Capítulo 11: Pasado (parte 4)/ Verdad de Nebraska

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Miré a Nebraska, se veía tan nerviosa, tan extraña que realmente me sorprendió que se tratara de la misma chica que hacía unos meses atrás me había enviado al demonio, me observaba mal y tenía ese aura de misterio y maldad. Ahora se veía como una pequeña asustada por un miedo que no podía controlar, por algo irracional que la atormentaba. Había llegado a mi casa prácticamente que rogando ayuda y eso era algo que en todos estos meses en los que fuimos amigas nunca había visto. De todas formas no podía pensar en solo un hecho en concreto, solo podía verle los labios y pensar que ella estaba lastimada, que le corría sangre, estaba asustada y en mi cabeza pasaban miles de motivos por los cuales ella se encontrara así. ¿Habría hecho algo malo? ¿Habría sido parte de una pelea? Recordé el hombre rubio que parecía estar buscándola, ¿sería su padre? ¿Acaso sufriría lo mismo que yo? ¿El padre también la insultaría constantemente? De pronto mis preguntas sobre quien era ella y Ethan volvieron, pese a que éramos amigas hace un buen tiempo, jamás había hablado de ella más que de su edad, que trabajó, que intenta estudiar por su cuenta mecánica y nada más. Ella era un saco de misterios y solo podía pensar en que mierda se había metido.

-Nebrask, ¿qué hiciste ahora?-dije. Mi voz sonó mucho más a regaño de lo que me hubiera gustado admitir, pero debía hacerle entender que no podía meterse en ese tipo de problemas y menos meterme a mí en ellos. Si Felipe sabía que tenía a una chica escondida en mi casa... seria el fin para ambas. Ella sonrió, intentando disculparse. La personalidad de Nebraska había cambiado mucho cuando nos encontrábamos solas a cuando nos encontrábamos con más personas, conmigo se sentía ella misma y viceversa; por lo que nuestro nivel de confianza se elevaba muchísimo más.

-Llevo años metiéndome en la misma mierda, solo que nunca me habían descubierto tan en grande. Y nunca me habían delatado de esa forma. ¡Maldito idiota! Cuando vuelva a verlo lo voy a hacer sufrir.-dijo Nebraska. La mire como si estuviera hablando en chino porque realmente yo no entendía un corno de lo que ella me decía. Suspiró y se calmó un poco más.

-Escucha, voy a buscar algo para curarte ese labio, no hagas ruido y sientate cómoda. Eres mucho más alta que yo y más... voluptuosa, si encuentras algo que te...-dije. Nebraska me interrumpió con una risa.

-¿Me acabas de llamar gorda?-dijo Nebraska. Me reí sonrojada, jamás le mentiría ya que no lo era, me refería a que tenía senos y muchísimo más trasero que yo. Nebraska supo captar de inmediato el motivo de mis mejillas coloradas y me guiñó un ojo. Algunas veces esas actitudes me asustaban, confundían y asombraban demasiado. Me asombraba porque hablábamos de la rubia, la cual era capaz de quebrarte un brazo y a la vez sonrojarme con solo cerrar un ojo, le sonreí e intenté no mirarle los senos. De todas formas me confundía más que otro motivo, toda mi vida había pensado que los chicos iban con las chicas y viceversa, y últimamente... No, era una tontería, seguro hasta era anormal. ¿Cómo se me iba a ocurrir que las chicas estén con las chicas? No... Pero Nebraska hacía algo en mí que nadie había hecho antes. Nunca me había gustado una persona, ni siquiera sabía que significaba eso. Mis padres no se gustaban, ni siquiera sabía por qué demonios seguían juntos, mis amigos nunca habían estado enamorados y aunque lo estuvieran, hablar de amor con alguien como Viktor me daría muchísima vergüenza. Alaska deja de pensar, Nebraska te acaba de hacer una pregunta y como no le respondas va a pensar que le llamaste gorda.

-En absoluto, solo me refería a que... ya sabes.-dije. Ella se rió una vez más, como amaba esa rubia sentir tener el control de todo, sabía que estaba controlando la situación.

-Dilo, si te atreves, nena.-dijo. Ese "nena" lo había dicho de una manera tan provocadora que casi no pude resistirme a lanzarle un almohadón por la cabeza. Ella lo atajó, obviamente pero me sonrió con picardía. No sabía cómo demonios lo hacía, pero era increíble como solo con su rostro causaba sentimientos en mí.

Entre dos amores, temporada 2: Crímenes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora