Holden Lowell: un hombre importante, un magnate, dueño una de las empresas más grandes e importantes de Inglaterra, dinero de sobra, mujeres de sobra. Un trabajo fabuloso, un hombre fabuloso, una vida fabulosa y blah, blah, blah...
La verdad es que...
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Segunda Parte
Quiero abrir mis ojitos pero afuera hay mucha luz, además de que hace mucho frío, me acurruco en el suavecito lugar en el que estoy, eso no hace que tenga menos frío, y frunzo el ceño ante eso, mi cabecita duele mucho y me quejo, mi estómago ruge pero eso no es nada nuevo.
Me digo a mí misma que debo abrir los ojos y despertar para ir en busca de algo de comer, pero al hacerlo me doy cuenta de que no estoy en mi callejón. Restriego mis ojitos con mis puños y al abrirlos de nuevo miro a mi alrededor, estoy en un sofá blanco, es muy cómodo, parece una nube. Parece que estoy dentro de un castillo gigantesco, me pongo de pie y comienzo a pasear viendo todo, le doy l vuelta al sofá en el que estaba acostada y veo una puerta gigante de cristal, la abro el castillo es más grande aún, hay una graaan escalera y también una puerta un poco más pequeña que la otra y esta es de madera, en frente hay una puerta decido que esa es a la que voy a ir, empujo la puerta y encuentro una gran cocina, hay un mesón muy alto y camino al su alrededor para seguir viendo el resto del lugar y me sobresalto al ver a un hombre enorme observando una sartén en el fuego.
Me asusto y creo que el respigo que doy es lo que llama su atención, quiero correr de vuelta al lugar donde desperté, pero no me puedo mover, tengo mucho miedo siento más miedo cuando comienza a acercarse a mí, sus pasos son grandes y su cara es como la de un monstruo feo, mis piernas tiemblan y siento ganas de llorar.
- Hola - Dios, el monstruo me está hablando ahora tiemblo más y tengo ganas de hacer pis - ¿Sabes cuál es tu nombre, pequeña? - no respondo, este monstruo tiene dientes como de lobo feroz - Ey niña, necesito que me digas tu nombre ¿Lo recuerdas? - sigo sin habla y él parece enojarse - ¿Dónde están tus padres?
- Yo... Yo no tengo padres - digo finalmente, estoy por hacerme pis, él solo me observa.
- ¿Cuál es tu nombre?
- Sk... Skylie - siento que tiemblo más, quiero hacer pis y quiero llorar.
- Bien Skylie, yo soy Holden, necesito que te sientes en una de esas sillas, la que tu quieras, para que puedas cenar - de inmediato niego de forma enérgica con mi cabecita que aún duele - ¿Y por qué no?
- Por... Porque eres un... un monstruo y me... me vas a comer - quiero llorar, no quiero que me coman.
- No, eso no es cierto - veo como se agacha a mi lado con la sartén en la mano y ahora si comienzo a llorar, voy a morir - Mira, estoy preparando unas tortillas para que los dos podamos cenar y luego descansar, pero necesito que te sientes en una de esas sillas y yo me sentaré junto a ti ¿Qué dices?
Asiento lentamente y el se pone de nuevo de pie, aún un poco escondida y sin parar de llorar veo como saca unos platos blancos y los pone en la mesa alta. Él es muy alto, como un gigante, tal vez sea uno, eso sería increíble. El gigante vuelve a agacharse a mi lado.
- ¿Quieres que te ayude a sentarte? - vuelvo a asentir y alzo mis brazos para que me cargue, y cuando lo hace me sienta en una de las sillas y luego se pone a mi lado acercando dos platos con tortillas que huelen muy rico - ¿Quieres algo de tomar?
Yo solo me encojo de hombros y el se levanta de la silla para buscar algo en una linda nevera, cuando vuelve sirve unos vasos con jugo de naranja y comenzamos a comer. Cuando termino le doy las gracias y él me ayuda a bajar de la gran silla.
- Puedes ver el lugar si quieres, pero por favor no toques nada y no subas las escaleras, ¿Entendido? - ¡Wow! sus ojos son muy grandes, y amarillos, parecen como los de un dragón - ¡Auch! ¡¿Por qué me picaste en el ojo, Skylie?!
- Es que... tienes ojos de dragón.
- ¿Qué?
- Tus ojos son grandes y amarillos
- ¿Skylie, entendiste los que te dije? - pienso un poco y luego asiento - A ver, ¿Qué dije?
- Dijiste que fuera a explorar el castillo, pero que no tocara nada para que no explote y que no suba las escaleras - él me sonríe y yo lo hago igual.
- Algo así, bien ya puedes ir - se levanta recogiendo la mesa y yo me voy a ir pero el gigante vuelve a llamarme - ¿Qué edad tienes?
- Seis, ¿Y tú?
- Tengo veintiocho
- ¡Wow! Eso es mucho, como así... - extiendo mis brazos graaande para demostrarle, y él suelta una carcajada.
Salgo de la cocina y empiezo a ver todo el lugar, hay muchos cuadros y fotos muy bonitos, pero no los toco porque eso fue lo que el gigante dijo que hiciera, veo alrededor y miro las escaleras, bueno el gigante dijo que no podía subir, así que tal vez debería explorar la otra puerta de madera que aún no he abierto. Camino hasta ella y al abrirla me doy cuenta de esta es la puerta de entrada o de salida, eso siempre me confunde, salgo y veo el lindo jardín que hay afuera, hay bonitas flores y faroles de luz, la luces son bonitas porque brillan mucho. Me acerco para tocar las flores y son hermosas, y luego de explorar un rato ese bonito jardín me doy cuenta de que mi barriguita duele y hay una gran presión en ella, empiezo a correr hacía la casa mientras grito.
- ¡Gigante!¡Gigante, ¿Dónde estás?!
- ¡¿Qué sucede Skylie?! ¡¿Qué haces afuera?! - el gigante llega con sus grande pasos hasta mí y vuelve a agacharse para poder estar de mi tamaño.