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El ambiente era bueno. Los "riders", como les gusta que los llamen, casi siempre hacian las mejores fiestas y esta no era la excepción.

Podías ver a tu alrededor a todos bailando esas canciones que normalmente mis amigos y yo no tolerabamos.

Las mujeres bailaban provocativamente entre ellas, con aquellas prendas que dejaban mucho a la imaginación. Vestidos cortos, faldas cortas, tops, pantalones sumamente pegados y escotes deleitadores... No eran feas cabe resaltar, por lo tanto eran uno de los centros de atención en todo el lugar.

Y también la razón por la que no nos habíamos ido, por cierto.

Yo me había acostado con una de ellas (y besado a otras pero ese es otro tema), Jean Claude, considerada como una de las de mejor cuerpo, pero igual por ser una zorra sin corazón. Al principio ella me hablaba con palabras de "amor", hasta que una vez borracha me dijo que todo era mentira y solo quería tener sexo. Obviamente al ser un maldito caliente acepté.

Sin sentimientos, sin amor, sin compromisos, solo una noche de coger duro.

Primer golpe.

Después de esa noche, Jean me trató de una manera amigable, como a una persona normal si lo podemos llamar así. Entendí otra cosa esa noche, que si quería tener sexo con alguien, sólo tenía que seducirla, tenía que aprender a ser un lobo... Y que a cada hombre que ella trataba así era porque ya se lo había tirado.

Alice Adams, casualmente la mejor amiga de Jean, era una chica conocida por dejarte caliente y luego huir. Habíamos fajado varias veces en el garage de su casa cuando ella ya sabía que me había acostado con Jean.

Cuenta el rumor (que en parte era cierto) que todas las chicas que salen con los riders, aunque todos ellos digan que son solo amigos, ya habían intercambiado saliva u otros fluidos corporales entre ellos. Algo así como sus "zorras personales".

Todos aquí no éramos unos santos, yo tengo mi historia, ellos la tienen la suya. Solo que los demás tenían una diferente perspectiva de ella.

-Van, ¿cómo dijiste que era la de 16?-Mencionó Bill sacándome del trance.

-No sabemos si tiene 16, y es castaña, estatura promedio y buen cuerpo.-Añadí algo fastidiado.

-Vale, solo quería preguntarte si no es esa de allá.- Señaló una dirección.

La seguí con la mirada y me detuve.

-No puede ser.

Lo dije, siempre me sacaba la lotería.

Era esa chica, la chica que estuve buscando.

¿Por qué mi corazón se ha acelerado?

Siento un temblor, se que ha comenzado.

Corazón, déjame advertirte que estás en peligro ahora. Todavía no sé que haré contigo, pero entraré en tu corazón.

Rango (Van McCann)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora