Capítulo 7

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Estaba de regreso en la mansión. Y aún seguía sin procesar lo que Jimin había dicho.

¿Cómo podría extraer ese tipo de información a Jungkook?

No era sencillo como ellos creían que era. No era cualquier persona a la que debía investigar, era Jeon Jungkook, el hombre más despiadado y sanguinario que haya conocido en el mundo.

No estaba preparada para una misión de este tipo. Esto no era una maldita película de acción, en realidad mi vida correría peligro, y la magia de la edición no iba a revivirme en caso de que muriera.

Jimin también dijo, que solo sería por poco tiempo. Él me aseguró que muy pronto vendría alguien, que me ayudaría con el trabajo, esto solo causó más dudas en mi cabeza, muchas más de las que ya tenía. No pudo darme mayor detalle de aquello, solo prometió que no me abandonaría y con un beso en la frente se despidió antes de que los guardaespaldas lo obligarán hacerlo.

El sonido de la puerta interrumpió mis pensamientos, pero no había tenido el tiempo para decir que entrara, porque lo hizo sin contar con mi permiso y como si su vida dependiera de ello.

- Hola -saludó sospechosamente y esbozó una sonrisa nada genuina- Oh, veo que te compraron algo de ropa. Al fin...-murmuró, como si no pudiese escucharla y notar cuanto le disgustaba mi atuendo- Al parecer no tenías nada antes de llegar aquí -supuso al ver la cantidad exagerada de bolsas encima de la cama-. Nunca a Jungkook ser tan caritativo con los recién llegados, aunque no me sorprende, siempre le ha preocupado ayudar a los más necesitados -confesó, mofándose de mí.

- Si realmente él es así, debió hacer lo mismo contigo ¿o no?

- Yo no necesito de el dinero de otros para subsistir.

- Entonces...¿Qué haces aquí? -cuestiono su estadía en la mansión, y su mirada se vuelve tensa.

- Eso no es de tu incumbencia, niña.

Su voz chillona y actitud detestable, lograba develar mi peor lado.

- Lo siento, tienes razón -dije para arrepentida-, tu trabajo aquí debe ser muy desgastante.

- ¿De qué demonios hablas?

- Complacer a Jungkook te debe dejar muy exhausta -recordé la noche en que él me dejó sola durante la ceremonia y pensó que nadie lo veía mientras se encerraba en aquel despacho con Rose- ¿Te paga por adelantado? O solo le das una mamada y al día siguiente tu cuenta bancaria aparece llena.

- ¡Eres una maldita perra! -lloriquea, mientras su mano se levanta frente a mis ojos.

Los cerré por inercia, pero el golpe nunca llegó. Levanté los párpados de uno en uno, para luego encontrarme con una enorme espalda obstaculizando mi vista hacia Rose.

- Te dije claramente que no quería más problemas -dijo serio, sujetando su muñeca.

- Pero no sabes lo que ella dijo de...

- No me interesa. Sus estúpidas peleas terminan aquí, no voy a tolerar otra más.

Eso había sido un ultimátum para ambas, pero mi mente se negaba a creer que ella me dejaría en paz, aunque él lo ordenase.

- Sal de aquí, ahora.

- Jodete Jungkook -escupió molesta, yendose con su dignidad por los suelos.

Sonreí mientras la veía dejar la habitación. Pero cuando volteé, dejé de hacerlo. El rostro gélido de Jungkook me inspeccionó, y me pregunté si había algo en mi ropa, aunque no era mía a decir verdad.

Dangerous Love© | Jk.Sb | EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora