Capítulo 12- Una relación.

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Corrí lo más rapido que pude hasta allí.

Mauro estaba desparramado en el suelo, sangrando y quejándose. Efectivamente como me temía; nada bueno había pasado.

En cuanto me arrodille a su lado, cuatro chicos que estaban bastante cerca corrieron lejos. Supongo que eran los matones que le habían golpeado. Gonzalo gritó y gruño en su dirección, volteo y se sentó junto a mi y Mauro. El mismo colocó su cuerpo apoyando los codos y elevandose un poco.

- No llores, estoy bien - Colocó su mano en mi rostro lentamente, le temblaba el pulso. Secó las lágrimas que caían por cuenta propia.

-  No estas bien, te hicieron mierda - replicó Gonzalo muy enfadado - Voy a llamar una ambulancia, no te vamos a poder arrastrar hasta el hospital- El chico tendido y yo nos miramos confundidos. Gonzalo siempre era quien se tomaba todo con humor e intentaba calmar el ambiente.

Se alejo un poco de nosotros y hablo con un paramédico indicandole la dirección y varios datos más.

- ¿Estará enojado conmigo?- Susurró Mauro.

- No creo, probablemente se enojo por el hecho de no poder haber golpeado a los imbeciles que te dejaron así- conteste tranquilamente. Aunque sentía algo de pesadez. Estos días había estado con bastantes problemas y ahora esto... solo espero que Mauro no tenga nada grave. Pero que puta mierda...

Para que no llegaramos todos estresados al hospital, Mauro y yo comenzamos a hablar sobre temas random, nunca nada en especifico. El chico duro que nos acompañaba cada tanto sonreía mientras negaba con la cabeza.

- No te hagas - Lo codee - Yo se que nuestras boludeces te hacen gracia - Le sonreí mientras reíamos al verlo hacer muecas para no carcajearse en ese mismo momento. Era demasiado sencillo acerlo reír.

Me abrasó y con sus manos comenzó a despeinarme mientras me hacía cosquillas y yo me meneaba y pataleaba para separarme de su agarre. Mauro reía mientras se quejaba y se tomaba la panza.

- Bueno, ya- nos paramos y los dos se rieron de lo despeinada que estaba aún tumbandos en el suelo.

Peine mi cabello con los dedos y me puse de pie. Mis acompañantes seguían ahí y reían, que bueno que Gonzalo ya no esta serio, ahora estaba muchisimo menos tenso el ambiente.

- Creo que ya va a llegar la ambulancia -

Efectivamente, estaba justo en la esquina estacionándose lo más cerca posible. Llegaron y unos dos enfermeros que cargaron a Mauro, nos preguntaron por el parentesco con el chico, Gonzalo respondió "amigo" y yo sin pensarmelo "prima" no entendí porque; el personal de los hospitales me pone nerviosa desde que soy pequeña, al igual que estar en ellos. Aunque me miraron extrañados, no compartíamos ningún rasgo similar.

Durante todo el viaje estuve preparandome internamente para al llegar al hospital no comenzar a gritar horriblemente y correr lejos.

A Mauro lo revisaron y dieron un pequeño diagnostico por parte del  paramédico "Tiene leves fracturas en las costillas. Varios cortes, golpes y moretones; pero no te preocupes que vas a estar bien" Le sonrió con confianza y volvió al asiento del copiloto.

- Bueno, llegamos antes de que pasara algo serio - Dije optimista moviendo mis hombros. Gonzalo le sonrió y Mauro paso su mano por su frente diciendo "fiu" lo que nos hizo reir un poco, aunque sentí verguenza y me corregí al sentír la vista de la acompañante del conductor.

El resto del viaje fue callado. Llegamos al cabo de unos minutos, el enfermero ayudó a Mauro para llegar a su habitación y dijo "Vayan a la sala de espera, los médicos se van a encargar de su amigo". Asentí y luego de cumplir las indicaciones tomé mi teléfono y llamé a mis padres.

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