Cinco

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- Dicen que el príncipe Daven es muy apuesto, ha librado muchas batallas, su valor es innegable ... ha venido con 4 mil hombres a tu compromiso y le ofrece a tu padre hacerte feliz.- dice mamá mientras me acomoda el cabello.

Desde que he despertado se ha encargado de prepararme para el día de hoy, según ella debería estar hermosa para el príncipe, y por eso llevo un vestido de terciopelo azul que no me deja respirar.

Ella está distinta, parece haber olvidado la razón por la cual no me hablaba, o tal vez se dió cuenta de que me voy a ir para siempre.

- ¿por qué él?- le pregunto.
Me mira a los ojos durante unos segundos y sonríe.
- Estás preciosa, Arianne.- me dice sin responder mi pregunta.

No es cierto, me veo en el espejo de marco de oro que hay en mi habitación para encontrarme con una simple chica de cabellos dorados como los de papá y unos ojos verdes como los de mi madre, sólo que los míos lucen apagados.

- No quiero hacer esto, no quiero irme de aquí nunca.- le digo.
Su semblante cambia, se le tensa la barbilla y líneas se forman en su frente.
- Debes hacerlo. Él no lo sabe... si me preguntas por qué, pequeña, esa es la respuesta... Estarás a salvo mientras nadie más sepa tu secreto, mientras nadie más vea la oscuridad que escondes.
- ¿¿dime qué soy??- le pregunto cogiéndole la mano y obligándola a verme a los ojos.
- Ya no sé qué eres, Arianne... Ya no puedo verte sin verlo a él, no puedo mirarte sin sentir sus ojos sobre mí, no veo a la niña que corría por el castillo sin medir los peligros... Ha despertado en tí, y tú eres él, su poder sólo nos traerá desgracias, la maldad que alberga su corazón te va a consumir... Y lentamente dejarás de ser lo que un día fuiste si lo dejas salir...- dice con la voz llena de miedo y lágrimas en los ojos.
- ¿así que debo casarme con el príncipe Daven y fingir que no hay algo malo en mí?¿ignorar la voz que me habla en la mente y sólo pensar que no existe un demonio en mi interior?
- Tienes que hacerlo. Necesito que me prometas nunca contárselo a alguien, prométeme que no le harás caso, y que no lo dejarás salir ni por un momento.- dice muy seria.
- Te lo prometo, madre, mientras aún quede vida en mí...no dejaré que él salga.
Sonríe con tristeza, se limpia los ojos, me da un abrazo y logra recuperar la compostura.
- Vámonos sino tu padre se enfadará aún más contigo.

Salimos de mi habitación y me guía por el gran salón ante la atenta mirada de los nobles señores y las distinguidas damas, el Rey está situado en la parte más alta sobre un imponente trono de pino bañado en oro, con la corona en la cabeza se ve muy diferente, más atemorizante.
A su derecha se sitúa el mismo apuesto joven de rizos castaños que impidió que cayera hace unos días, viste un hermoso jubón con una estrella bordada con hilos de plata en el pecho. Me mira con diversión en los ojos, y yo sólo lo observo incrédula.

- Ser Daven Silverstar, príncipe de Rossford.- anuncia un hombre con el mismo emblema de la estrella plateada.
- Es un placer por fin conocerla, Arianne.- dice el príncipe Daven con los ojos fijos en mí, y una sonrisa en la boca.
Mi padre debió ver algo en su sonrisa porque no pudo evitar preguntarle:

- ¿Habéis visto antes a mi hija, príncipe?
Antes de que el joven pudiera decir algo, hablé.
- No, es la primera vez que nos vemos, padre.- le miento.

Y el compromiso ocurre sin que me dé cuenta. Todos sonríen menos yo. Mi mente vuela a otros lugares... No me importa realmente esto. No es más que...

<<Muerte... ¿sientes su olor?, pequeña...el príncipe apesta a maldad.>>

Lo observo durante unos minutos, mientras baila con mamá, mientras habla con todo el mundo... No parece malo, al contrario todos lo observan como si fuera muy agradable.

<<Te equivocas... es sólo mi prometido... No hay algo malo en él.>>

No oigo de nuevo su voz por un largo tiempo, sólo cuando la ceremonia está a punto de terminar. En el preciso instante en el que deposito la gran espada en las manos de mi futuro esposo.

<<Yo nunca me equivoco...>>

EL DEMONIO DE UNA SIMPLE PRINCESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora