Parte 1: Nace una nueva Ambar

536 26 1
                                    


"¿Cómo puedes hablar de amor, cuando estas tan llena de odio?"     y    "no puedo volver a confiar en ti". Esas oraciones se repetían constantemente en mi cabeza, sobretodo porque lo dijo la única persona en la que yo alguna vez pude creer y confiar ciegamente. La primera oración me destruyo por dentro, me quebró y aquello que alguna vez pude creer que pensó de mi se fue al demonio. Lo segundo me confirmo que dijera lo que dijera, él ya había dado sentencia, no cambiaría de opinión aunque dijera todo.

Y eso fue lo que intenté, salí corriendo tras de él, porque era la única persona de la cual me importaba su opinión, la única a la cuál sentía que no quería perder, que me ayudaba de verdad, que me supo mostrar un camino distinto. Pero fue en vano, no me oyó, me dijo cosas hirientes, me termino de romper y me dejo completamente sola, sin absolutamente nada más que perder.

Simón cometió el error más grande que pudo haber cometido conmigo: me mostró luz, cuando yo solo sabía de oscuridad. ("Eres la luz....." –empecé yo- "... que iluminó mi camino"?- terminó él) Y es que toda mi vida crecí y me formé en la "oscuridad" por así decirlo, yo no sabía de otra cosa que no fuese, hacer lo necesario para ser la mejor; pero entró Simón a mi vida y me enseñó que no existe la perfección y que hay muchas cosas más allá de ganar y estar por encima de la gente, me mostró la luz, me tendió la mano para sacarme de ese pozo. Pero me soltó, y me devolvió a la oscuridad, me dejó sin apoyo y sin nadie ni nada que me ayude; lo peor de haber visto la luz es que te das cuenta que la oscuridad es mucho peor que lo que era, porque antes estaba acostumbrada y cuando vuelves todo es mil veces peor.

Ahora simplemente no tengo nada, puedo hacer lo que me plazca, ya sé que no puedo confiar en nadie más que en mi madrina, ella prometió volver por mí y sé que lo hará.

Luego de la competencia en Cancún, Alfredo y Lunita dejaron que me quedara, más que todo por lástima, al fin y al cabo no tengo donde ir.

Ambar, te quedarás, las cosas contigo no van a cambiar – me dijo luna

¿Y? ¿a mí qué me importa?, estarás feliz ¿no? , ahora que eres Sol Benson, te quedas con la mansión, el dinero, el abuelo, ¿también te quedaras con mi cuarto? – le dije mirándola a los ojos, desafiándola

Mira Ambar, yo no quise nada de esto, no tengo la culpa, y las cosas no cambiaran, seguirás viviendo en la mansión y tendrás al abuelo – dijo luna

¿sabes qué?- la corté - haz lo que quieras, que eso también haré yo – e inmediatamente fui a mi habitación. Con toda la rabia que tenía tiré las almohadas rosas al piso, las estupideces de adornos de las repisas, incluso tiré de las cortinas para sacarlas de la ventana.

Me acerqué al espejo y vi mi reflejo, una chica que se dejo llevar por los sentimientos, que perdió de vista su objetivo, que no tiene nada.- Pero hoy nace una nueva Ambar, aquella que venía aquí a lamentarse ya no estará más –de dije a mi espejo y pinte una X.


Nota: Para no hacerla larga. Es mi primer escrito, es como yo pienso puede ocurrir distintas cosas, pero sobretodo como puede ser Ambar, creo que me siento identificada con ella. Déjenme sus comentarios y díganme que les parece. 

Mi propio final ... ¿FELIZ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora