Era una noche oscura y silenciosa cuando un muchacho de 16 años caminaba por primera vez en ese distrito. Por supuesto había oído hablar de él, era el distrito más "seguro" con lo respectivo a los Ghouls. Pero jamás había estado allí por su propio pie. Era algo peligroso caminar solo una noche como esa, pero al chico no le importaba, llevaba su quinque más preciado consigo, no podrían dañarle aunque quisieran. Aquel chaval no era un adolescente común, era parte de la CCG, lo que significa que estaba buscando Ghouls.
Su mirada se detuvo en un parque cercano, donde el agua del arroyo corría produciendo un sonido tranquilizante y los pájaros cantaban alegremente sintonías que solo ellos comprendían. Él decidió sentarse en un banco cercano al arroyo, que además estaba de frente a la inmensa luna que iluminaba ese parque.
Unas calles más apartada se encontraba una chica de pelo plateado, tratando de escapar por la ventana de un edificio, llevaba un vestido negro con vuelo, que le llegaba por los tobillos y unas manoletinas del mismo color. En su mano derecha portaba una máscara Ghoul Blanca que no dudaría en ponerse si algo sucediera.
Salió por la ventana y cayó de pie con la agilidad de un gato, justo en la entrada de aquella cafetería, sin embargo dio media vuelta y se dirigió a ningún lugar en concreto, escondiendo su máscara en un bolsillo oculto de su vestido.Anduvo unos minutos más cuando se encontró un bonito parque solitario, la chica estaba exhausta y decidió parar allí, a relajarse con el agua del arroyo. Observó su reflejo en las aguas cristalinas y suspiró, se sentó en la mullida hierba sin dejar de verse en el agua y con una mano, alcanzó a tocar su propio reflejo en el arroyo.
—¿Qué se supone que tendría que ver?—suspiró refiriéndose al reflejo borroso que le ofrecía el agua.
—Yo veo a una muchacha hermosa, que parece tan perdida como yo—dijo una voz detrás de ella
La platinada se asustó y giró rápidamente la cabeza para mirar detrás suya, encontrándose con la imagen de un chico con el pelo blanco y muy pálido, con los ojos rojos, tenía su pelo recogido en pinzas formando el número 13 (número romano XIII) velozmente se percató de que llevaba marcas de costuras en su brazo derecho.
La muchacha dio un grito y, tropezándose, trató de alejarse lo máximo posible de él.
—Tranquila, no voy a hacerte nada, me llamo Juuzou, pero puedes llamarme Juzo—la platinada se dio cuenta de que era humano, y curiosamente desprendía un olor muy dulce. Menos mal que hace una semana había comido, porque si no, se lo habría comido ya de tal olor.
—S...Soy Gi...Gina—tartamudeó la muchacha levantándose del suelo y sacudiendo su vestido de restos de hojas y tierra—¿Y qué haces por aquí? Ya es muy tarde—preguntó Juzo perspicaz.
—¿Qué haces tú por aquí?—recalcó en su frase la palabra "tú" alzando una ceja y sonriendo de lado
Aquel gesto le pareció increíblemente atractivo para el peliblanco, que gracias a su pálida piel se pudo notar su sonrojo. Sin contar que aquella chica en si, le parecía la más hermosa que había visto nunca y su vestido que, de cierta manera, se le hacía algo provocativo a pesar que no enseñaba nada de más.
—No puedes contestar con otra pregunta--se quejó de broma el de ojos rojos.
Gina soltó una risa que a oídos del muchacho era melodiosa. Así continuaron hablando, durante toda la noche sin descanso. Gina recuerda que hablaron sobre los puntos de Juzo.
« —Oye, ¿cómo te hiciste esas costuras?—
Recuerdo haberle preguntado por ellas, la luna ya estaba en lo más alto y pude verlas con claridad
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No soy un monstruo / Tokyo Ghoul
Fanfiction(Concluida) Otra víctima inocente volverá a protagonizar este relato, el destino tiene una historia distinta que contar... La CCG está cada vez más cerca de destruir por completo a los Ghouls. El Anteiku sigue luchando, pero todo se les va de las m...