Simples palabras «Gochi» [Editando]

No se toca

Desperté sintiendo múltiples punzadas en mi cuerpo. Al abrirse mis ojos me alarmé al no ver a mi esposo durmiendo y babeando a mi lado.

Me recosté como pude en la cama y giré mi cuerpo dispuesta a salir en su busca. ¿Ya se había ido?
Ese pensamiento me nubló por completo. Tenía la sensación de que algo muy mano iba a pasar.

Solté un grito al notar como la puerta se abría.

Dió un salto hacia atrás soltando un gritito. Se tomó el pecho y se recostó en la pared.
-Veo que ya despertaste-Lo miré y no pude evitar reír. Me miró con molestia.

Traía mi delantal rosa con estampado floral (que obviamente le venía pequeño) la cara ligeramente chamuscada y el pelo completamente desecho, más de lo que acostumbra a llevarlo.

-¿Te ayudo?
-Yo puedo sola-Dije indignada.
-Pero podrías-
-¡Que no! Un no es un no-Giré mi cabeza y intenté levantarme. Lo conseguí y victoriosa sonreí con sorna.
-Veamos como te las ingenias para bajar las escaleras-Dijo con una sonrisa y saliendo de la habitación. "Las escaleras...."
Bufé y me armé de valor para llegar a la puerta. No iba a llamarlo, tengo orgullo.

Poco a poco avancé por el pasillo intentando hacer el menor sonido por el dolor que sentía. Llegué y lo vi mirándome desde la planta baja.

"Maldito"Susurré.

Puse un pie en el primer escalón y me aferré a la barandilla como pude. Pude oír una carcajada.

Realmente me estaba mosqueado.

Llegué muy lentamente a la primera planta y me crucé de brazos. Me miraba con una gran sonrisa burlona.
-¿Qué haces ahí mirándome? ¡Llévame a la cocina!-Dio un paso hacia atrás y puso sus manos delante de mí cara, nervioso.
-¿Para que?
-¿Para preparar la comida?
-Yo puedo
-Prefiero tener la cocina intacta-Intenté moverme pero se puso delante de mí, completamente nervioso.
-¡Oye! ¡Muévete!
-No...tu solo déjamelo a mi. Me hace ilusión-Una sonrisa nerviosa se posó en sus labios.
-Goku, no lo voy a repetir otra vez-Sus ojos se movieron con rapidez como si estuviera pensando en alguna solución.
-Entonces muéveme-Soltó inocente y formando una sonrisa. Mi rostro enrojeció por la rabia y con firmeza intenté ponerme de puntillas para llegar a su oreja. La tomé con una extraña y escasa fuerza, pero lo contrasté con mis uñas.

Se quejó y aproveché para intentar pasar, pero me tomó por el brazo.
-¡Espera no vayas!-Parecía asustado. Lo volví a mirar, estaba claro, delantal, cara chamuscada y no quiere que vaya a la cocina.
-¿Que has hecho Goku?-Sus manos se ubicaron enfrente de mi cara y las movió acompañado por una risa nerviosa.
-N-nada, lo mejor es que descanses-Se agachó para sujetarme pero golpeé su pecho y grité deteniendo lo.
-¡No e bajado unas escaleras para nada! ¡GOKU MUÉVETE!-Me miró asustado y inocente, como un niño pequeño. Bajó la cabeza y suspiró.
-Solo no me mates porfavor-Lo miré extrañada, ¿Para tanto era?

Me llevó enfrente de la puerta y un olor a pan quemado llegó con fuerza a mis fosas nasales.

Alarmada intenté abrir la puerta y grité su nombre al ver todo ese caos.

El se encontraba debajo de la mesa del comedor sujetando su cabeza, como si intentara protegerse de algo.

Me recosté en el marco y empecé con mis gritos. ¡¿COMO SE LE OCURRE?! ¡Sé que él no sabe casi cocinar y valoro su esfuerzo, pero lo que me enfada es que trate con tanta brusquedad todos mis utensilios! ¡Podría haberme despertado y pedir consejo! ¡Y ahora tengo que limpiar!

Poco a poco mi vista se volvió borrosa y tuve que agitar mi cabeza para agudizar mi vista. Un pitido invadió mis oídos y, como si se tratara de un conjuro, toda mi fuerza desapareció. No pude evitar caer al suelo.