Capítulo XVI

14 1 4
                                    

- Deseo, deseo...

Mis manos comienzan a sudar y antes de poder reaccionar el teléfono comienza a sonar indicando una llamada: Es él. Por primera vez en años siento miedo de atenderle, la bilis sube por mí garganta.
No, no quiero hacerlo, no lo haré; no arruinará este perfecto día. Apago el aparato sin volver a pensarlo. Ya veré luego que hago.
La mano que se posa en mí cintura me descoloca y me estremece, Francesco se aproxima más hacia mí y el barman Johnny aparece con mí whisky (salvandome de mí misma) y lo posa frente a mí. Cojo el vaso y lo bebo de un solo sorbo.

-Sirveme otro, cariño- le digo al jovencito. Asiente con la cabeza y coloca el vaso junto con la botella de whisky sobre la gran tabla de manera, me guiña un ojo sonriente y continúa atendiendo a la gente que se aproxima.
-Recuerda que la última vez que bebiste tanto whisky no recordabas nada de lo sucedido- Francesco susurra a mí oído. Giro mí cuerpo para tenerlo de frente.
-Tal vez quiero quedar muy ebria- me aproximo un poco. -Y que algún caballero me tome en sus brazos, me lleve a su cama y me haga el amor desenfrenadamente- rozo el lóbulo de su oreja al hablar y puedo sentir como todo su ser se estremece. Sonrío divertida (logré mí cometido).
-El problema mí querida Kat, es que con una mujer como tu, podría olvidar por un momento que soy un caballero. Y no respondo de mis actos si desaparece mí caballerosidad- imita mí gesto al susurrar en mí oído y siento que me deja completamente desarmada. Jaque mate.

Sonríe satisfecho al darse cuenta que me dejó sin habla. Pero la cosa no le resultará tan sencilla, aún no olvido el mal trago de anoche, ni a Geovanna, ni que ni siquiera haya dado una excusa por haberse marchado de aquella manera.
Me sirvo otro vaso de whisky y nuevamente lo bebo de un solo sorbo (ahora sí comienzo a entrar en calor). Cojo la botella y la levanto frente a Francesco ladeando la cabeza, en ademán de pedir (y al mismo tiempo no) permiso para llevar conmigo la botella y unirme a mis amigos que se encuentran bailando muy divertidos.
Si tú quieres jugar, entonces juguemos...
Camino directo a bailar entre Dennise y Santiago, elevo la botella y mis amigos sonríen ampliamente. La música suena fuerte y las luces de colores comienzan su show (o tal vez el show sea en mí cabeza, a causa de la botella de whisky que bebemos) río y cierro mis ojos mientras bailo, salto y grito. Denn y Santi me abrazan fuerte y continuamos bailando así en un perfecto desorden, desincronizados, ebrios y fumados.
Unos brazos me sujetan desde atrás por mí cintura jalandome, me pega a su cuerpo y siento su respiración entre cortada sobre mí nuca. Lo reconozco al primer instante que sus dedos rozaron mí cuerpo, lo conozco tanto que a veces hasta me asusta un poco. Llevo mí mano hasta la suya que se encuentra sobre mí abdomen entrelazando nuestros dedos, ladeo la cabeza para darle espacio a que apoye su rostro en mí hombro y giro un poco la vista para así poder observarlo mejor. Jared sonríe deslumbrante y muy sensual, sus ojitos celestes un poco enrojecidos me dicen que también ha estado bebiendo bastante y aquello le permite soltarse de otra manera. Me gusta, siempre me ha gustado. Y en ese instante, con un porrito y varios vasos de whisky encima, lo deseo muchísimo. Pero no dejo que lo note en un cien por cien.
Niego con la cabeza mientras vuelvo la vista al frente, bebo un sorbo de bebida del pico de la botella y me suelto de sus brazos para tenderle el whisky a Santiago. Observo a Dennise y le pido que me acompañe al baño a través de gestos (ya que es imposible hablar a causa de la música fuerte). Asiente con la cabeza y me toma del brazo guíandome. Luego de la que parece la caminata más larga y difícil de nuestras vidas nos adentramos al baño de damas.

-¡WOW!- dice Dennise al poder hablar tranquilamente. -¿Es mí imaginación o tu amigo Jared quiere meterte en una cama en este preciso momento?- lo suelta sin más.
-No creo que sea solo tú imaginación- afirmo riendo. -Y creo que si no me detuviera el hecho de que Francesco se encuentra a tan solo seis pasos de nosotros dejaría que me lleve a dónde él quiera- muerdo mí labio inferior y bajo la vista un poco avergonzada.
-¡Ay, Kat! Pero yo estaría igual que tu- Denn se ríe y aquello me relaja un poco. -Jared es muy apuesto, relajado, divertido; puede sentirse su sex-appeal a kilómetros de distancia- se sonroja un poco. -Lo siento- abre el agua y se moja un poco el rostro. Aquello me divierte.
-No, por favor Dennise, no me molesta en absoluto. Tienes toda la razón. Jared siempre fue así, solo que con los años el fuego dentro suyo creció demasiado- confieso. -Y el problema no es ese, si no lo que a mí me pasa con Francesco- alzo la vista para observarla por el espejo que se encuentra sobre el lava manos. Ella me mira atenta, paciente. -¿A quién quiero engañar? Ni yo misma sé qué me pasa con él...- niego con la cabeza mientras lavo mis manos.
-Entonces debes descubrir que te pasa con esos dos bomboncitos- dice con énfasis en la última palabra. -Diviértete un poco mujer- rueda los ojos. -Prueba el chocolate y luego también puedes probar un poco la frutilla, o dulce de leche. El gusto que tú prefieras- se encoje de hombros divertida y me guiña un ojo, aquello me provoca una pequeña risita.
-Ok, vamos antes de que vengan a buscarnos con la caballería- la cojo del brazo tirándola fuera del baño conmigo.

La fuerte música vuelve a penetrar mis oídos y nos dirigimos nuevamente al tumulto de gente, esquivamos algunas personas ebrias y al cabo de un momento nos encontramos con Santiago y Jared en el mismo lugar donde bailaban hace un momento. Alzo la vista hacia la barra pero no veo a Francesco por ningún lado, lo busco con la mirada y no logro dar con él.

-Si estás buscando al muchacho "yo no soy un drogadicto" se acaba de ir con una mujer rubia de ojos verdes, con unas muy buenas curvas- dice Jared colocando una mano en mí cintura para luego hacerme girar y que lo mire de frente. Aquel comentario es como un balde de agua fría para mí, pero tal vez era lo que necesitaba para ver las cosas desde otra perspectiva. Sonrío de lado y le quito la botella de whisky de la mano.
-¿Acaso estaba pinchada?- inquiero juguetona, refiriéndome a la cantidad de alcohol que han bebido.
-Es que te escapaste de mis brazos, Katy- susurra a mí oído. -Y comencé a desesperarme al pensar que no ibas a volver- me observa fijo y una risa se escapa de mis labios.
-¿Eres tú o es el alcohol el que habla?- puedo ver cómo sus hermosos ojos celestes se oscurecen poniéndose de un azul más intenso. Muerde su labio inferior y niega con la cabeza divertido.
-¿Aún recuerdas la última vez que te vi?- inquiere achinando sus ojos mientras sonríe. Por supuesto que lo recuerdo.
-Prometimos que aunque pasaran muchísimos años, volveríamos a estar juntos algún dia- me sonrojo un poco al recordar. Pasé semanas enteras llorando porque no sabía cuándo volvería a verlo.
-Ven conmigo, Kat...- coloca ambas manos sobre mis mejillas y me sujeta fuerte mirándome directo a los ojos. -Vamos lejos, escapemos del mundo, dejemos todo lo que nos rodea atrás; y seamos solo tú y yo- puedo notar la sinceridad y el sentimiento en cada una de sus palabras y algo dentro de mí comienza a removerse. Me suelta de golpe y se disculpa. -No. Lo siento. No debí, no me hagas caso, debe ser el alcohol el que habla- sonríe tristemente de lado. -No quiero estropear esto. Realmente estoy feliz de estar con ustedes- besa mí mejilla de una manera única y se gira sobre sus talones para irse.

En ese momento lo veo. Francesco está entre la multitud de personas, y la mujer rubia se encuentra colgada de su cuello mientras besa sus labios. Mí corazón palpita con fuerza ante la escena y poco a poco comienza a desintegrarse...
No lo pienso dos veces. Tomo a Jared del brazo antes de que se aleje más y lo obligo a girar bruscamente para hundirme en sus labios como nunca antes lo había hecho. Su roce es suave y apasionado al mismo tiempo, tiene una extraña mezcla entre un buen whisky y menta. Me toma fuerte con ambas manos por mí espalda baja atrayendome aún más a él y me devuelve el beso como si no existiera un mañana. El aroma que emana de su cuerpo invade mis fosas nasales y me pierdo plena y completamente en él.


~

Mis bellaaaaas! He vuelto... Y de aquí no me mueve ni gendarmería jajajaja.
Saben todo lo que las amo, y agradezco que sigan acá, siempre esperando un nuevo capítulo.
De a poco nos vamos adentrando más en esta historia, espero que les esté gustando tanto como a mí me gusta escribir.
Nos leemos luego ❤️

Abrázame muy fuerte (Hasta hacerme perder la Cordura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora