¡imbécil! [liam gallagher]

Capítulo IV

           

iv

Cállate ya

—El caso es que esa vez Paul se estaba sintiendo un poco mal del estómago así que no salimos a tocar —comentó Liam mientras ella le dibujaba formas medio circulares y ovaladas en todo el dorso de la mano. No le estaba ignorando, de hecho, asentía cada vez que Liam se tomaba una ligera pausa entre sus anécdotas y en ocasiones le sonreía si empezaba a decir malas palabras.

—Con Paul te refieres a... —preguntó ella deteniendo su actividad un momento.

—Arthurs —aclaró él—. Guigsy sólo estaba un poco nervioso.

—Ay ajá —dijo ella con una sonrisa sarcástica y siguió dibujándole en la mano—. De seguro a ti te dio miedo y mejor les dijiste que no salieran.

—Claro que no.

—Niégalo —se burló.

—Mira, niña grosera, uno de estos días vamos a tocar frente a un montón de gente y vas a ver que no me da miedo —aseveró el mayor y sonrió aceptando el reto que se había autoimpuesto.

—Si no me dedicas una canción no cuenta —ella curvó una de sus cejas y también sonrió, sería divertido que en realidad Liam cumpliese con lo que estaba diciendo. Ciertamente, Molly no lo conocía tan bien, pero estaba muy segura de que Liam podía hacer cualquier cosa que se propusiera.

—Te voy a dedicar See You In Hell de Grim Reaper —dijo él con naturalidad.

—Ay, qué tierno eres, Liam —respondió Molly con sarcasmo y entonces le sacó la lengua; al hacerlo, Liam se la agarró con el dedo índice y pulgar, prácticamente jalándosela más hacia afuera para que no pudiese hablar—. ¡Ya! ¡No hagas eso, qué asco!

—Sí, ¿verdad? Ya me infecté con tus babas —respondió Liam acercando sus dedos para limpiarse en la camisa de Molly, pero ella le dio un manotazo antes de que cumpliese su cometido. El menor de los Gallagher simplemente se limpió en la tela de su pantalón como si nada, en realidad no le daba tanto asco a como quería hacerle creer. Le daba igual, eso es todo.

—Tienes los dedos bien gorditos —comentó ella volviendo a lo suyo de rayarle los huesos de la mano, ahora estaba marcando los de la muñeca. De esa zona, eran ocho huesos en total. Pero ella decía la verdad, sólo utilizando dos dedos Liam había logrado agarrarle casi la mitad de la lengua, o tal vez habría sido más.

—O tú los tienes muy huesudos.

—No, yo creo que tú estás gordito.

—Y tú estás desnutrida.

—Gordo.

—Anoréxica.

—Obeso.

—Ya cállate y come —finalizó él agarrando una de las últimas galletas de su paquetito y se la metió a Molly en la boca de una forma algo brusca. No la lastimó, pero ella de todos modos le miró un poco fastidiada, procediendo a agarrar su plumón permanente otra vez, agarrando su mano entre las suyas y volviendo a dibujar en ella, masticando la galleta en un solo lado de la boca.

De alguna forma, Liam se veía muy interesado en lo que ella hacía, ya le había dibujado todos los huesos de la mano y la muñeca, ¿qué más tenía que hacer? Eso es lo que estaba por descubrir.

Ella procedió a escribir unas siglas o unas iniciales en minúscula por cada pequeño circulito que le había dibujado. Y ahora que Liam se fijaba bien, Molly tenía razón, sí tenía los dedos un poco regordetes. Pero no tanto como ella había señalado, cabe aclarar.