y su apoyo diario!! Nos leemos luego.

Abrázame muy fuerte (Hasta hacerme perder la Cordura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora