-Llama a la ambulancia- Escuché a penas con mis oídos tapados. Me estaba ahogando bajo una azul y profunda agua cristalina. Mis manos estaban acalambradas, mis piernas también y mi lengua. No podía hablar y no podía moverme. Pero me di cuenta que solo estaba en la sala principal, mirando como mis padres marcaban el numero de urgencias.
-N-NNo!!- Grité a penas con mi lengua trabada. Dios ¿Porque mi voz sonaba así? Estaba actuando como una bebé.-Estu-estoy...bem-Dije tras un esfuerzo.-Estoy bien-Me paré del piso, mis padres me miraron por unos segundos y prendí la televisión.-Estoy bien. Lo lamento.- Mi padre salió de la habitación y mamá se sentó a mi lado y me dijo:
-Cariño, este es el límite mañana deberíamos ir al...-
-¿Psicólogo?- Mi amiga me miró con rostro de poker.
-Si y me derivó al neurólogo- Agregué. Mientras hacía ejercicio en la clase de deporte.
-¡¿Al neurólogo?! ¿Qué? ¿Estas loca?- Dijo ella comenzando a ejercitarse también.
Pensé unos segundos.
¡Ay Dios no! ¿Estaba loca? Ay ¡No! Dios ¿Qué iba a hacer? ¡No lo había pensado! ¡Me quiero morir! Esperaba que ella sintiera algo de pena y me consolara pero me dejo peor.
Caminaba entonces una mañana, en un pasillo verde desteñido en un hospital hasta llegar a una puerta de color azul marino. "Psiquíatra" tenía inscrito.
-Dios me salve- Pensé. Mi padre llego un poco más atrás y me dijo:
-Hija sea lo que sea...No importa. Yo... Lo lamento tanto, nunca creí que fuera tan serio y tantas veces que te grité, yo...-
-Ay Papá, ¿en serio? Basta que odio las cursilerias. Voy a estar bien.- La verdad tenía miedo.
Llegamos a casa con los resultados de los exámenes. Mi madre estaba en mi habitación.
-Mamá...- Dije sentandome a su lado. Mi padre se detuvo en el umbral de la entrada mirando a mi madre afligido.
-¿Qué...Qué sucedio?- Abrió las cuencas de sus ojos abruptamente.
-Mamá, me diagnosticaron principios de epilepsia.-Dije bajando mi cabeza.
Mi madre se llevo las manos a la boca y cerró los ojos. Yo miré a mi padre y comenzamos a reir.
-Págame, se lo creyó-Le dije a mi padre mientras recibía un "chancletazo" de mi madre.
Estábamos muy preocupados pero al final solo eran unas especies de "crisis de panico" o "ataques de ansiedad". Me dieron de alta unos meses despues. Se redujeron casi por completo las veces que me daban estos comportamiento. El doctor me dijo que jamás se quitarían pero si ponía de mi parte podría borrarlas para siempre. Solo dependía de mi fuerza de voluntad que aparecieran.
Por fin podía respirar tranquila. Mi ultima sesión de psicólogo, la señorita me miro y me dijo:
-Creo que esto no va contigo, la primera vez que viniste, llegaste por completo de negro, hasta tu rostro tenia una horrible aura, pero ahora estas viva de nuevo, definitivamente esto no va contigo, espero no vuelvas hahaha-
-Hahaha-Me reí a la fuerza y le dije:- Si... Ahora podré ir al baño para orinar y no para estas estúpidas crisis. Gracias. Nos vemos- Me di la vuelta y me fui a casa.
Ahora todo estaría bien.
-¿Aló? ¿Diga?-
-Hola, buenas tardes, llamo por la Clínica "..." Y la necesitan para una hora a psiquiatra que le falta. De no ser asi, perderá el dinero pagado. Puede utilizarla ahora o en el futuro para cualquier fin. Acérquese a la clínica por favor. Muchas gracias.-
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El mundo de HOY
No FicciónUna vez un muchacho dijo, para cambiar el mundo hay que empezar por el hombre en el espejo. Un hombre dijo, que la educación es el arma mas poderosa. Una mujer dijo, que no pararía de trabajar [ayudando] puesto que tendría toda una eternidad para de...