Amor propio (Tiffany) pt. 2

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—Eres una tonta —Stephen regañaba a Tiffany mientras revisaba su tobillo y le daba masaje para revisarla, estaban en su sofá— no debiste hacer eso

—Y tú no tienes que hacer esto, sólo dame algo para el dolor y todo estará bien— la rubia respondió intentando apartar su pie de las manos de Stephen

—Tienes un esguince de primer grado, no podrás caminar bien por un tiempo— empezó a poner vendas alrededor de su tobillo

—¿eres médico?

—No, pero tengo una larga vida, he aprendido de todo un poco, medicina es una parte. —terminó de vendar— Listo.

—eso es lo que me gusta de ti —Tiffany sonrió— es muy interesante hablar contigo, nunca me aburro y me encanta escucharte, sabes... casi de todo

Stephen se hubiese sonrojado si estuviese vivo, pero solo sonrió

—es la primera vez que dices algo parecido, ¿es lo único que te gusta de mi?  Dime más— Stephen se acercó más a la rubia logrando que ella si se sonroje, ella se cubrió la boca para ocultar su sonrisa, de pronto sintió calor.

—¿Por qué la casa de un vampiro es tan calurosa? —ella intentó cambiar el tema— ¿puedes apagar tu calefacción?

—no tengo calefacción— Stephen se burló —pero si tienes calor... puedes ponerte más cómoda —sugirió tomando el cierre del suéter de Tiffany y comenzó a bajarlo, notó que el palpitar de la rubia estaba acelerado y que estaba inmóvil sosteniendo el aliento.

Para lograr una reacción por parte de ella, la besó.

Pocas veces Stephen podía besar a Tiffany, ella era demasiado tímida o distraída como para dejar que suceda un beso entre ellos, y cada que la besaba podía sentirse vivo de nuevo.

Con la pasión de ese beso en la soledad y silencio de su sala despertaron sus instintos, él quería más. Se inclinó hasta que se recostó sobre ella sin interrumpir el beso, Stephen temía que si dejaba de besarla ella lo detendría y se iría, o cambiaría el tema. Deslizó el suéter por sus hombros, los latidos del corazón de Tiffany golpeaban su pecho, Stephen podía sentirlos y con ello... el olor a sangre.

Con delicadeza y lo más lento posible, Stephen acariciaba la cintura de Tiffany, logrando gradualmente deslizar su mano bajo su blusa, pero no duró mucho, su pasión fue reemplazada por preocupación, Tiffany estaba herida en su vientre, se levantó para revisarla, lo primero que pensó fue que ella se había auto-lesionado otra vez, en un lugar donde nadie pudiera darse cuenta, pero no era eso... Esas heridas eran recientes, y eran parecidas a la de su mejilla pero más graves, esa era la razón por la que el olor a sangre llenaba la habitación.

—También te lastimaste aquí —Stephen acarició su vientre.

Tiffany se levantó y miró su herida

—con la adrenalina ni me di cuenta... ¿te molesta la sangre? ¿No te dio... 'sed'?

Stephen rió mientras hacia un gesto de negación

—Ya te dije, he vivido muchos años, en todo ese tiempo aprendí a controlar todo, la sed, la velocidad y la fuerza ¿Cómo fue que te heriste? —Stephen quiso saber mientras buscaba de nuevo su botiquín de primeros auxilios —ahora que lo pienso... tu ventana es alta...

—Trepé por la ventana y después me colgué por los bordes de mi casa hasta llegar a una rama del árbol que soporte mi peso... bajar del árbol fue más difícil de lo que creí, pero Darren lo hacía ver tan fácil ouch—se quejó cuando Stephen comenzó a desinfectar la herida— mi pie se resbaló, me deslicé por el árbol, supongo que la corteza me provocó todos estos rasguños y caí al suelo.

—Quítate el suéter, debes estar herida de los brazos también. —Stephen ordenó, y tenía razón, las peores heridas estaban en sus brazos —No sé si conmoverme porque hayas hecho esto por mí o enojarme por arriesgarte—El vampiro suspiró y comenzó a desinfectar esas heridas también

—Puedo hacerlo sola en casa... —Tiffany intentó quitar su brazo —no quiero que nuestra cita se desperdicie en curarme

—créeme que para mi no hay nada mejor que curarte... si no puedo curar las heridas de tu corazón... al menos déjame curar tu cuerpo...

Tiffany frunció el ceño, pero se quedó quieta y callada.

—de verdad me siento incómoda cuando eres demasiado atento...—ella confesó —y me siento incómoda cuando sabes perfectamente lo qué pasa en mi cabeza, me hace sentir débil y expuesta...

El vampiro también vendó los brazos de la rubia y la miró

—Debes quererte más Tiffany, te mereces lo mejor y debes creértelo, pienso que te sientes así cuando alguien es atento contigo porque crees que no lo mereces

—¿tu crees en esa tonta frase que dice que 'para amar a alguien debes amarte a ti mismo'?  Yo creo que es algo inventado por alguien que quiere evitar que las personas salgan lastimadas, que puso como regla amarse a sí mismo antes de amar a alguien más, pero yo creo que es injusto, los que tienen baja autoestima tienen derecho a amar también.

—No puedes estar más equivocada...

—¿porqué? ¿Te imaginas lo horrible que se sienten aquellas personas con baja autoestima al escuchar que no pueden amar? Que no pueden amar porque ni siquiera se aman a si mismos, creo que eso los hace sentir peor... Además, todos aman a sus padres y a sus mascotas, entonces ¿alguien con baja autoestima no ama a sus padres?

—a pesar de todos estos años de vida no he logrado descifrar por completo el amor. Pero creo que te equivocas porque... aunque alguien con baja autoestima jure amar a alguien, en realidad es codependencia. —Stephen hizo una pausa y con cuidado continuó—algunas personas deberían amarse lo suficiente como para saber que merecen más, que su familia y allegados los aman y que sufrirían mucho sin ellos.

Tiffany, supo a que se refería, Darren le contó que Stephen intentó suicidarse por la culpa y la soledad.



—Tiffany— Stephen continuó— yo sé de las cicatrices de tu corazón, Darren me ha contado sobre ello... lo que te hizo tu hermana, lo que tus padres te dicen... e incluso lo que te hizo ese malnacido en el bar la primera vez que te emborrachaste... y todo lo enfrentaste, nunca huiste.

—Darren tiene una boca muy grande.—Tiffany se quejó

—No lo culpes, nos hemos vuelto cercanos, y lo único en mi mente eres tú, así que cuando estoy con él naturalmente la conversación es sobre ti.

—Stephen no creas que por lo que te dijo Daren me conoces en realidad...

—no te cierres—el vampiro la interrumpió—no eres débil y no estás vulnerable ante mi, no me aprovecharé de ti ni voy a exponerte, me alegro que hayas compartido tus pensamientos conmigo. Te ayudaré. Yo estaré aquí... amándote hasta que tu decidas amarme también, ergo... hasta que te ames a ti misma, hasta que tus heridas sanen.

El primer instinto de Tiffany fue huir, negar que acababa de decir todo eso, se sentía como una tonta, creía que Stephen se burlaría de ella a sus espaldas. Pero él no era así, la rubia se recordó a sí misma.

—yo no soy suicida Stephen—Tiffany le hizo saber— todos lo piensan, y después de lo que sucedió con tu hermana creyeron que lo confirmaron, y no sé si tú también lo pienses y por ello me pusiste el ejemplo de los suicidas pero... pero no, yo no quiero morir... me autolesionaba porque no sabía como dar rienda suelta a mi rabia y a mi tristeza; las heridas me hacían concentrarme solo en el dolor físico, después fue porque me cerré tanto que... no sentía nada, estaba vacía, no estaba feliz ni triste, no estaba enojada ni tampoco estaba satisfecha, así que me provocaba dolor para saber que estaba viva aún...

Tiffany ~como era su costumbre~ se arrepintió de inmediato de haber confesado eso, ahora Stephen sabía más de ella y tenía poder sobre ella. Frunció el ceño lista para dar por terminada la velada y huir de él.

Stephen no le permitió cerrar su corazón de nuevo, pues volvió a besarla y con eso le recordó lo que él le dijo minutos antes: " no eres débil y no estás vulnerable ante mi, no me aprovecharé de ti ni voy a exponerte (...) estaré aquí... amándote hasta que tu decidas amarme también"

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