Los días pasaron lentamente. Todos me habían elogiado por mi nuevo peinado a capas y con las puntas un poco más claras que al atarlo caían dos mechones más cortos por los lados de mi cara. Me gustaba ese pelo, ahora lo llevaba suelto la mayoría del tiempo ya que no pesaba tanto. La ropa también la sentía más ligera, ahora vestía con faldas por las rodillas o pantalones cortos y blusas.
Mi cambio sorprendió a todos mis amigos y familiares, Goku no llegaba a entender el porqué de esto y yo no sabía que decirle, solo había pasado y ya.Ahora, después de hacer mis labores salía a ver a Bulma y a cuidar de Pan junto a Piccolo. Goku trabajaba y Goten estudiaba, pero no me sentía bien conmigo misma. Recordaba con frecuencia como me sentí el día que Bulma me gritó como lo hizo.
-Goten—El pequeño giró la cabeza separando su vista del libro.
-Hoy puedes ir con tu padre, ya has estudiado suficiente por ahora—Me mirada con los ojos brillosos y con una amplia sonrisa. Se levantó de la silla de un salto y se aferró a mi cuerpo dando las gracias.
Ese gesto llenó de alegría mi corazón.Por la tarde fui a casa de mi hijo, hoy tenía una conferencia.
-Buenos días Milk—Me dijo haciéndose a un lado para que ingresara.
-¡Abluella!—Decía volando hacia mi, Piccolo corría detrás de ella.Nos sentamos mientras jugaba con ella. Piccolo no paraba de mirarme.
-¿Que te pasa? Estás muy callado
-Solo pienso.
-¿Y en qué piensas?
-En lo que me dijiste el otro día, debió ser difícil criar a Goten sola. Hasta ahora no lo había visto tan claro, pero ahora que aveces cuido de Pan, veo que debió ser muy duro—Su confesión me tomó por sorpresa. Las palabras no salían de mi boca. Me sentía extraña. Suspiré.¿Debería decirlo? Este hombre verde y amargado se había convertido extrañamente en un nuevo amigo para mí y aveces le contaba mis preocupaciones y temores.
-Si, así es—Dije al fin algo triste. Mi nieta lo notó porque me abrazó con cariño.
-Pero.... Ahora me he dado cuenta de que siempre que intento parar sus pies la que se tropieza soy yo. Con mis hijos pude apartar costosamente ese pensamiento, pero con el no puedo. Siempre será como es y lo respeto, siempre lo e respetado. Pero el hecho de que me dejara sola con un niño, que solo viniera a comer y que ni me abrazara me hizo pensar si de verdad me quería. Pero el día que quise resolver mis dudas ya no se encontraba a mi lado. El golpe de su muerte me afectó tanto que no me di cuenta de que tenía a un hijo al cual cuidar y que me necesitaba más que nunca como yo lo necesitaba a el. No podía soportar que Gohan entrenara, tenía miedo de que le pasara lo mismo. Y ahora Goten, que ama ir con su padre y que entrenen juntos. No sabes cómo le brillaron los ojos cuando le dije que podía ir con el.
¿Pero sabes que? Estoy cansada de ser yo quien se carcome la cabeza y esté siempre de mal humor—Me escucha atentamente igual que Videl que ahora ella tenía a mi nieta entre sus brazos.Notaba mis ojos brillosos por recordar tanto. Hablar sobre estas cosas, aunque no lo parezca, no es para nada mi fuerte. Desde pequeña me a costado bastante.
-¿En qué estás pensando?
-No lo se. Pero la verdad es que aveces me apetece ir con vosotros a luchar y ayudar a la gente y no sentirme como una inútil incapaz de ayudar.
El otro día cuando peleé contra Goku, a pesar de lo que pasó, me divirtió el hecho de poder luchar. Hacía muchos años que no lo hacía.—Piccolo estaba con los ojos abiertos pero no más que Videl. Sonreí.
-Pero.... A ti nunca te a gustado que lucháramos, siempre nos decías rebeldes y alguna que otra cosa mas. No lo entiendo.
-Gohan me dijo que tú y Goku os comprometisteis peleando, pero que desde aquello a ti no te gusta luchar—Reí un poco. Los dos levantaron una ceja.
-A mi siempre me a gustado luchar, lo que no me gustaba era que mi familia diera la vida por ello y se olvidara de lo demás. ¿Crees que no entiendo cómo se siente mi marido? Solo quiero proteger a mi familia a mi manera—Me levanté y puse una mano sobre el hombro de Videl.
-Me entenderás mejor cuando Pan crezca y Gohan vaya a salvar el mundo—Y con una sonrisa me dirigí a la cocina para preparar algo y a la vez pensar en lo que había dicho. En realidad lo sentía así. Pasé la mayoría de mi infancia y adolescencia entrenando y luchando y quiera o no, esas ganas de ir y patearle el trasero a alguien nunca te las quita nadie, pero debía ser fuerte para apartar esas ideas de mis hijos, quiero y quería que fueran alguien, porque, quieras o no luchar no te da de comer.Piccolo iba a decir algo, seguramente me diría que lo que había dicho era una tontería o algo parecido, pero la puerta se abrió de repente. ¿Desde cuándo estaba abierta?
-¡Piccolo!—Me escondí debajo de la barra al oír la voz de mi marido aproximarse por el pasillo. El corazón me iba a mil.
-¿Está Milk?— Abro los ojos al escuchar mi nombre y levanto un poco la cabeza. Piccolo me mira seriamente.
-No—Contesta seco y vuelvo a agacharme.
-¿Que pasa? ¿Por qué la buscas? ¿Pasa algo?—Pregunta la mujer de mi hijo nerviosa
-No lo se. La verdad es que está muy cambiada, ya no grita ¡Y hasta hoy le a dicho a Goten que podía venir conmigo!—Una sonría toma mi rostro por completo.
-Quizá esté pensando mejor las cosas
-No lo se... Y ahora también está ese cambio de vestuario que se a dado. No digo que le pare mal, se ve más joven, pero me parece extraño. Ella no es así.
-No digas tonterías, todas las mujeres aveces necesitan esas cosas para olvidarse de sus preocupaciones.Temblaba en mi sitio. ¿Acaso Goku había dicho que me veía bien? ¿Acaso se estaba preocupando por mi?
-Habla con ella, no pierdes nada en hacerlo.
-Pero.... No se lo que pasa, Goten también lo a notado. Es menos... Milk.
-Goku, ¿Ella siempre se a comportado así?
-No, justamente era justo como ahora antes de que naciera Gohan. Luego de eso dejó de ser tan dulce y se volvió más estricta.
Pero ahora se a vuelto más cariñosa y dulce.
-¿Y es algo malo?
-¡No que va!, solo que me siento extraño cuando se acerca a mi con los brazos abiertos para que le dé un abrazo, o me sonríe, o me acerco a ella.....—Decía tímidamente mientras yo, roja como un tomate, daba saltos de alegría mentalmente.
-¿Que sientes?
-Bueno mejor voy a buscarla—Exclamó— Videl, ¿Tienes algo de comer?—Dijo ya acercándose hacia donde yo estaba.
-¡No! De hecho Piccolo iba ahora a buscar comida, ¿Por qué no van juntos?
-¡¿Yo?!
-¡Vale vamos! A lo mejor está allí Milk—Y a rastras lo sacó de la casa.Yo estaba feliz y sorprendida por lo que había oído.
Videl hizo que aterrizara en la casa de mi hijo.
-Mejor me voy ya, tengo que preparar la cena.
-Claro, ¿Quiere que continuemos hablando de lo otro mañana?—Yo solo sonreí.Esa tarde fue la mejor de muchas otras. Sentía como mi pequeña mochila llena de cargas y preocupaciones se iba aligerando poco a poco. Me venía muy bien hablar con ellos y con Bulma.
¡HAY SI LAS PAREDES DE LA COCINA DE BULMA PUDIERAN HABLAR! ¡CONTARÍAN CADA COSA......!
Pero en realidad lo de preparar la cena solo fue una pequeña excusa. Desde hace unos días me sentía débil y extraña, me desmayaba y mi fuerza no era la misma. Pero supongo que solo es una pequeña gripe o algo, ¿Para que preocuparse?
ESTÁS LEYENDO
Simples palabras «Gochi» [Editando]
Random¿Protegerme? ¿Gracias? Palabras que he oído toda la vida salir por tu boca y que agradezco. Me diste dos hijos preciosos y sanos, ¿Pero sabes que? Estoy cansada. Cansada de ser la "débil" la mujer que solo regaña y se enfada. Voy a demostrarte, no...