No podríamos decir que conocemos los derechos humanos cuando pensamos que un preso en la carcel, deja de poseerlos. Una vez allí, siguen siendo personas. Se habrán descarrilado claro está, y podrán ser algunas merecedoras de un pasaje allá abajo, en el paisaje de fuego. Pero aún están vivas, aún pertenecen a este mundo.
Este mundo, donde es solo uno. Con una sola vida para actuar imitando el hogar en que nacimos.
Una cárcel es un lugar para enseñar un especie de castigo para aquellos que perdieron el rumbo del bien, pero no para denigrar el estado físico y mental del individuo. Con comidas horribles, celdas húmedas y de mal olor, y un trato que hace que su corazón se vuelva más oscuro.
Hay muchas cosas horribles que están pasando allá afuera pero no tenemos ni idea debido a estar frente al televisor o el ordenador por horas envuelto en nuestro ocio, en nuestro propio mundo, aparte, tan aparte, que olvidamos el mundo real a que solemos pertenecer, y debemos cooperar.
¿Cuántas leyes injustas se aprueban mientras miras un partido de fútbol? ¿Cuántos barrios se quedan de lado, sin educación por construir entretenimiento pasajero y consumidor? ¿Cuántos arboles se pierden al día, no por talarse si no cuando botas hojas que aun puedes usar? ¿Cuánta gente es silenciada?
Imagino un día en que todos los que sufrimos por dinero, lloraremos por perder parte de la tierra.
Salgo afuera y el aire y el aire esta irrespirable. La gente no tiene idea que hay mejores formas de suministrar calor a su hogar, pero obviamente las grandes empresas no querrán darlas a conocer. Porque el dinero esta siendo gastado en silenciar nuestras ideas y forma de levantarnos de las manos.
¿No crees que ya es tiempo de hacer valer tus derechos?
ESTÁS LEYENDO
El mundo de HOY
Non-FictionUna vez un muchacho dijo, para cambiar el mundo hay que empezar por el hombre en el espejo. Un hombre dijo, que la educación es el arma mas poderosa. Una mujer dijo, que no pararía de trabajar [ayudando] puesto que tendría toda una eternidad para de...