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Capítulo II. La vida en pareja

Amaneció.

Izuku se encontraba acurrucado en la cama abrazando su cuerpo. El dolor de cabeza que tenía desde la mañana era sumamente fuerte, pero tenía pereza de levantarse y tomar sus pastillas.

Bakugō no estaba, salió temprano a su empleo.

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ーMe voy al trabajo, amorーsusurró contra el oído de su pareja que estaba aún recostado.

ーVuelve tempranoーLe respondieronー por favor, sobrio.

ーNo te preocupes, nos vemos más tardeーle colocó un beso en la cabeza y salió del lugar.

ーEso ansíoーdijo para sí, escondiéndose en las sábanas.

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Por fin se decidió levantarse, sin muchas ganas.
Sus pies descalzos acariciaban el frío piso, pero no le molestaba.

Dirigió su vista al buró que estaba frente a la cama, sólo para enfocarse en la caja de pastillas que estaba en un extremo. La agarró y la abrió, dejando caer en sus manos una cantidad considerable como para que le quitara ese endemoniado dolor que su cabeza ya no soportaba, se las pasó con el poco de agua que había en un vaso a un lado. Después suspiró.

ー¿Cuánto más podré soportar?ーse preguntó.

No hace falta decir las incontables veces que se ha hecho esa pregunta. Durante el sexo, durante la golpiza o mientras aguantaba ese dolor de cabeza que lo atacaba ya muy seguido. Se consideraba una persona de muy buen aguante, pero reconocía que estaba apunto de llegar a sus límites.

Él también tenía un empleo, pero las varias faltas estaban por quitárselo. Habían días en los que no se presentaba ya sea por las numerosas marcas que su cuerpo tenía y eran difíciles de ocultar o porque se quedaba dormido. Y ese día tampoco iría, debido a el moretón que su ojo derecho dejaba a la vista.

Los días en los que no se presentaba al trabajo, se enfocaba en las labores del hogar, ya que a Katsuki no le gustaba que todo estuviese regado o sucio y con lo complaciente que era Izuku sólo quería que él se sienta a gusto.

Encendió la televisión y lo dejó en el canal de noticias, le gustaba estar al pendiente de todo lo que sucedía en su ciudad, siempre había soñado con ser de ayuda para que las personas estuviesen a salvo, ya sean de su familia o no. Pero nunca pudo cumplir esa meta por su situación económica, ya que apenas y le alcanzó a él y a su madre pagar una universidad para que por lo menos pudiese tener un buen empleo. Y aún así, siguen con deudas apesar de que se graduó hace cuatro años.

Nunca fue deshonesto y siempre trataba de tomar las decisiones correctas, pero un día cayó en un abismo: Bakugō Katsuki.

Se conocieron hace tres años mientras buscaba empleo. Le pareció atractivo desde la primera vez que lo vio, sus ojos rojizos, su cabello rubio cenizo despeinado, su espalda larga y ancha y esos brazos marcados y fornidos capaces de empujarte y ahogarte sólo de él.

Comenzaron teniendo pequeños encuentros y salidas. Pero después se volvió concurrente, y al año ya estaban viviendo juntos.

Fue ahí cuando las cosas comenzaron a cambiar.

Llegar tarde comenzaba a ser recurrente para el rubio, no habría problema si este llegara en sus cincos sentidos, pero no era así. Siempre llegaba tomado hasta no poder más, lo peor era que cuando Izuku trataba de hablar con él para ayudarlo este tomaba una actitud violenta y negativa, afirmando que no necesitaba la ayuda de nadie y menos de su pareja, por lo que tomaba represalias y se abalanza a contra este dejándole golpes por todo el cuerpo. La mañana siguiente al despertar todo era borroso, sentía un enorme arrepentimiento al ver el cuerpo de su pareja débil y moreteado. Fue así que las promesas vacías comenzaron. Prometiendo cada vez dejar aquel vicio pero este siempre era más fuerte y terminaba acabando con él. Izuku se hacía el comprensible y sólo veía aquellas promesas apilándose una sobre otra.

Lo demás es una repetitiva historia.

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