Love on Top (H.S.)

Me arrastraría a casa por ella (II)

A pesar de su reencuentro, Harry y Bree siguen dando rodeos.

Él está ocupado con la promoción y apariciones, comprobando que su nueva casa (que es realmente bastante antigua) sigue retrasada. Pasa la noche allí y luego se da cuenta de que Bree nunca había estado antes. Él ha estado en su casa dos veces ya, jugando con Milo y dándole mimos tanto tiempo que su camisa se cubrió completamente de pelo de gato. Le encanta pasar tiempo en su casa, le encanta como huele y como es y le encanta que puede pasar tiempo con el gato que solo había conocido por Skype.

Pero quiere presumir de su casa. Le encanta la nueva cocina y el armario renovado que tiene. Además, su piscina cubierta es tan grande que no hay manera de que a ella no le encante meterse por la noche. Así que lo obvio sería invitarla- pero no sabe cómo.

No han intimado en toda la semana que él había vuelto, nada más que toques gentiles y suaves besos. Le está matando de alguna manera. No es que esté sexualmente frustrado, es solo que no sabe cómo pedirle jugar.

Cuando pasan tiempo juntos, cocinan y ven películas o pasan unas cuantas horas viendo covers en Youtube o videos de gatos. Es lo que harían normalmente excepto que Bree no está arañándole para quitarle la ropa. Es raro.

Es por eso que Harry se lanza a la piscina e invita a Bree a ver su nueva casa. Acaba de salir de trabajar; viniendo en cuñas y una falta estrecha. Está increíble como siempre y Harry no puede evitar pasar su mano bajo su americana para sentir la textura sedosa de la camisa que ella lleva.

"Es muy elegante," se ríe, tirando sin cuidado sus zapatos a una esquina de la entrada. Harry se mueve para colocarlos rectos hasta que la mano de ella agarra la suya y decide que mostrarle la casa es más importante que colocar rectos dos míseros zapatos.

Ella dice ooh y aah en los momentos adecuados, sentándose en su sofá esponjoso e impulsándose. Se tira en su cama, rodando y arrugado las sábanas mientras Harry se ríe. Cuando llega a la cocina, mira en casi todos los armarios, revolviendo las cosas para evaluarlas adecuadamente. La mandíbula de Bree casi se cae cuando ve el gimnasio y la piscina.

La cosa es que, es que no es un gimnasio pequeño. Tiene una cinta y una elíptica y un set de pesas junto con una pelota para hacer ejercicio. No hay mucho más ahí, pero Bree aún pasa su mano por el espejo y se ríe abiertamente.

"¿Entonces te gustaría darte un baño?" Pregunta ella señalando a la piscina. Harry asiente, preguntándose si se espera que deje los bóxers.

Su pregunta es respondida cuando ella se quita rápidamente su camisa, el sujetador siguiéndola para caer en el suelo.

Ese es realmente todo el incentivo que él necesita antes de salir también de su ropa, sin problemas con la desnudez.

Se mete en la piscina mientras espera a que ella se quite las medias. Cuando ella se une a él no nada hacia él directamente. Se mece unos momentos, hundiendo su cabeza bajo el agua aunque destroce su maquillaje, algo en lo que claramente no pensó si la manera en la que está frotando furiosamente sus ojos dice algo al respecto.

"Ven aquí," le anima, extendiendo una mano y esperando en el borde profundo.

Tira de él lo más rápido que puede con la resistencia del agua hasta que él está sonrojado contra su cuerpo.

Se siente muy bien- piel con piel aunque haya una capa de agua deslizándose entre ellos. Harry casi gruñe. Ha estado esperando por esto; la sensación y su toque por lo que parecieron años.

Entonces ella le besa. Hace que los ojos de Harry se pongan en blanco mientras ella mete su lengua en su boca, siempre ansiosa que saborearle. Harry quiere esto para siempre. Ella mueve sus caderas en pequeños círculos, lo suficiente para que su polla se sacuda con interés. No están jugando ahora mismo. Harry sabe eso seguro- pero sigue queriéndola de una manera que no se le ha permitido durante la semana que han pasado juntos. Intenta calmarlo, intenta poner su excitación en segundo plato, pero tan pronto como Bree engancha una pierna alrededor de sus rodillas, urgiéndole a rozarse contra ella- pierde toda la compostura.