Capítulo 8 Me preocupas

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- Es una humana... ¡Esto es perfecto! -Luego de esa exclamación, unas risas dementes siguieron, las cuales hacían eco en la sala. Hizo algo de acercamiento en la cámara para poder observar con más detalle al humano que estaba en pantalla.

Se trataba de un monstruo de sexo femenino, que se encargaba de monitorear las zonas visibles del subsuelo; un trabajo un tanto hartante a veces, pero una sola dósis de su droga preferida le mantenía calmada.
A tientas, agarró una jeringa e inyectó el líquido su brazo, dandole un efecto de confusión y relajación a su cuerpo.

- Asgore va a ser derrocado... Ya estamos hartos de su corrupción. Con esta alma humana, podemos quitarle el trono.
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- ¿Es Undyne? -Preguntó algo asustada la humana; había oído hablar de una tal Undyne al chico sin brazos, y luego a Papyrus conversar con él o ella.

Lo que más le inquietaba, eran las miradas de odio que conectaban al esqueleto y al monstruo de la armadura; no se movían, permanecían donde estaban sin decir una sola palabra.
De repente, el silencio desapareció:

- Con que eras tú, Sans. No esperaba que alguien tan vago como tú, al que no le da importancia a nadie más, ayudase a ese humano.

Ella esperaba que Sans respondiera a aquel comentario con una broma o una ofensa, sin embargo, este no perdió el tiempo y le lanzó un hueso bien afilado, el cual esquivó con facilidad.
Antes de que la humana pudiera reaccionar, ellos ya estaban en una pelea a muerte.

- Frisk, es nuestra oportunidad -Susurró la flor- Debemos irnos de aquí cuanto antes.

Sin embargo, ella no se movía, pues estaba en una duda; ¿debía ayudar o debía huir?

- No lo se, Flowey... ¿Qué tal si luego nos odia?

- ¿¡Estás de broma!? ¡Mueve esas piernas, rápido!

No importaba cuantas veces la flor le gritaba, ella no se percataba de nada de ello; su vista no iba a otro lado más que a la batalla de los dos monstruos.

En uno de los movimientos, ella logró penetrar en la defensa del esqueleto, por lo cual ya tenía la batalla ganada con una lanza carmesí dirigiendose al cráneo de Sans. La castaña, la cual hace un momento tenía las piernas entumecidas, tiro la maceta sin pensar y se interpuso entre la lanza y al que consideraba como un amigo...
La lanza se frenó, pues se había introducido en el pecho de la chica, partiendo su alma en dos.
No le dolía, pues ya estaba acostumbrada a que la vida le fuese arrebatada, pero aún asi era algo deprimente para ella.
Aunque claro, no era tan asi gracias al poder que ella tenía, por lo que con una simple acción, podía fácilmente volver a la vida.
Sin embargo, su mano se mantenía sobre las letras frente a ella... Una parte de ella le impedía presionarlas, y le decía que si regresaba a ese infierno bajo tierra, moriría una y otra y otra vez, hasta que se cansara de seguir intentando.
La castaña estaba en duda, pero la respuesta no necesitaba de una profunda búsqueda; Frisk, aún después de todo, mantenía sus objetivos por sobre su miedo y su impotencia. Asi que, apretó sus ojos y, agarrando fuerza y voluntad, presionó el milagroso botón...

Nuevamente, el negro se iba, y estaba allí, con la lanza atravesandola. No pasó mucho, hasta que todo empezó a ir hacia atrás, deteniendose justo cuando ella y Sans habían llegado al pequeño valle subterráneo de las flores Echo.

- Anda, alegrate un poco. Hemos llegado.

Ella se volteó, y logró ver las hermosas flores que tanto le habían llamado la atención. De inmediato se acercó a una de las flores, y susurro el deseo que había sido borrado.

Knock Knock... (UF! Sans x Frisk) [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora