—Me pregunto a dónde fue papá.
—Probablemente se cansó del olor a caballo –se quejó Louis. Estaba viendo trabajar a Harry desde su posición en la valla de uno de los establos, con los pies colgando. Harry estaba teniendo dificultades para mantener los ojos apartados de él.
Había echado de menos la rutina del rancho y estaba disfrutando ensuciándose las manos de nuevo. Cepillar los caballos, sin duda era mejor que andar holgazaneando bajo la atenta mirada de Beverly hasta que Mark llegara.
—¿Incómodo? —preguntó Harry, sonriendo.
Louis lanzó una mirada al caballo que Harry estaba cepillando.
—Ellos siguen... mirándome.
Harry miró a Louis un largo rato, tratando de no reírse.
—Mirándote —alcanzó a decir.
Louis hizo un gesto al caballo.
—¡Míralo! Es como si supiera algo.
Harry se rio, y el caballo le imitó con un relincho, lo que hizo que riera más fuerte.
—Esa mierda no es graciosa, Harry.
—No estoy de acuerdo –respondió.
—¡Hola al granero! —la llamada resonó desde algún lugar detrás de ellos.
Louis se animó como un perro de caza ante un nuevo olor, Harry se enderezó al lado del caballo y miró hacia el centro del pasillo del granero.
—¡Aquí!
Un hombre delgado con un sombrero de vaquero caminó hacia ellos. El sol brillaba en el granero detrás de él, convirtiéndolo en una silueta sin rostro.
Louis se tensó y miró por encima del hombro para verle acercarse. Siempre estaba al borde en un territorio desconocido.
—Eh, estoy buscando a... —El hombre se detuvo a varios metros de distancia, donde su rostro quedó a la vista—. ¿H? Maldita sea, pensé que eras tu padre.
Harry se acercó a la puerta del establo.
—Mark. Ha pasado un tiempo.
Mark Masterson se quitó el sombrero. Su pelo rubio estaba cortado casi al cero y su barba de chivo recortada cuidadosamente. Dio un abrazo a Harry y luego dio un paso atrás, los ojos azules brillantes. Harry esperó, aprensivo. Mark no era exactamente una persona de mente abierta, a pesar de que era un tipo bastante decente. Annie no había estado segura de cómo iba tomarse la noticia de que Harry estaba involucrado con un hombre, pero habían decidido ir de frente y dejar que las fichas cayeran donde cayeran.
—Annie, eh... me contó lo que me perdí en la cena.
Harry se enderezó, cuadrando los hombros.
Mark volvió la cabeza para mirar a Louis de arriba abajo. Louis le miró fijamente, sin moverse, hasta que Mark se encontró con los ojos de Harry y asintió.
—Me alegro de verte feliz de nuevo, H. Durante mucho tiempo nos preocupó que no fuera a suceder.
Harry exhaló el aliento que había estado conteniendo.
—Gracias.
Mark miró a Louis y asintió con la cabeza, le tendió la mano.
—Mark Masterson.
Louis se la estrechó con la mano izquierda, aún desconfiado.
—Louis, este es el marido de Annie. Mark, este es mi compañero, Louis Tomlinson.
