Beacon Hills, está en problemas de nuevo y no lograran salir de ese lio sin la ayuda de una bruja y para suerte de ellos, les toco con una bruja muy diferente a las demás con la que pudieron toparse, con la bruja escarlata.
Cuando una serie de ase...
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Las brujas habían visto tanto el pasado como el futuro y sabían de mi miedo con Stiles y dolorosamente ellas mismas me lo confirmaron.
Stiles estaba poseído por un ente maligno de la mitología japonesa, un Nogitsune, como ya había dicho antes. Y aunque trate de convencerme a mí misma de que no era cierto nada eso, que era una premonición errónea y que era solo un miedo absurdo, lo era y era más real que un gato de 5 patas.
Cuando había hablado con las brujas sobre eso me advirtieron sobre algo que aún no logro descifrar, en si, me dijeron una profecía:
El zorro saldrá y tres almas se llevara sin dolor y sin piedad pero el elegido su corazón arrancara.
Se me erizan los bellos del cuerpo al recordar esa frase y créanme, mi cerebro ha estado trabajando mucho para descifrar eso y aun, nada. Saben cómo soy de lenta y me ponen acertijo, también saben que incluso puedo llegar a tardar años y no lograre descifrarlo nunca.
Ahora siento aun ese vacío en mi estómago al ver el rostro triste de Seth al salir de casa, su expresión me partió el corazón pero no había nada que podía hacer para evitar lo que estaba por suceder.
Cuando salí de ese mundo que las brujas habían creado aparecí en el psiquiátrico oscuro, habían muchos oficiales del FBI acordonando el lugar pero cuando me vieron salir sus expresiones de asombrados no se comparaban con nada, hasta que en medio de la multitud salió él, mi padre.
Su rostro me lo decía todo, que había rebasado la copa.
Volvimos a Estados Unidos, Beacon Hills para ser más precisos. No, no hable con ninguno de los chicos o por simple casualidad me encontré con ellos de seguro tenían mejores cosas que hacer o a lo mejor no lo sé.
Ahora, Eichen House sería mi hogar por unos meses, mi padre, el hombre que había soportado las visiones y mis pesadillas algún tiempo, se había cansado de todo eso y ahora, me meterían en un manicomio.
- ¡Te lo juro, Elle! ¡Hare hasta lo imposible para alejar a mis hijos de ti! ¡Los colocaste en peligro, a los dos! –los gritos de mi padre hicieron que me contrajera el corazón, la abuela siempre había estado a mi lado y no me imaginaba la vida sin ella ahí a mi lado.
