La oscuridad lo rodeaba, no podía ver absolutamente nada, solo la más absoluta oscuridad.
Estaba aterrado, se sentía solo, desde que sus padres lo habían dejado a cargo de su tío se sentía abandonado, él no quería marcharse, quería quedarse con ellos, sobre todo con su madre, ella nunca lo había dejado, siempre estaba a su lado, y solo ella lo libró alguna vez de esa oscuridad que sentía se abría paso en sus entrañas como una enfermedad, pero ahora estaba solo y ese hecho solamente lo empujaba más hacia el lado incorrecto de la balanza...
Incorrecto...
Se preguntó por un momento qué era lo correcto y qué lo incorrecto. ¿Sus padres y su tío estaban en el lado correcto de esa balanza imaginaria? Esos padres que lo habían dejado en ese lugar recóndito de la galaxia para que su tío lo entrenara según el camino Jedi al ver su inmenso poder... ¿estaban en el lado bueno? Nadie le había preguntado lo que deseaba, él solo quería una familia, pero ahí estaba, en medio de agotadores entrenamientos con otros niños como él, niños con afinidad por la fuerza, llamando maestro a su tío y preguntándose si obligar a un niño a seguir un camino que no deseaba era el camino correcto hacia la luz o si lo llevaría directamente hacia la desesperación.
Hacía meses que su madre no le mandaba ningún mensaje y su padre, bueno, su padre siempre había sido un tipo diferente, quería pensar que lo amaba, pero siempre se marchaba para seguir sus deseos, permanecer en su hogar lo agobiaba, necesitaba emociones y adrenalina, y por ello siempre había pasado largas temporadas ausente. El silencio de su madre lo desesperaba aún más, desde que tenía memoria había sido una mujer ocupada, de eso no cabía duda, era una mujer importante y fuerte, pero siempre había tenido tiempo para él, dándole cariño, disipando esos extraños sentimientos que se abrían paso en su interior, calmando su oscuridad, pero en cuanto ellos se habían dado cuenta de su poder... lo habían alejado como la peste... llevándolo con su tío para que le mostrara cómo controlarse, para que le instruyera en el camino de la luz.
Se preguntó qué era la luz y qué la oscuridad, para él nunca había estado del todo claro, había una línea tan sumamente fina en medio que podía llegar a traspasarla sin darse siquiera cuenta. Tenía miedo de perderse, de que su soledad lo llevara justo al lado contrario del que sus padres querían... de decepcionarlos, pero sus sueños, sus preguntas internas... todo ello siempre lo llevaba al lado oscuro de la fuerza como si alguien lo empujara directamente a ese abismo en el que era fácil perderse, como si alguien estuviera guiándolo justo hacía el lado del que quería huir.
En medio de su oscuridad, de su ensimismamiento, vislumbró una pequeña luz, era un pequeño punto, pero sintió curiosidad, se acercó a él, era tan brillante que lo cegó y tuvo que cerrar los ojos. Cuando se acostumbró a la nueva luz pudo observar unas enormes montañas de arena a su alrededor, era un lugar extraño, un enorme desierto. Se giró sorprendido al oír un ruido, seco, en su espalda, una pequeña niña de no más de seis o siete años intentaba levantar un trozo de metal que era más grande que ella.
Ben giró la cabeza confundido. La miró con más detenimiento, estaba sucia, llena de arena hasta las cejas, llevaba tres complicados moños en su cabeza y ropa harapienta. No le sonaba de nada, nunca la había visto. La niña tiraba y tiraba del trozo de metal que estaba medio hundido en una de esas enormes montañas de arena y se cayó de culo al no tener la fuerza necesaria para sacarlo. Decidió ayudarla. Los golpes en el metal lo molestaban, y no podía concentrarse si seguía golpeándolo de esa manera errática, así que decidió utilizar la fuerza para echarle una mano, como le había enseñado su tío. Extendió el brazo y tiró del metal para sacarlo de entre la arena, le costó un poco, era un objeto pesado, pero lo consiguió después de otro nuevo intento.
Sonrió de medio lado al observar el trozo de metal salir de entre la arena, orgulloso por haberlo podido sacar solo en dos intentos.
Observó a la niña, quien había retrocedido en el suelo al ver que el metal se movía. Movió la cabeza para todas partes y por primera vez se preguntó si esa niña lo vería o solo él era capaz de verla, quién sería y sobre todo, por qué sentía que estaba tan o más sola que él. La chica sonrió ampliamente al ver que el metal estaba completamente fuera de la arena. Era brillante, como una estrella, sucia, pero de alguna forma no podía dejar de observarla, acercó su mano a ella, dispuesto a llamar su atención, quería saber, quería entender, sentía curiosidad... pero su mano nunca llegó a su destino.
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La luz de Ren
FanficEl joven Ben Solo siempre había sido tentado por la oscuridad, pero había algo de luz en su interior, lo había sentido desde que era un simple adolescente atormentado, lo veía en forma de inquietantes sueños que siempre le mostraban lo mismo, a una...