KISS THE RAIN

X. Papá

Todos los espectadores lo miraban. Incluso la Emma lo miraba. Todos los ojos estaban sobre él. Louis sólo quería correr a su habitación y llorar como nunca. Llorar y llorar, hasta que fuera otro día. Y cuando se despertara, ver al señor Argent diciéndole que tenía que prepararse porque el helicóptero llegaría pronto para ir a otra ciudad, a otro país a ver el lugar que iban a presentarse en la noche.

No quería estar en el centro de todos. No quería su lástima. Sus millones de preguntas sobre qué estaba sucediendo, porque él era uno de los que no tenía idea de lo que pasaba. Quería una explicación. Una solución. Tenía miles de preguntas, muchos por qués. Y la única persona que podía decirle que pasaba... estaba camino al hospital. Y no sabía si volvería. Sólo tenía el papel doblado que le había dado. No apartaba la vista de él. Le mataba la curiosidad, pero todavía no quería verlo. No quería leer lo que decía.

Tenía miedo.

Y ni siquiera le importó haberlo gritado hace un momento.

Tenía miedo de lo que le pudiera estar sucediendo al señor Argent. Tenía miedo de lo que pasara de ahora en adelante. Tenía miedo de lo que decía el papel. Tenía miedo de lo que hablarían los demás mañana. De lo que estaban hablando. Tenía miedo de las últimas palabras de Derek Argent.

-Amigo... Louis. ¿Estás bien?

-¿Quieres que... llamemos a alguien?

-Puedo llamar a mis papás. No les importará llevarte a nuestras casa. O podemos llevarte a la tuya.

-¿Necesitas ayuda con la niña?

-¿Louis?

-¿Señor Rêve?

-¿Joven Rêve? ¿Se encuentra bien?

-¿Joven Argent, necesita que le llame al piloto de su padre?

Louis salió de su trance y se volteó a la multitud que lo veía como si estuviera loco.

-Disculpen, pero debo retirarme. Vamos, Emma.

La bajó y agarró su mano. Metió el papel en su bolsillo del pantalón y empezó a caminar por la ciudad.

Caminó sin rumbo. Quería sólo correr y esconderse, pero había prometido cuidar a Emma. Y no sólo desde hoy. Se lo prometió el primer día que jugó con ella. No iba a dejar que sus miedo le hicieran romper promesas. No podía dejarla sola. No como sus padres lo dejaron a él. Y es gracioso, porque estaba corriendo de todos al igual que lo hizo cuando sus papás lo echaron. Sólo que esta vez, no estaban sus amigos, no había a alguien en qué confiar. No iba a llegar ningún hombre llamado Derek Argent que le ofreciera todo lo que tenía ahora. Pero... ¿qué tenía ahora?

Suspiró y se sentó en el suelo. La niña lo miró y se acomodó frente a él.

-¿Qué pasa, hermano mayor?

-Realmente no lo sé, princesa.

-¿Qué pasó con papá?

-Tampoco lo sé.

-¿Por qué estás triste?

-No estoy triste, sólo... bueno, si estoy algo triste.

-¿Es por papá?

-Sí...

-Uhm...- la niña se cruzó de brazos y tembló. -Tengo frío.

-Ven aquí.

Louis abrió sus brazos y ella sonrió. Fue hcaia él y lo abrazó. Louis la cubrió con su sacó.

-¿Qué es ese papel que papá te dio?