Amor De Combi [FINALIZADO]

Abuelas Habladoras

Yo vine con un solo objetivo, visitar a mi padre como semanalmente lo he hecho desde hace ya dos años. Cumplí mi parte. Estoy de camino a casa, donde hasta ahora me ha tocado sentarme con todo tipo de persona, desde señoras cayendo en bromas de gemidos, hasta una linda chica con la cual puede pasar algo. Ese es mi nuevo objetivo, no bajarme de aquí, hasta obtener su número.

Ya solo faltaba media hora para llegar a casa, lo podía sentir, al igual que sentí las pisadas de varias abuelas subiendo a la combi. Sinceramente no sé de dónde salieron tantas señoras de la tercera edad, supongo que hubo algún tipo de misa o juego de bingo, no lo sé. Lo que sí sabía era que tocaba dar nuevamente mi asiento.

En la parte de adelante bajaron dos señoras, quedaban cuatro abuelas por sentarse. Un chico delante mío también bajó, quedan tres. El carro cerró sus puertas y comenzó a avanzar, en vista de que nadie más parecía ceder su asiento, le pedí permiso a mi futura esposa, no sin antes hacerle una señal a una abuelita para que se sentara en mi lugar. Naomi dijo que normal le pasase por encima, no había problema, pero sí, sí que lo hubo. Cuando estaba pasando, la combi pasó por un bache, el cual hizo que me chancara la cabeza con el techo de la combi y al rebotar caí fuertemente encima de las piernas de Naomi.

Más allá del golpe, por dentro quería morirme. No sabía qué decirle, mi mente se puso en blanco, solo me levanté rápido y retrocedí para que la abuela pasase a sentarse. Una tenue voz me salió, pidiendo perdón a Naomi por caer encima de ella, a lo cual respondió con unas palabras que siempre recordaré. Descuida, que suaves nalgas por cierto.

¿Cómo qué, qué suaves nalgas? ¿Debo tomar esto como acoso o halago? En fin, sea lo que sea me agarro desprevenido, supongo que es una prueba de que ya había confianza suficiente entre ambos.

Por cierto, ¿Recuerdan que al inicio les comentaba algo de que había un tipo parado a mi lado al cual tuve que esquivar sus ataques de salchicha? Bueno, parece que si no solucionaba mi problema involuntario de una erección en el momento incorrecto, llegados a una curva atacare sin querer a Naomi, a la cual por cierto, tengo sentada al frente. Por estas cosas a veces maldigo ser hombre.

Tranquilidad, no hagamos movimientos en falsos y esperemos a que Naomi se distraiga para aplicar nuevamente la 13 - 14. Esta consiste en encoger un poco las piernas y meter a toda velocidad la mano dentro del pantalón para mover a mi amigo hacia la izquierda, si eres hombre sabes de lo que hablo, la vieja confiable.

Lo dije antes, por cada cosa mala, una buena la acompaña. La abuela a la cual le di mi asiento le saco plática a Naomi, la cual giró su rostro para hablarle. Momento perfecto para dejar mi problema de lado, y nunca mejor dicho. Luego de esto sucedieron dos cosas relevantes.

Primero, las dos abuelitas que faltaban por sentarse lo hicieron a los cinco minutos, ya que las señoras de adelante bajaron. Segundo y no menos importante, al escuchar un poco de la conversación de Naomi y la abuela a su lado, ella preguntó si es que ese joven tan apuesto era su enamorado. Gracias por el halago, señito, pero no, aun no lo soy. Tal cual respondí en mi cabeza, Naomi lo hizo, respondiendo que solo era un amigo. Sé que sonará a friendzoneada, pero no, piensenlo, realmente soy un desconocido que poco a poco está ascendiendo, digo, igual no me convencía su respuesta, pero gracias a la abuela confirme que estaba en ascenso.

Luego de un rato, el inevitable tráfico se hizo presente, al igual que la charla de las abuelitas. Cosas como, en mis tiempos no había tanto tráfico como ahora, todo era así y asa. De ahí pasaron a hablar de los jóvenes de ahora gracias a nosotros, que si la música que escuchamos es escandalosa, que ahora ya no nos cuidamos, que muchos chicos son precoces y agrandados. Típica charla de abuelas ¿no? Igualmente todo lo que hablaban no nos incómodo en ningún momento porque tanto Naomi como yo, nos metimos en su conversación para pasar el rato y de paso reirnos un poco.

Por lo menos las abuelas habladoras sirvieron de distracción, todo hubiera estado perfecto, si tan solo no hubieran insistido en el tema de que si Naomi y yo éramos novios. Lo cual incomodó un poco el ambiente.