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Estaba seguro que no nos conocimos por casualidad. Desde que te vi sabía que el mundo era diferente al día anterior. Con tus sonrisas, tu alegría y tus hermosos ojos.

Azul y Hazel, que por alguna razón me recordaban al océano.

Mi deseo de estar con alguien más se había desvanecido, ¿estaba enfermo? ¿Tendría una enfermedad? Sí, era un gran problema. No puedo rechazar este gran sentimiento, estoy cayendo ante él y me estoy dejando ir.

-Hey Ryan, parece que el lobo no es tan astuto al final de todo-. Sonreíste-. ¡Mira, tengo mas tickets que tú!

Estabamos en un salón de juegos de arcade, disfrutando de la diversión, disfrutando de ver a la chica con heterocromia emocionada como niña pequeña.

Sí, tenías más tickets que yo porque te había regalado algunos míos sin que te fijaras porque sé que te gustaba llevarme la delantera.

Me gustaba la manera en la que dabas brinquitos cuando ganabas, como tu frente se arrugaba cuando perdías y como tus ojos desaparecían un poco cuando sonreías.

Estaba loco y perdidamente enamorado de ti.

Por mucho que mi corazón se acelere al estar contigo, estaba asustado.
Eras la primera chica con quién quería hacer las cosas bien, la única a la que no quería hacer daño.

Como si hubiera estando esperando por ti, tal vez estaba escrito, solo tenía que ser eso, lo sabes, yo lo sé.

-¡Te he ganado, Ryan!

Tan dulce.

-¡Un globo de pacman, tomame una foto con él!

Tan inocente.

-No te sientas mal, Ry. He intercambiado los tickets por estos vinilos de Oasis y The Stone Roses, son para ti. La verdad ganaba para darte un premio, en vez da darmelo tú a mí.-. Comentaste sonrojada.

Tan tierna.

No podía aguantar. Tenía que preguntartelo ahora, ahí, en medio de la sala de juegos, con las luces de colores iluminando tu rostro.

-Cuando estoy junto a ti estoy bien, es como si todo se hubiera alineado. Te amo y me amas. Eres la que me está tratando de salvar, mi ángel, mi mundo. Soy tu lobo y tú eres una belleza. Probablemente lo que diga no tiene sentido, pero necesito que me ames ahora, necesito que me toques ahora y no de una manera sexual. Sólo necesito saber si puedes dejarme amarte. Así que chica de ojos del mar, ¿quieres ser mi novia?

Tus ojos se abrieron más de lo normal, contuviste el aire y tu boca se abrió ligeramente. Te había tomado por sorpresa, no te miento, también a mí.

-Sí, Ryan.

Era lo único que quería oír para unir nuestros labios.

Sólo una vez y ya no podía respirar.

Sólo una vez y te llevo en medio de un millón de sueños.


Rango (Van McCann)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora