Capítulo V. Cambia la rutina

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De nueva cuenta, amaneció.

El departamento estaba vacío, sólo un triste muchacho recostado en su cama y torturándose con sus pensamientos.

Katsuki se fue súper temprano, no se despidió y no hizo ruido alguno. Izuku sabia que cuando algo así se daba era porque él en serio se molestó y cuando eso pasa no regresa rápidamente, la última vez tardó cuatro días en regresar y cuando lo hizo era como si nadie más estuviera en el departamento, hacía como si el peliverde no existiera en su mundo, mientras que el contrario moría por arreglar las cosas.

Siempre se arreglaba de forma "natural". Con una buena noche de sexo al puro estilo Bakugō.

De lo que Izuku no siempre estaba de acuerdo. Pero no decía nada al respecto, después de todo él también lo disfrutaba, no podía negarlo.

Le encantaba sentir ser poseído por el rubio. Ser palpado por las gruesas manos de Katsuki era una sensación de placer puro del cual era adicto, más que a sus medicamentos.

Pero lo podía probar muy pocas veces.

Decidió levantarse de la cama. Sus ganas eran las de faltar al trabajo una vez más, pero recordó lo que habló con sus compañeros anteriormente, definitivamente debía presentarse hoy.

Tomó su bata y se metió a la ducha.

No tardó ni diez minutos y salió. Se colocó su ropa interior y se puso un traje de un color azul pálido junto a una corbata roja con líneas blancas, la que usaba normalmente para trabajar.
Su portafolio estaba preparado, no llevaba la gran cosa, sólo unos cuantos papeles y sus pastillas, luego guardó su billetera en un bolsillo interior de su traje.
Sin desayunar, caminó hasta la puerta deteniéndose frente a un espejo que se encontraba en la pared de a un lado, fijándose en el moretón de su ojo. Ya no se notaba tanto como antes pero sí llamaba la atención, antes casi le caen en la mentira de que se había caído.

Lo mejor será decir lo mismo que le dije a Todoroki y a Eijirō, no creo que nadie pregunte tanto como ellos ━ calmó a su mente con eso y salió del lugar cerrando
con llave y encaminándose a la compañía.

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Mighty Games es la industria de videojuegos más popular de todo Japón y reconocido en algunos países del extranjero. Su CEO y fundador, Toshinori Yagi, ha hecho un excelente trabajo en hacer que su empresa estallará de una manera excelente atrallendo la atención de miles de jóvenes.

Toshinori e Izuku se conocieron cuando el pecoso tenía un trabajo de medio tiempo en la cafetería favorita del mayor. A Yagi se le olvidó la cartera y el portafolio debido a la suma prisa y el chico hizo hasta lo imposible con tal de dárselo. Un acto que fue reconocido y como recompensa una oportunidad de trabajo apareció, que fue aceptada con el mayor gusto.

Izuku trabaja en el área de planeación, mientras que Katsuki en el área de administración y recursos humanos por ser uno de los abogados de la empresa.

Llegó justo a tiempo a checar su tarjeta. No tenía ganas de nada, el solo imaginarse a todos sus compañeros preguntándole sobre su ojo le quitaba las ganas de todo.

Entró a la oficina con el rostro caído, tratando de no hacer contacto visual con nadie. Vio su escritorio y casi corre hasta él. Al llegar sintió alivio, pues era el área más apartada y desde ahí nadie lo vería. Se disponía a sentarse cuando sintió una mano tibia en su hombro, erizándole la piel.

Buenos días, Midoriya ━ Era Shōto. Vio al pecoso desde la entrada y lo siguió para hablarle, quería asegurarse de que estuviera bien.

B-Buenos días, Shōto ━ respondió tratando de recuperar el aliento

Lo siento, no quise asustarte. Te vi llegar y quise saber cómo estabas.

Estoy bien, no entiendo por qué se preocupan tanto ━ responde dándole la espalda acomodando su esceitorio

Faltas injustificadas, golpes en el cuerpo y malas excusas, ¿realmente no debemos preocuparnos?

No entiendo porqué deberían, ya les dije varias veces que estoy bien.

Sí, pero-

No te estoy corriendo pero en serio tengo mucho trabajo por hacer ━ dijo interrumpiéndolo e ignorándolo por completo.

Bien, me retiro

Izuku encendió su portátil y, tal como dijo, comenzó su amontonado trabajo.

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A la hora del almuerzo, como era de costumbre, el pecoso bajaba a la cafetería de la empresa. Compraba un simple y económico desayuno para todo el resto del día, ya que su apetito era muy poco.

A pesar de trabajar en la misma empresa, no desayunaban juntos. Es más, era un completo milagro ver a Katsuki rondar por la cafetería, ya que la comida que preparaban no era de su gusto.

A excepción de hoy.

A lo lejos, el rubio estaba sentado desayunando animadamente junto a una delgada señorita, de cabellera café y ropa elegante. Izuku no reconoció de quién se trataba ya que está estaba sentada dándole sólo la visión de su espalda y no de su rostro.

El pecoso hizo como si no los hubiera visto, porque sabía que no podía hacer nada, la última vez que le reclamó por unos pequeños celos armó uno de los pleitos más grandes en toda su relación, por lo que prefiere tragarse sus celos y no decir nada.

Soportándolo en silencio.

Se levantó junto a su bandeja de comida y se retiró, dándole una última mirada a su novio, el cual alzó la vista en ese mismo instante.

Conectando sus miradas.
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Próxima parte: 7 de Febrero

Esta cosa avanza muy lento, lo sé. Pero ya irá mejor, supongo.

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