ALMA

Capítulo XXVII

Iritza/Cupcake

- Les quedan no más de cinco minutos antes que todo esto explote, pueden irse y yo igual-. Se detiene Lewis- Es mi oferta-. Culmina.

Tiene miedo pienso inmediatamente, las lágrimas de rabia salen de mis ojos mientras contemplo la mano de Zaldana, a la que aún permanezco aferrada, estoy arrodillada a su lado.

- Ya no tienes a dónde irte- me rio como alguien que ha perdido la cordura- Doyle te atrapó en esa máquina al acabar con todos ¡TUS MALDITOS ARTIFICIALES!-. Estoy gritando mientras me acerco a la máquina, Hayl toma mi brazo al pasar a su lado. Ella sigue abrazando a Doyle. Intenta despertarlo.

Creo que Lewis ríe- Una vez esto explote, la máquina explote y ustedes mueran... como te he dicho... soy consciencia en red... me tienen atrapado en tanto esta máquina perdure- se detiene en una pausa- lo que me recuerda que tienen cuatro minutos antes de que todo vuele en pedazos-. Finaliza.

- Debemos irnos, lo encontraremos en otro lugar-. Agrega Hayl mientras se pone de pie.

Comienzo a frustrarme por esa posibilidad pero no hay tiempo para pensar. No lo hay.

- Necesito que hagas algo, sé que no estarás de acuerdo pero si quieres que salgamos de aquí debes acatar sin discutir-. Ya sé que dirá que no. Yo diría lo mismo.

- ¡No!-. Grita- No te dejaré-. Comienza a ¿llorar?. Es hermosa. Más humana que nunca.

- Hayl-. Digo calma- Necesito que saques a Doyle de aquí, también lleva el cuerpo de Zaldana, tienes la fuerza necesaria- respiro como puedo- no estoy en condiciones de cargar con nadie, necesito que tu lo hagas, yo termino con Lewis y voy detrás de ti-. Sonrío- Quedan cuatro minutos, me tomará tres-. Le seco las lágrimas y me muestro serena.

- Nos quedamos todos-. Niega.

- ¡Hayl!-. Digo firme- Iré detrás de ti. Doyle me enseñó que debo hacer, solo ve-. Vuelvo a hablar calma. Perdemos tiempo pienso- Es una promesa amor-. Le digo.

Ella asiente entre dudas, pero lo hace. Me toma la mano, luego me besa como nunca antes, quiero que este beso dure para siempre. Que el tiempo se detenga en estos últimos cuatro minutos y nos quedemos así por siempre.

- Las promesas se cumplen-. Suena a una petición- Te veo afuera-. Agrega y por un segundo estamos seguras de esto.

Vuelvo a la computadora donde había quedado Doyle. La verdad es que él no me enseñó nada, solo entiendo su lógica, como funciona. Volteo un segundo, me doy el lujo de tomarme un segundo para verla como se marcha y un segundo antes de desaparecer de mi campo visual, voltea, le sonrío y conservo en ese breve segundo cada rasgo de su perfecta cara en mi memoria. Son los mismos rasgos que me enamoraron el día que atacaron el autobús, me parece un hecho muy alejado a la fecha, como si hubiese pasado hace una eternidad y ese día fue el día que conocí a la mismísima humanidad, la única cuota que quedaba de ella. Hayl.

- Tres minutos cantorea Lewis-. Ya no se burla, desea que no llegue a desconectarlo- Mis crisálidas están eclosionando, ya vienen por ti-. Agrega mientras escucho como se abre cada caparazón.

Ignoro su voz... voy de tecla en tecla, siguiendo los procedimientos. Pero con cada tecla veo cada rostro, mi madre, mi padre, mi hermano... fue hace tanto tiempo y es como si hubiese sido tan reciente, pienso en Landon, cómo estará luego de lo de la morocha con el más grande corazón pero con la mente más disciplinada, por un momento pienso en los hijos que me hubiese gustado que tengan... retiro esos pensamientos, solo me hacen llorar. Pienso en Doyle, ese chico es un genio, me alegra de haberlo conocido. Viajo a Selina, Charlie y Roma, deseo que esta última se componga y que por favor solucionen su triángulo amoroso, no puedo evitar sonreír en que tuvieron tiempo para tener problemas triviales. Viajo a Olivia, Myers, vuelvo sobre Zaldana e incluso voy a Abele, lo nuestro Abele, jamás pudo ser, eras complicado bromeo internamente, por alguna razón decido darle mi perdón por todo aunque él no se haya disculpado, tal vez no haya hecho algo realmente malo y además jamás se enterará de que baje mi orgullo para con él.

- Un minuto-. Dice Lewis- Lo arriesgas todo por tan poco, pudiste ser más-. Dice. Me distrae. Ya han salido de sus crisálidas los artificiales.

Mi mente va a Henry, cumplí tu promesa. Al fin. Terminamos lo que empezamos. Juntos- Lo arriesgo todo porque las personas lo valen, son  más que un conjunto de órganos, las personas son sinergia en si misma, las personas son hermosas- respiro- jamás lo entenderás Lewis, ni cuando fuiste humano pudiste apreciarlo-. Presiono la tecla "enter".

La computadora se apaga sin más. Lewis se apaga sin más. Ya no hay más una amenaza. Ya no hay más riesgo para las personas, no más luchas, no más armas, no más muertes, no más destrucción, no más artificiales, no más Lewis. Es el momento de la humanidad.

- Esto va por ti amigo-. Miro hacia el techo como si Henry anduviera por ahí sobrevolando- Conseguimos el mundo que queríamos dejar. Nuestro legado-. Miro al frente y veo los últimos artificiales que han quedado desperdigados por el suelo. Venían por mi.

Pienso en que quedan menos de quince segundos. Ya no hay tiempo para volver. No hay a dónde correr, no hay dónde esconderse. Inevitablemente inevitable. Todo esto se redujo a un sacrificio. Tal vez esto era lo planeado. Que más da.
Me quedo de pie y veo al frente, quiero recordar cada detalle de Hayl, de su perfección, serán mis últimos segundos con ella, quiero sentirla, que me sienta, repasar cada momento junto a ella y cada momento que la pensé como una gran secuencia hermosa de fotos vintage. Quiero terminar impregnada en ella, entiendo que hay promesas que a veces no se pueden cumplir, pero ella es la representación de la humanidad, el mundo necesitará de más "Hayls" que "Iritzas", yo solo soy la parte de la humanidad que han arrebatado. Lo que Lewis nos despojó. Ya no tiene caso pensarlo.

Pienso en su cara, la cara que mi alma siempre va a salvaguardar, la misión que me encomiendo. No quiero ver venir lo que sigue, todo su ser me distrae de la realidad. Me acobija a la distancia, me cuida. Vela por mí.

- Te am....