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No recuerdo mucho que pasó esa noche. Pero sé que la vi fumar un cigarrillo en el porche de Hardy.

-¿No eres muy joven para fumar?

-Tal vez, aunque puedo apostar a que tú igual haz venido a hacerlo.

Ladeé una sonrisa.

-Buen punto niña-Saque la cajetilla dispuestos a encender un cigarrillo.

-Me llamo Eliza, y supongo que tú eres Van.

-¿Has oído hablar sobre mí?-Mencioné con arrogancia.

-Oh claro que sí, todos saben quién es el chico que se tira a muchas chicas.-. Dijo en tono burlón.

Mierda.

-Conoces la historia- Le di una gran calada, tratando de sonar indiferente.

-Claro, rompiste el corazón de Emily, te tiras a un montón de chicas cada que puedes. Sé que clase de persona eres Ryan.

Ryan. No me digas Ryan.

-No es como que tú tampoco tengas una buena reputación, cielo.-. Le contesté del mismo modo.

Cierra la boca McCann.

-¿Y a ti que verga te importa? Yo no voy a tener una ETS antes de los 30.

-Oh lo siento. ¿Te di donde más te duele? Perdón cariño, pero solo te conozco de minutos y puedo decir que tienes una actitud que cala a cualquiera.

- Y tú andas despreocupado por la vida. ¿Actuas siempre así hasta cuando quieres cojer con alguien?

- Quizá, ¿está funcionando contigo?-. Pregunté sin pudor.

- No lo creo, ni en tus sueños más mojados me acostaría contigo.-. Dijo.

Pude ver una diminuta sonrisa en sus labios.

- Si te alejo de este ambiente, ¿follarías conmigo?

- Eres un cerdo.

- Cariño soy sincero, eres guapa, tienes un buen cuerpo, ¿qué más puedo pedir?

-Un cerebro, para que aprendas a utilizarlo.

Me solté a reír a carcajadas.

- Eliza, soy el mejor promedio de la generación.

- Pero sigues siendo un cerdo, ni si quiera sé porque sigo hablando contigo.

- Por que te mueres por estar entre mis brazos, amor.

Me fui sin esperar su respuesta.

Tengo una sensación extraña, la misma al ver que ella sólo sera un bocado.

Entré y justo en la barra estaba Jean, no era que quería un polvo en ese instante, solo que si querías conocer a una pequeña zorra tenías que ir con la zorra mayor.

-Te vi con Eliza.

-Oh sí, todo un encanto eh.

-No vas a tardar en tenerla a tus pies, es una niña.

-Una niña que estuvo manipulando a su novio por años.

Soltó una risa escéptica.

- Él le pusó el cuerno con su mejor amiga, Van. Era obvio que quería vengarse.

- Dejarlo hubiera sido lo mejor. Nadie puede dejar que lo humillen y seguir como idiota con esa persona.

Qué deshonesto, McCann.

- Pues así es la vida, dejas que te pisoteen por amor.- Se acercó y comenzó a tocar mi pecho.

- Esta noche no, no tengo ganas, Jean. Esa niñata me ha bajado la calentura.

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Me levanté en el sofá de los Blakeway.  Bob estaba acostado en la alfombra.
Escuché un murmullo en la cocina y decidí seguirlo.

-¡Mira nada más! ¿cómo amaneciste pequeño Van?

- Me duele un chingo la cabeza Bill, así que no andes jodiendo.

- ¡Estupendo! Después del gran espectáculo que diste anoche, no esperaba otra cosa.

- ¿De qué verga hablas?

- Lo que pasa, rayito- inquirió Benji que estaba preparando huevos con tocino- es que anoche estabas tan ebrio que casi armas una escena porno en vivo y a todo color.

- ¿qué?

-  Pues ya sabes, Van. Tú siempre has amado el sexo, pero anoche se te fue la mano con los tragos y volviste a recurrir a la morada...

Ya sabía a que se refería, de vez en cuando me gustaba fumar marihuana, pero es en muy escasos casos.

- ¿me cojí a alguien? ¿qué tanto hice el ridículo?

- Pues no te cojiste a alguien, tocaste a muchas, pero no estabas en condiciones... Dijiste que te follarías a cualquiera que te haga olvidar a la chica de preparatoria pero luego empezaste a desnudarte por todo el patio, dijiste que las copas te lo habían pedido, te detuvimos antes de que te quitaras los pantalones, y te trajimos aquí.

Genial, humillándome por una chica de 16.

Rango (Van McCann)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora