Beacon Hills, está en problemas de nuevo y no lograran salir de ese lio sin la ayuda de una bruja y para suerte de ellos, les toco con una bruja muy diferente a las demás con la que pudieron toparse, con la bruja escarlata.
Cuando una serie de ase...
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La rutinarias mañanas que tendría de ahora en adelante se le había agregado un factor más. Resulto ser que mi querido amigo Nathan,era nuevo en Beacon Hills igual que yo y casualmente tendremos que compartir clases ahora.
Para mala suerte mía, tuve que aguantarme todo el día en el instituto, hablando y hablando, además de tratar de sacar mí numero de teléfono.
No había conocido alguien tan irritante como él...
O espera si lo había hecho y por lo que se, tiene un muy peculiar apodo: Stiles, Cuajada andante.
Volviendo al presente, donde me encuentro en la azotea cerca al edificio abandonado donde tienen a los betas, camino hasta el borde y allí me paro, admirando la caída. La brisa de la noche azota mi rostro y cabello haciendo que este ultimo ondee con la brisa.
Había un auto estacionado frente a la entrada y del callejón se escuchaban voces masculinas, así que afine mejor la vista y vi que era Scott junto con Derek Hales.
Viéndolo mejor, seguía siendo igual de guapo a como lo recordaba pero sin esa sonrisa que antes lo caracterizaba. Tenía humor a enojo e ira, recordándome el fatal suceso que padeció de joven con su novia.
Él necesita un abrazo.
Ellos hablaron un rato, parecía que discutían en cierta parte sobre algo y después de unos minutos, Derek emprendió el rescate de sus betas.
¿Cómo había llegado aqui? Fácil, Alan. Me llamo, me dijo lo que pasaba y me pidió que protegiera a los hombres lobo que harían la misión suicida mas grande del mundo, enfrentarse a la manada de Deucalion, una manada de Alfas.
¿Por qué lo hacía? Porque era mi deber, debía proteger y ayudar, asi eso me costara la vida.
Me fije en como Scott subía detrás de Derek por las escaleras de emergencia y me dispuse a dejarme caer al vacío.
- Es hora, Dom.
Me tire del borde del edificio transformándome en un halcón peregrino y trine. Planeo alrededor del banco en busca de una ventana para entrar sin hacerme ningún daño y al encontrarla entre dando un giro torbellino, volando dentro del lugar.
A lo lejos escuche los rugidos furiosos de los hombres lobo. Algo que puedo decir sobre los hombres lobo que no me agrada es que muchas veces son incontrolables y mas en las lunas llenas como hoy, factor que ahora recuerdo y me hacen darme un golpe en la cara por lo despistada.
Se vuelven violentos y estoy en contra de la violencia.
No, no es cierto. Me gusta ver las peleas de los hombres lobos, incluso llego a apostar conmigo misma sobre quién va a ganar. Pero hoy es diferente, el chico que Deaton me pidió ayudar esta aquí y como una bruja metiche debo hacer algo.
