The Perfect Crime// Kai Anderson. [TERMINADA]

CAPÍTULO 22

Llegué a casa antes que Kai y todos. Me encerre rápidamente en la habitación con seguro, se que me iría mal, muy mal.

—¿Dónde estás? Sal ahora mismo—

Escuché la voz de Kai, parecía totalmente enfurecido. Y claro cómo se me ocurrió hacerlo.

—Si no sales en este maldito instante juró que te mataré mi amor— grito.

De verdad tengo miedo de esto, Kai cuando se enfada es un demonio. No quiero imaginar que me espera.

Cada vez escuchaba los pasos de Kai acercarse mas a mi.

Mi intento de querer permanecer callada fue en vano, mi estornudo invadió el lugar.

—Se que estas ahí mi amor, sal por favor—

Temerosa por lo que me esperaba decidi salir. Si no salía a arreglar las cosas con el me iba a ir peor lo sabia.

Me miró fijamente sin ninguna expresión en su rostro.

—Pideme perdón—

—Yo lo siento Kai— dije.

—Así no aceptó tus disculpas—

—Perdón en verdad Kai se que no debí hacerlo—

—Eres una estúpida— me dio una bofetada que hizo caerme al suelo.

Me tomó del brazo bruscamente y me tumbó a la cama.

—Te e dicho mil veces que no debes gritarme maldita estúpida— se posó sobre mi.

—Kai por favor amor perdón — una lágrima rodó por mi mejilla.

—¡No llores! No seas estúpida— me abofeteo nuevamente.

— Kai no lo hagas— grité al ver que en sus manos tenía un arma.

—Si no te callas te haré sufrir tan lentamente que suplicaras que te maté mi amor— beso mis labios.

De verdad sentía que moriría, definitivamente es mi último día de vida. Kai estaba tan enojado, sus ojos transmitía mucho enojo hacía  a mi.

—Amor— bese sus labios fuertemente.

El me siguió el beso ferozmente sabía que pasaría y claro que el puede tenerme cada vez que quiera aún así que quisiera matarme.

De un momento a otro estaba saboreando sus labios en todo mi cuerpo, sentí cómo el se adentró en mi sin decir absolutamente nada se empezo a mover rápidamente, sintiendo cada embestida.

Sintiéndolo a el, una y otra vez, mi propia respiración es tan dificultosa y jadeaba cada vez mas rápido por aire y me voy perdiendo en éste inmenso placer.

—Guarda silencio amor cuando no tengas nada que decir, cuando la pasión te mueva, di lo que tengas que decir, y dilo caliente— jadeo fuertemente en mi oído.