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Capítulo VII. Intentando un reinicio

Llegaron a la zona departamental en la que vivían.

Aún tomados de las manos, caminaron hasta su departamento, era el más alejado que el resto por lo que debían atravesar los diecinueve departamentos antes del suyo.

Al llegar, Bakugō sacó sus llaves antes de que Izuku pudiese hacerlo y abrió la puerta. Al estar ambos adentro, la entrada fue cerrada con seguro. Después de quitarse los zapatos, el de pecas sintió que la calidez que había estado sintiendo en todo el camino se estaba yendo y la tensión se presentaba, era difícil.

Aún con las manos entrelazadas y aferrándose a la chaqueta que le rodeaba el cuerpo, Izuku pensaba en cómo hablar con el rubio, sabía de qué quería hablar pero no sabía cómo empezar, ni cómo resultaría.

━ S-Sobre lo de ayer.., yo- ━ Antes de que pudiese hacer o decir algo más, fue jalado del brazo que tenía sujetando a su pareja, para sentir una calidez más grande que la que le provocó la chaqueta hace un rato.
Eran los labios del rubio sobre los suyos, no había movimiento, sólo estaban conectados, sólo así.

Izuku no sabía cómo reaccionar, lo único que hizo fue cerrar los ojos y corresponder, al parecer esta vez tampoco se resolvería con palabras.

El rubio se separó y posó su vista sobre la del contrario.

━ Está bien, no hables ━ y nuevamente se lanzó a sus labios, esta vez con esos movimientos a los que Izuku ya estaba acostumbrado y nunca se podía cansar de ellos, eran lo mejor.

La chaqueta había pasado a estar en el suelo y sin separar sus bocas, el ambiente se comenzaba a poner más caliente y no era por la calefacción, pues esta aún estaba descompuesta.

━ K-Kacchan ━ entre besos intentaba hablar el pecoso, sus manos enredadas ahora en el cuello de Katsuki, mientras que sentía una mano en su cuello atrayéndolo y la otra en su cintura, pero comenzaba a bajar hasta sentir un ligero roce sobre sus glúteos ━ Ngh...━ gimoteó

Separándose, el rubio volvió a tomar de la mano a su novio y comenzó a guiarlo a la habitación. Una vez ahí, lo paró frente a él y lo comenzó a observar.

Admitía que era adicto al alcohol, como nadie se imaginaba, pero cuando tenía esa mirada sobre él, nada le respondía.

Desató la corbata roja que estaba por encima del traje y la hizo a un lado en el suelo, quitó el saco azul que también terminó en el piso. Conectó una vez más sus labios mientras desabotonaba lentamente la camisa blanca, dejando entrar su traviesa mano una vez que los botones ya no estorbaban, Izuku se estremeció al sentir la fría mano del rubio sobre su pálida piel rozando uno de sus pezones, provocándole gemir en la boca del contrario, no pensaba, estaba en blanco.

Cuando abrió los ojos, su cinturón también estaba en el suelo, junto a la ropa que Bakugō traía.

Había dejado todo botado, y al igual que él, sólo llevaba los pantalones. Katsuki se acercó para besarlo, en medio beso aprovechaba para deslizar sus manos sobre la espalda blanca y suave que estaba a su disposición, sentía como la piel del pelos verdes se enchinaba a su tacto, cosa que le fascinaba. Le fascinaba ser el único que provocaba eso en él. Antes del sexo, siempre amó recorrer con sus manos el curvoso cuerpo del chico, besarlo y admirar las pecas que adornaban su cuerpo. La cara de placer que ponía al dejarle tocar cada rincón de él, le volvía loco. Al besarlo, no cerraba los ojos, le gustaba ver sus ojos cerrados y los movimientos de su rostro sobre sus labios.