KISS THE RAIN

V. Elisa

-Yo creo que deberías aceptar, amigo.

-No, no. Ese hombre parece loco. Yo digo que mejor lo dejes. Llámalo y dile que no.

-Chicos,... me confunden. Tenía mi decisión, pero todo lo que me dicen hace días tiene razón. No sé qué hacer ahora.

-Tómalo con calma, Louis.- dijo la mamá de Clevon poniendo su mano en el hombro de él. -No es una decisión que puedas hacer a la ligera. Tienes que pensar bien. Eres un adulto joven y tu vida depende de las cosas que pasen frente a ti.

-Gracias, señora Bailey.- realmente no estaba ayudando.

Cinco días y todavía sin saber qué escoger. Debío haber tenido una decisión a los tres días. Él la tenía, pero sus amigos y la familia Bailey tenían más comentarios sobre su vida, decisiones, consecuencias... una posible probabilidad de que Derek Argent fuera un violador, asesino y trabajador del mercado negro con intenciones de un final terrible para Louis. Pero Louis no creía eso. Era muy absurdo. Derek Argent no tenía cara de ser ese montón de cosas.

Quería darle una oportunidad.

De cualquier manera, las leyes de Francia le respaldarán, ¿no? Era un tipo de trabajo como niñero, pero... con algún tipo de trabajo extra. Normalmente niñero es solo vigilando, jugar con ellos y a veces darles de comer, pero siempre la comida estaba lista. Y más con sus clases de piano. ¿Cómo iba a enseñarle "todo lo que él sabía" si ni siquiera podía cuidar a su propia hija en primer lugar? ¡No tenían sentido en muchaos casos! ¿Por qué no sólo contrataba a alguien? Tenía dinero. Hablando de dinero, ¿Le iba a pasar por cuidar a su hija? El día del espectáculo fallido del señor Simpson, él había dicho que era una oportunidad que más bien iba a pagarle. Pero el día que lo fue a ver ni siquiera lo mencionó. ¿Era una broma? ¿Una trampa?

Louis tenía que hablar con él. Seriamente. Que le explicara todo. Él tenía millones de preguntas. No podía solo hacer una llamada, tenía que ir a visitarlo otra vez. Pero tenía que ser discreto, no quería que los demás pensaran que él dijo sí, sólo tenía dudas, muchas dudas. Tenía que ir.

-¿Qué pasa?- preguntó Clevon cuando Louis se levantó del sofá.

-Nada. Sólo... quiero ir a caminar un rato. Tengo que pensar las cosas bien.

Salió de la sala de los Bailey, bajó las escaleras y salió por la puerta de la panadería.

Saltó por los mismos árboles de la primera vez y fue por el camino de tierra hasta el gran portón del señor Argent. El guarda lo dejó entrar y Louis caminó hasta la puerta. Tocó el timbre y la puerta fue abierta en segundos.

-Señor Argent. Tengo muchas preguntas y necesito que me responda si quiere que acepte su propuesta.

-Me parece completamente bien. Pasa.

Louis asintió y entró. La casa estaba más ordenaba que antes. Sólo habían unos cuantos carros y muñecas tiradas en medio de la sala. Pero se veía mucho mejor que antes.

-Solo te pido que hagas un poco de silencio. Emma está durmiendo.

-No hay problema.

-Toma asiento. Y bien, Louis. ¿Cuáles son tus preguntas?

-Si yo aceptara, ¿usted me pagaría? Porque usted bien sabe sobre lo sucedido con mis padres. No tengo dinero.

-Te pagaría más de lo que hace un niñero. Y vivirías aquí, así no tendrías que correr ni hacer algo arriesgado. Dejarías la casa de tu amigo.

-¿Cómo...?

-Solo me aseguro de que estés bien. Pero sí tengo que decirte que este trabaja es de veinticuatro horas, joven Rêve.

-Ahí viene mi otra pregunta. Si es un trabajo que implica tanto tiempo y... dedicación, ¿cuándo me dará las clases de piano?

-Mi oficina está aquí en mi casa. Justo al final del pasillo por el ruido de mi hija, así que no tendré que viajar mucho, la cuestión es que dos veces a la semana tengo que volar al centro de París y otras a Italia. Ahí vendrás conmigo, tendremos nuestras clases de piano en mi casa de París e Italia, donde tengo todos mis instrumentos, partituras, ayudantes, y podemos hacer pequeños espectáculos para ti y que vayas siendo reconocido. ¿Qué te parece?

-¿Qué pasa con su hija?

-La llevamos.

-¿No será...?

-Mira, muchacho. No pienses en lo negativo. Sólo necesito que la cuides mientras estoy en mi oficina, No he podido concentrarme. Ella requiere atención todo el tiempo y yo no puedo dársela. Necesito cumplir con mi trabajo.

-Disculpe, señor Argent por preguntar esto, pero... ¿Qué le pasó a la señora Argent?

-Ella murió en el parto de Emma. Elisa era la mujer más hermosa de todas, en todos los sentidos. Tuvo muchas complicaciones durante el embarazo y no soportó. Por eso la prensa me busca todavía, hay rumores sobre que yo le daba mal trato.

-Lo siento mucho, señor Argent.

-No te preocupes, Louis. Te lo digo porque sentía que debías saberlo. No culpes a la curiosidad, de todas formas te lo iba a contar.

-Eso es... No sé qué decir, señor Argent.

-Dime que aceptarás. Te estoy ofreciendo todo lo que sé a cambio de que le eches un ojo a mi niña y juegues con ella.

-No sé si haga un buen trabajo. Cuando cuidaba a mi hermano... él lloraba y las niñeras y guardias me lo quitaban. Tal vez por eso es así de consentidos.

Derek Argent se inclinó y puso una mano sobre el hombro de Louis. -Lo harás bien. Sé que sí. - sonrió.

-De acuerdo. Lo haré.