Ocho

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Lo mejor de cada día era la noche, esos momentos juntos en esa pequeña cama con su cara y su caliente pecho. Estábamos juntos esta noche pero no sabíamos si sobreviviríamos mañana o pasado.

-Bruno-Sus ojos estaban cerrados pero vi como al llamar su nombre su sonrisa salió-Como te fue hoy?

-Ahg-empezó a acariciar mi cabeza-pensé que me ibas a decir otra cosa-

-Jajaja, solo estoy preocupada por ti, que querías escuchar.

-No importa, acerca de tu pregunta...me fue bien, supongo.

-No te molestes.

-No estoy molesto.

Lo abracé sabía que algo le molestaba...tal vez no le había ido bien pero ya no me importaba solo quería que supiera que aun lo quiero.

-¿Que quieres comer mañana?, es mi turno de cocinar o podemos comer comida rápida.

-No tengo ganas de comer mañana, solo preocúpate por ti.

-Bruno...no me hagas matarte, llevas dos días sin comer.

-No me importa la comida...solo me importas tu, yo no importo.

-Es que no entiendes, tú me importas-Le bese la quijada-Por favor, come, hazlo por mi.

-¿Que cocinaras mañana?

-No se, sigo molesta, tal vez no cocine-Le hice una cara un tanto molesta, me reí y me oculté en las sabanas-

-Tonyy-Me empezó a hacer cosquillas-¿¡QUE VAS A CO-CI-NAR MAÑANAAA!?-Lo dijo muy alto y fuerte pero terminó riéndose-

-No se-Lo dije con ese tono de ternura que se que le encanta.Le di un beso y cerré mis ojos-

Nos abrazamos hasta que los dos nos dormimos. Aunque hacía frío no lo sentía y supongo que el tampoco.

No sabíamos que nos esperaba mañana ni que mierda iba a cocinar yo, pero éramos felices. No podía perderlo el era todo lo que tenía en este momento y yo era todo lo que él tenía.

Escapando contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora