Nueve

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Me desperté y me di cuenta de que Bruno ya había salido para ir a trabajar. Y no comió.

¿Que puedo cocinar hoy?

A ver...tenemos salchichas, lechuga, ¿ketchup? ,no debería dejar que Bruno haga las compras, también tenemos jugo de naranja, cereal y aun así no tenemos leche y por último tenemos pan. Conclusión...no puedo hacer nada normal con esto. Ni siquiera tenemos mantequilla o queso.

No tenemos tanto dinero pero tenemos que comer algo y aunque se que a Bruno no le gusta la idea de comer comida rápida eso es lo único que se me ocurre. También tendré que hacer las compras, tendré que comprar aceite, tomates, leche, mantequilla y queso, solo eso por ahora. Es lo que más necesitamos.

Con el dinero que yo había hecho me quedaba lo suficiente para pagar la renta y hacer las compras pero no se si lo suficiente para comer hoy. De todos modos Bruno llevaba dos días sin comer así que salí a comprar comida en uno de esos restaurantes con comida chatarra.

Cuando estaba regresando a casa vi como en un callejón estaban 4 tipos musculosos y altos acorralaban a una estudiante de secundaria en una esquina. Se les escuchaba hasta donde yo estaba.

-Ey! Mami no me dejes con hambre-

-Vamos, yo se que tienes ganas, jajaja-

-Uyy! Es culo debe estar...mmm delicioso-

Solo podía escuchar los sollozos de la pobre chica y ver la cara de los malditos pervertidos que la estaban acosando <MALDITOS ASQUEROSOS> grite para mis interiores. Si, tenía mi arma pero no sabía si ellos tenían y también podrían quitarme el arma de mis manos pero yo no podía dejar las cosas así como haría cualquier idiota y como ya dije no soy una niña estupida, no creo que cualquiera de las personas que pasaban eso por alto se escaparon de sus casas.

-Chico, busca policías no dejare que estos idiotas se vayan. Por favor hazlo, no te gustaría estar en esta situación- Le dije a un chiquillo que estaba cerca, no podía tener más de mi edad pero se que lo haría-

-Claro, ya vuelvo-

Sabía que no era una buena idea pero no podía dejar que a ella le pasara nada malo incluso si no la conocía. No mataría a nadie solo necesito tiempo hasta que llegue el chico con policías.

Saqué mi pistola y la puse en mi espalda discretamente para no llamar la atención. Camine muy despacio hasta que los imbeciles voltearon para donde yo estaba.

-¿Que quieres?-me grito uno-

-Déjenla.

Empezaron a reírse así que saqué mi arma y la puse en dirección a la cabeza de uno. Todos se detuvieron y ahora sus ojos parecían platos.

-Pff-Salió uno de detrás de los tres que estaban en frente-Ella si acaso tiene un año más que la pendeja esa-Refiriéndose a la chica de secundaria. Tenía razón apenas tengo 17 pero eso no significa que no sepa usar el arma-Probablemente nunca ha usado esa pistola ¿o si?-El final lo dijo en tono burlón mientras se acercaba a mi-

-¿Quieres probarme?

-No me das miedo.

-No me subestimes, no soy de aquí.

-No me interesa-Con cada palabra esta un paso más cerca de mi y yo sentía como el miedo se apartaba y mi dedo estaba a punto de apretar ese gatillo y terminar con la vida de ese maldito-

Pero antes de que pudiera hacer o decir algo más escuche a un policía detrás mío y detrás de él estaba el chico al que le había pedido ayuda.

El policía tenía refuerzos y agarraron a los 4 tipos. Me le acerqué a la chica y la levante del suelo.

-Esta bien, ven-Me dio la mano y se paró-

-Gracias-Me dijo mientras se secaba las lágrimas-

-Por curiosidad, ¿Cuantos años tienes?

-Dieciséis. ¿Por que?

-Solo quería saber si yo era menor que tú, pero no.

-¿Cual es tu nombre?

-Em...me llamo Antonia. ¿Y tu?

-Sofía. En serio...Gracias-Me abrazo y no la iba a apartar así que la abrace de vuelta.

Los refuerzos del policía se la llevaron y después de decirle gracias al chico que llamo a los policías el también se fue.

Estaba a punto de irme cuando el único policía que quedaba me agarró el brazo muy fuerte.

-¿Que quiere?-Le dije con un tono fuerte, los policías nunca me han agradado-

-Usted tiene un arma-

-¿Y entonces?-Yo sabía que no tenía permiso para tenerla pero no se la iba a entregar-

-¿Tiene el permiso?

-No, no se la voy a entregar.

-Tiene que! Sabe puede quedársela...tal vez-

-...

-Se que la va a usar para el bien, como hoy, o al menos eso espero, pero si me entero de algo que usted causó con ese arma no va a poder huir.¿Me escuchó?-Se le notaba lo abaro y vanidoso, debía pensar que tenía poder.

-Suélteme-Me quite su sucia mano de mi brazo, agarre mis cosas y me fui corriendo hasta mi apartamento.

Cuando me alejaba veía su mirada amenazadora y su sonrisa del diablo. Maldito.

Escapando contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora