Veintiocho

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-Mami, ya va a venir papá por Andy y por mi?

-Si, mi vida, ya está viniendo- vi la hora de mi reloj y traté de esconder mi molestia. Hace una hora que Shannon tenía que pasar a recoger a los niños y ni sus luces- ve a jugar, ok?

Hace tres meses que me casé. Carlos y Sofía nunca están en la casa, siempre están de campamento, en la playa o algo parecido. Para ser honesta, era lo mejor. Me costaba ver a mi esposo y a la niña sin que la palabra "hubiera" recorriera mi mente junto con imágenes de lo que pude o no haber hecho.

Dejándome a un lado, lo que más me preocupada eran los niños; Alex, para ser precisos. El Niño se llevaba bien con Carlos y su hija, lo que me preocupaba era su papá.

Shannon había estado actuando muy raro. Cada vez que le tocaba ver a mis hijos, llegaba tarde o no lo hacía para nada, y cuando sí los veía, los devolvía a las dos horas de haber estado con ellos

Decidí hablarle al celular, y como ya era costumbre, no respondió. Le dejé un mensaje de voz

*Hola, soy_____- dije rápido- al parecer hoy tampoco vienes por los niños- suspiré- te he dicho que si no los puedes ver un día me lo digas y cambiamos la fecha, PERO NO DEJES A TU HIJO DE CUATRO AÑOS ESPERANDO HORAS POR TI!

Colgué y lancé mi celular al sillón

Sabía perfectamente que Shannon estaba molesto conmigo, pero odiaba que dejara mal a los niños. Alexander se desilusionaba cada vez que veía que su papá simplemente no aparecía en la escena cuando debía, y a decir verdad tenía miedo de que la relación entre ellos dos se fuera deteriorando día tras día

La noche llegó, y con ella, la tan esperada hora de dormir de mis hijos.

Me di un largo baño y me puse me pijama. Estaba a punto de quedarme dormida cuando escuché el sonido del timbre de manera incesante. Llegué hasta la puerta y cuando la abrí, no lo podía creer

-_____!!- casi gritó haciendo énfasis en las vocales. Estaba más que borracho. No entendía cómo podía mantenerse de pie

-Shannon, cuánto bebiste?- lo regañé

-Un poquito de mucho- rió

-Y cómo llegaste hasta aquí

-Mañejando, obvio

-Qué? Manejaste?- yo era la preocupación personificada, y él sólo podía reír- qué haces aquí?

-Quería hablar sobre, sobre... lo siento, yo, lo olvidé- suspiré rogando paciencia

-Entra, no puedes volver así a tu casa

-Ah! Ya me acordé!- gritó mientras entraba y se acomodaba en la sala- era shobre losh niñosh

-No voy a discutir eso ahora, mejor vamos a dormir

-Juntos?- preguntó de inmediato lanzando miradas "seductoras". Al parecer su cerebro recordaba cómo coquetear pero no cómo decir bien la palabra "niños"

-No- dije. Recordaba al Shannon borracho. Sólo lo había visto así una vez en casa de Tomo y fue una de las cosas más graciosas del mundo

Lo llevé hasta la habitación de huéspedes y le ayudé a quitarse los zapatos. De pronto me jaló y quedé debajo de él en la cama

-Vamosh a jugar, gatita- yo reí

-No creo que sea buena idea, tigre

-Grrrr...- no podía ser más cómico este hombre

-Déjame salir, por favor

-No, vamos a pasarla bien- comenzó a querer besarme y sus manos quisieron recorrer mi cuerpo torpemente, pero logré detenerlas

Decisiones para la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora