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Tengo una hermana?

Esa pregunta estuvo abundante durante todo el tiempo en el que pasamos en el castillo y en el trayecto rumbo a casa.

Al llegar, salí de la limusina o lo que sea y entré a paso rápido al castillo. Ignoré los llamados de mi madre y me adentré al salón donde me agarré del cabello y reprimí un grito.

—¡Estuviste mintiéndome todo este tiempo!— Grité mientras mi enojo se propagaba por todo mi cuerpo. Estaba furiosa, como pudo ocultarme algo así!

—Estuve protegiéndote Leonor!— Habló la mujer con autoridad mientras se quedaba quieta en su lugar, solo a unos metros de su hija. Ella le miró incrédula mientras daba una risa sarcástica.

—¡¿Protegiéndome?! Que estas diciendo!

La mujer suspiró y se acercó un poco a su alterada hija. La miró mientras daba una gran bocanada de aire.

—Tu padre volverá en la mañana con ella, y los tres vamos a explicar la situación.— Le dió a entender. Ella sólo cerro sus ojos, su enojo no se iría tan fácilmente.— Vete a tu habitación a hacer tus deberes Leonor.

—Vieja bruja — Susurró para si mientras tiraba los tacones a cualquier parte cuando llegó a su habitación.

Se quito el vestido para luego quitar la horrible faja. Pudo respirar bien al fin para luego quitar su sujetador y ponerse su pijama, que consistía en una camiseta blanca y un pantalón negro. Nada de estampado.

Se tiró a su cama boca abajo con su móvil en mano para que al caer solo volteara su cabeza para ver lo que tenia en aquel aparato.

—Vida asquerosa..— susurró mientras bloqueaba su móvil y cerraba sus ojos aún estando sobre la ropa de cama.

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Despertó por unos golpes en su puerta. A regañadientes abrió sus ojos y miró su reloj que marcaba las 7:52 AM.
Bufó y se levantó para abrir la puerta y encontrarse con Maggi, la sirvienta.

—Señorita sus padres la esperan en la mesa.— Dicho eso se retiró y pude cerrar la puerta.

Me estiré dando un pequeño quejido. Cuando me relajé olí mi cabello.

—No huele mal.. Meh— Levanté mis hombros y olí bajo mi brazo.— Tampoco huelo mal.. Pero que gran día.— con una sonrisa solo saqué ropa íntima y un vestido, ya que era lo único que tenía porque la ropa nunca la compraba yo. El vestido tampoco estaba mal, era simple, llegaba hasta por encima de mis pies, liso hasta la cintura donde se englobaba y comenzaban los brazos donde llegaba hasta la mitad de ellos. Era simple, de color azul pastel. Debía ser un milagro que me gustasen los vestidos.

Bajo mi cama saqué unos zapatos bajos pero a la vez algo elegantes y me miré al espejo.

«No me veo mal..»

Ignoré mi cara de culos y fui al baño a lavarme.

Lo único que cambie de mi fue una coleta alta y bálsamo labial. Sonreí fingiendo ser linda y salí de mi cuarto hacia el comedor donde se suponía que estaría mi "hermana" y mi adorado padre. Bajé las escaleras tarareando una canción y caminé hacia el comedor, mi padre se levantó rápidamente y me abrazó alzandome por los aires.

—te extrañe padre..— le abracé fuerte al igual que él a mi.

— Yo también pequeña..— Habló bajo y me bajó para acariciar mi cabeza. Miró al lado para darme a entender que aquella persona estaba ahí.

Aclaré mi garganta y saludé a mi madre, para luego saludar a la chica que estaba ahí.

Era castaña al igual que yo, solo que tenia los ojos de mi padre, azules y yo los tenía cafés. Ella se levantó y con una sonrisa me abrazo. Era un poco más alta que yo y tenia un cuerpo que Joder, envidiaba aunque llevase vestido.

—Un gusto Leonor, soy Bethania y soy la personita que te cargo cuando tenias dos meses.— Sonrió mientras cerraba los ojos.

Esta chica debía ser un ángel, era hermosa y amable.. Se merecía el cielo.

— Ho-Hola..— Titubie nerviosa mientras que ella reía.

— Tranquila Leonor, retomemos nuestro tiempo de hermanas, si?

Retomar...

Retomar el tiempo de hermanas con alguien que recién supe de su existencia apenas ayer.




®La Princesa Que No Era Princesa [r.d.g.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora