Long live the Queen

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- ¡Necesito más tiempo! ¿Crees que puedo conseguir que alguien sea mi mayor sirviente en menos de 1 semana? ¡Ojalá fuese tan fácil! – Gruñó Elisabeth Rollen, mientras aquella alimaña de Clark Peters se encogía ante tal enfado. Peters era el típico ricachón que no había corrido ni una milla en su vida y se ahogaba con su propia grasa, además de que su personalidad retorcida y su inteligencia por encima de la media no eran una buena combinación para un ricachón, ya que el dinero, hoy en día, lo maneja todo y a todos.

- Señora Rollen, no era mi intención la de importunarla con sus propios problemas - Soltó Peters, haciéndose el asustado y aguantándose la risa, - Pero faltan solo dos semanas para la Reunión Real y despidió a su último Primer Mayordomo hace unos días, sin él no podrá llegar a Lembrant a tiempo, y aunque llegara, sería la única sin él, por lo que sería la vergüenza de La Orden Real y puede que destituida de todos sus cargos en ésta.

- Primero de todo, Señor Peters, le recuerdo que no eché a mi Primer Mayordomo, sino que desapareció y aún no sabemos nada de él, por eso mismo no he podido nombrar a ningún otro, ya que sigo pensando que Rolland está en algún sitio atrapado o algo peor... - suspiró – Así que deje de actuar sorprendido por mi actitud, sé perfectamente el tipo de persona que es usted ¡y no permito que se ría de la Segunda al mando en La Orden Real! – Terminó, tirando una pequeña daga a escasos centímetros de aquella bola de grasa, arrodillada, que miraba atónita a la Reina, mientras se arrastraba hacia atrás a malas penas, ya que eso sí que no se lo esperaba. - ¡Y ahora fuera de mi vista, retorcida bola de sebo!

Peters, con los pantalones mojados y sudando como nunca, a malas penas "corría" hacia las afueras del palacio, a punto de llorar y pensando: "ya verás maldita bruja, pronto será mi turno"

Después de eso, Elisabeth pidió a uno de sus mejoresespías, que siguiera a Peters, para tenerlo controlado y saber que planes teníapensados para sabotear a la corona. "Aún necesitamos su inteligencia, peropronto no podremos permitirnos tantos saboteos" pensó, agobiada por lasituación. 

Historias sin principio ni final escrito.Where stories live. Discover now