A pesar del tiempo que estuvieron juntos, poco fue lo que la pareja entre sí pudo disfrutarse. Él por estar al pendiente del perro y ella por el chiquillo se la pasaron corriendo de un lado para el otro. Además, Terry estaba por invitarle a tomar algo cuando el teléfono que sonó le quitó las intenciones.
Detrás de la línea estaba la madre del niño, y a su empleada demandaba regresarse debido a la carga de trabajo que había en la oficina.
Yendo en contra de su voluntad, Candy diría:
– Lo siento. Debo volver con él –, el pequeño por supuesto que feliz jugaba con el can.
– Entiendo – respondió un hombre que no dudó en cuestionar: – ¿Te veré después?
– No lo creo.
– ¿Por qué? – Terry quiso saber con desmedida urgencia; y por ello, Candy se apresuró a decir:
– Me refiero a que... quizá hoy no –, la clase de yoga con sus amigas también le esperaba.
– Entonces mañana, ¿te parece bien?
– Honestamente... no sé si...
– ¿Puedo llevarme a tu perro? – Paul interrumpió; y aunque Terry, encantado, hubiese dicho "sí" contestaba con pena:
– Lo siento. No es mío y debo devolverlo a su dueña. Pertenece a mi madre – aclaró con velocidad ante unos ojos que lo miraron urgentemente. – Anda de viaje y...
– Yo te ayudo a cuidarlo – sugirió el muchachito y al hombre no le pareció mala la idea, sin embargo...
– Paul, tu madre no lo aceptará.
Arrogante y abrazando a la mascota diría:
– Pero si se lo pido yo, sé que sí. Anda, acepta –, le insistieron al periodista. – Soy muy bueno con ellos y ellos... – por todo el rostro del niño, el can ya le había lamido.
– Suena tentador –, y más a una persona que no sentía el mismo amor.
– Entonces acepta – le dijo a él y a ella le indicaba demandantemente: – Candy, dale la dirección de mi casa para que pase por Roxx cuando su madre llegue.
– No estoy segura de que...
– Hazlo o le diré a mamá que no me obedeces.
– Y yo le diré que eres muy grosero, amiguito. Esas no son maneras de tratar a un mayor.
– Ash – respingó el niño; y Candy...
– Gracias, Terruce, pero... es inútil que lo reprendas. Paul, devuelve ese animal y vayámonos – la mujer se inclinó para tomar la mano del pequeño. – Mi jefa...
– Te regañará igual, ¿cierto? – inquirió molesto el hombre.
– Regañarla es poco... ¡la despedirá sino obedece! – sentenció un burlón Paul dándole una última caricia al perro que por su collar era sostenido. No obstante, una mente maquinó con velocidad y se diría:
– ¿Sabes, Paul? Llévate a Roxx –. Terry lo entregaba al pequeño que expresaría:
– ¡¿En serio?! –, y Candy con mirada temblorosa le suplicaba escuchando de él...
– Sí, puedes llevártelo. Yo más tarde paso por él –; y a ella le decía: – Y si llegares a tener problemas, no te preocupes –, se le acercó, – a mí me hace falta una asistente o mejor dicho... una novia. ¿Aceptas?
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Caminando por el Rin
FanficESTA HISTORIA, COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL, SON DE MI TOTAL AUTORÍA. NO DE DOMINIO PÚBLICO COMO SE ESTIPULA. Historia corta de universo alterno ideada en el año 2015 para el mismo festejado del mes: Terry Grandchester.