Entre dos amores, temporada 2: Crímenes.

Capítulo 4: ¿Pérdida de memoria?

*Nebraska*

-¿Nebrask? ¿Te encuentras bien? No te ves muy bien, lo cual es extraño porque siempre luces genial. Me fui al baño un segundo y de pronto tu malhumor volvió, ¿pasó algo? ¿Discutiste con Castiel?-preguntó Alex. Volví al mundo real, la voz de mi mejor amigo me había ayudado de salir en mi trance de celos. Lo miré, se estaba sentado junto a mí, se veía preocupado pero aun así mantenía un intento de sonrisa. Recordé el motivo de mi malhumor: Castiel besando a mi novia. Bueno, no era novia en sí, pero nunca habíamos terminado así que técnicamente contaba. ¿A quién quería engañar? Ella estaba enamorada, mi nena se había enamorado brutalmente de esa basura de guitarrista. No podía creer que él fuera del estilo de Alask, realmente creí que ella tenía mejor gusto para sus parejas. De todas formas, no podía creer que de hecho me encontrara celosa de ver un simple beso. Había descubierto a Castiel besándola, como si eso estuviera mal, ¡pues sí, mierda! Si lo estaba. Para comenzar, podía estar comprometiendo la vida de Alask al quitarle el respirador, no era precisamente medica pero seguramente si lo tenía era por un motivo en concreto. Como le sucediera algo por ese imbécil... Juraría que lo delataría si la oportunidad se presentaba, pero eso no era importante. Lo otro que me molestaban eran mis celos, hacía dos años de la última vez que tuvimos sexo, la última vez que nos besamos... ¿Dos años? No, un año tal vez. No lo sabía, aun no me la podía sacar de la cabeza y el tiempo se hacía muy lento sin ella. ¿Cómo pude haberme enamorado de alguien tan menor? ¡Era pedofilia hace un año! Bueno, casi dos, Alaska estaba por cumplir años.

-Sí, estoy bien. Preocupada por mi nena.-dije.

-Tu nena... Siento decirlo, pero ya no lo es. Hacían una linda pareja.-dijo Alexy. Le sonreí con tristeza, lo sé, Alex. Hacíamos una maravillosa pareja, llena de risas, de amor, de caricias, vaya, ya no recordaba lo que era ser feliz.

-Gracias, sé que te gusta desde los 14, pero ¿cómo hiciste todo este tiempo para no insinuar nada con ella? Es decir, es claro que ama a ese pelirrojo, leí lo que la prensa dice de ellos y lo que el propio Castiel dijo de ella. No voy a intentar recuperarla a menos que ella me dé la oportunidad, ¿cómo hiciste? Me estoy muriendo de celos, la extraño, quiero besarla. Mi vida ha sido así desde que me llevaron a...-hice una pausa. No quería recordar mi pasado, no esa épica. Alex me puso una mano en el hombro y me sonrió. Soltó una risa sarcástica.

-Nunca la superé, Nebrask. No intentes nada con ella, en verdad lo ama. Es sumamente doloroso para mi decilo, pero son tal para cual. Tuve momentos bastante íntimos con ella y no se inmuto, dormimos juntos, ella uso mi ropa, inclusive la abracé dormido, también la besé en la nieve en un lugar súper romántico: no se lo saca de la cabeza. Solo causarás una ruptura en tu amistad con ella. Creeme, lo mejor que puedes hacer es pretender que ella no te importa, que son solo amigos y que nunca pasará nada más entre ustedes. Lo peor, es que ella no se da cuenta que es jodidamente adorable. Sé que no lo hace por maldad, pero cuando te abraza y te deja ese aroma hermoso, o cuando te sonríe de esa manera, cuando te mira con esos ojitos enormes...-dijo Alex. Esta vez fue mi turno de ponerle una mano en el hombro.

-Mierda, niño, tú sí que la amas. Apuesto más que ese cretino la ama. Lo mío con ella fue algo más ¿sexoso? No le sé, pero nos divertíamos mucho dentro de la habitación. –dije. Solté una risita picara, pero a Alex aun le dolía saber que prácticamente sus amigos habían estado en algo con ella y él aun no podía ni... Bueno, al menos la había besado.

-Lo siento, no suelo medir mis palabras.-dije

-Lo sé, nos conocemos hace mucho. Lamento que recién ahora hayamos podido establecer el contacto. ¿Qué hiciste estos años que desapareciste?-preguntó Alex. Le sonreí con tristeza, o al menos intenté sonreír. Le mostré mi placa en mi chaqueta.