CAPITULO 8
Continuación...
En la noche, ya muy tarde, cuando todos dormían se escabulló en la negrura de la noche y se acercó muy sigilosamente a la carreta.
Vió que no tenían agua ni comida, además estaban muy agotados, estaban tan cansados que de ser un indio de otra tribu los podría haber matado sin problemas.
Los vió tan vulnerables que se compadeció de ellos.
Muy en silencio les trajo agua fresca y frutos que recogió de los alrededores, también un gran pez que envolvió en hojas para que estuviera más fresco al amanecer.
Miró una última vez el hermoso rostro de la joven y se fue tan en silencio como había llegado.
Cada dos noches repetía esta acción y cada vez que se marchaba dedicaba unos minutos a observar en silencio a la hermosa joven.
Pasaron los días y los extraños de la carreta comenzaron a traer troncos y a improvisar una cabaña. Pues comenzaría la época de frío y sin un refugio adecuado morirían.
Una noche cuando Nube Negra les traía provisiones, la joven despertó y vió aquel hermoso rostro con ojos negros muy brillantes mirándola dulcemente, se sobresaltó pero no tuvo miedo, pues pensó que si él hubiera querido hacerles daño lo hubiera hecho mientras dormían y no les hubiera traído comida.
Él al darse cuenta de que había sido descubierto se sobresaltó y quiso huír, pero la joven le dijo: -" Por favor, no te vayas."
Nube negra se detuvo, y por un minuto se quedó de espaldas a ella como meditando qué era mejor, quedarse o huír a toda carrera.
Lo positivo que le hacía querer quedarse era que la joven no le tenía miedo, él no le representaba un peligro sino más bien seguridad y bienestar.
Se dió la vuelta y frente a él estaba la joven, radiantemente hermosa, la noche le daba a su blanco rostro un brillo angelical, con su cabello perfectamente trenzado y su vestimenta para dormir.
Cuando sus ojos se encontraron frente a frente fue un flechazo (ficticio, no se asusten jiji) directo al corazón de ambos.
Fue amor a primera vista.
-"Me llamo Eliza-" dijo suavemente la joven.
Pero no todo podía ser perfecto. El padre despertó y comenzó a llamarla, asustado al no encontrarla dormida en la carreta ( pues la cabaña aún no estaba terminada), ella presurosamente acudió al llamado pero no dijo nada de la singular visita.Cuando volteó su cabeza para verlo una vez más, allí estaba solo el silencio de la noche oscura que los rodeaba.
Desde lejos, escondido, la miró con ternura, y se alejó en silencio meditando qué debía hacer.
Nunca había sentido una sensación cómo esa en el pecho.
Parecía que el corazón se le iba a salir y le temblaba el cuerpo como si tuviera mucho miedo.
Pero esto era muy inusual en él ya que nada le provocaba miedo, había enfrentado todo lo que se debe enfrentar para ser un guerrero y más aún, era muy valiente.
Los días fueron pasando y cada noche Nube Negra visitaba a los extraños de la carreta.
Les llevaba comida y se quedaba horas con la bella joven.
Si bien el lenguaje era distinto, había algo en ellos que los atraía muchísimo.
No precisaban palabras para comunicarse, bastaba una mirada, un gesto, una sonriza y entendían perfectamente.
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Una de Vaqueros...
FantasyHace mucho tiempo en el Lejano Oeste... Él se llamaba Remington Cooper... y claro que con ese nombre no podía ser ni cobarde, ni modesto, ni poco inteligente, ni pobre, ni faltarle elegancia, ni sin el porte adecuado para que cualquier dama perdiera...