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Mientras sonaba el ultimo incendio de Leiva y me mirabas con esos ojos de cachorro yo solo podía observar el anochecer y ver Madrid de lejos con sus grandes edificios hechos papel en mi pequeño cuaderno.
Ese donde a veces te dibujaba y me enseñabas con una botella de vodka a tu espalda que la vida es más larga si la vives con quien te da la gana y yo solo quería aprender de tus grandes palabras y no apaciguar el mañana con otra guerra entre montañas.
Porque la filosofía como tú dices es la vida y mi vida eres tú y que quieres que te diga, me cuesta olvidar tu voz llamándome mientras bailabas al son de Sabina tu canción favorita, esa donde decía que nos dieron las 10, las 11 las 12 la 1 las 2 y las 3 y desnudos al amanecer nos encontró la luna.
Y ya sabes que somos la revolución de los pequeños detalles que marcaban corazones y almas, que somos una revolución convertida en persona y que te quiero a pesar de todas las putadas.
Que te quiero por todas esas charlas sobre el feminismo, la libertad y los viajes de un día a Tarifa en donde tú y yo nos poníamos hasta el culo de amor y esa sensación tan particular de infinidad que me invadía cuando estrechabas mi corazón en una canción.
Siempre te voy a amar aunque estés loco de atar y a veces no me des esa estabilidad, pero ¿de eso se trata el amor no? De volvernos majaras día a día cuando los besos se convierten en un chute de adrenalina.
Y no importa si vuelves o no, sabes que igualmente pasaré por delante de tu casa cada mañana esperando a que salgas.

Te quiero chico huracán,
Tu lady Madrid

Moi-même ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora