Capítulo 11- Equitativo.

20 3 0
                                    

No quise voltearme, no por miedo, simple nerviosismo. Me encontraba en un momento  en el que no sabría que decir, hace mucho tiempo que no veía a esos chicos, hablábamos siempre, pero, encontrarlos de una forma tan sorpresiva y extraña, me puse nervosa, tal vez era tan sencillo  como voltear y saludar sonriente,  pero habían golpeado a mi amigo, tal vez pensarían que me burlo de ellos, me refiero a Mauro y Gonzalo.

Mauro volteó adolorido, pero reaccionó exultado, el también los conocía, pero al contrario mio, no le importaba como reaccionarían los otros, yo solo finjí no haber visto ni oído nada y miré a Gonzalo, sus cejas se encontraban enarcadas, sus ojos como platos, demasiado sorprendido como para notar que lo miraba, volteó y se acercó a saludar "No me abandones" pensé, ahora me encontraba sola, parada, sin mover un musculo, en el medio de la puñetera calle.

Me resigne soltando un suspiro ¿Qué diría exactamente? No lo se, creo que Mauro ya hablo de todo por mi, debía coserse los labios y dejar de contar.

- ¿Ya nos cambiaste Bi?- rió el chico, su voz era capaz de ser reconocida a kilómetros. Finn, bastante fácil de describir, un chico con demasiada actitud, podría decirse que llegaba a ser un poco  arrogante, divertido y carismático, bastante guapo a la vista de muchas chicas, a pesar de la simpleza de sus ser, sus ojos eran cafés y su pelo casi negro, alto y delgado, un espécimen sin mucha descripción. Cuando llegué a esta escuela, nos volvimos amigos luego de que me sentaran detras de el y otro chico, quien parecía acompañarlo en este momento.

- Por lo menos sigue con Mauro - Ese mismo chico, no entiendo como dejaba que me molestaran de tal forma. El era Gabriel, al contrario que Finn, no poseía demasiada actitud, solo  con aquellos de mucha confianza, era bajo, cabello marrón claro y ojos cafés, divertido, algo exagerado, pero causaba mucha ternura, era el mejor escuchando y siendo comprensivo con la gente, era dulce cuando se refería a muchas cosas, aunque no sabría decir si a las chicas le gustaba. Finn también era alguien comprensivo en muchos aspectos, pero su actitud era cercana a la de Mauro, sin mucha paciencia y nada suave, decía lo que  pensaba sin pasarselo por la cabeza, sin pelos en la lengua se podía decir.

Me acerque riendo, finjiéndo que su "chiste" me fue gracioso, al parecer Gonzalo ya se había  presentado, Mauro los conocía de bastante, aunque se hallaba algo molesto por el golpe probablemente, sonreía y decía lo mucho que los había extrañado.

Hablaron vario rato de cosas sin sentido para mi, irrelevantes, me canse de esperar y solté:

- Chicos, no es por estallar su burbuja, pero estamos parados en el medio de la vereda, obstruyendo el paso ¿Vamos a la plaza mejor?-

Lo ultimo fue más una pregunta retórica, voltee y comenzé a caminar, los chicos seguían riendo, arrogantes, caminaban despacio, detrás mio, rodé los ojos con hastio, por separado eran geniales, juntos, eso ya era otro tema.

Cuando llegamos me senté en unos escalones bastante largos, los chicos repitieron la acción alrededor de mi, de dos en dos.

Por casi una hora hablamos de cosas relevantes, si,  esta vez me uní, digamos que me aburría estando callada. Mire a Gonzalo a mi lado, me alegraba verlo llevarse bien con todos, cuando su vista bajo a verme, sonrió de una comisura a la otra y cerró los ojos, yo e sonreí algo sonrojada, podría verlo sonreír siempre.

- Chicos ¿ Quieren jugar un partido de futbol?- Musitó uno de los chicos, no vi quien fue, pero supongo que fue Finn, simple intuición. Todos saltaron y corrieron al pequeño parque entre el cemento, yo los seguí calmada, me senté cruzando  mis piernas como indiecito al borde del cesped, no planeaban que yo jugara para nada, todos sabían como odiaba el futbol, me parecía entretenido verlo pero, no me gustaba correr, sudar, estar con otros sudorosos, nada que tuviese algo que ver. Prefería la natación, era muchísimo mejor para mi.

My Love My DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora