Capítulo 10: Pasado (parte 3)/ Nebraska

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Nebraska acababa de darme la mano en señal de buena fe y de amistad, supuse. Me sonrió y tras soltarme la mano, nuevamente se quedó en silencio observándose los pies, sentada al borde del precipicio. Respiraba tranquila y se había guardado el collar de su hermano en un lugar que no lo pudiera ver. No supe cuánto tiempo nos quedamos así, en silencio observando el atardecer. La nieve caía con más frecuencia y a lo lejos se veía el cielo despejado junto a la bola enorme de luz que se ocultaba tras unas montañas, una vez que el sol se fue, me decidió hablar.

-Esto, de nuevo gracias por ayudarme ayer.-dije. Vi que su labio había sido cortado por Josh pero ya casi cicatrizó, fue una pelea tan tonta, no me lo podía creer. A decir verdad, tampoco me podía creer que me encontrara sentada al lado de ella, y tampoco comprendía porque tenía este sentimiento acerca de estar junto a Nebraska. Era una persona como cualquier otra, estábamos en silencio y ni siquiera conocía su edad, pero me sentía bien. La miré, asintió como dándome entender que había entendido lo que le dije.

-¿Suelen molestarte?-preguntó.

-No, es la primera vez. Te vi enfrente al colegio, ¿Por qué no hiciste nada?-dije. Ella se alzó de hombros, sacó unos cigarrillos de su bolsillo y un encendedor.

-No era mi pelea, además solo estaba comprando estos pequeños.-dijo Nebraska. Encendió un cigarro mientras me miró, ahora me lanzó una mirada que casi quería decirme "ten cuidado con lo que preguntas, mi buen humor no es eterno." Asentí, haciéndole entender que la comprendí. Pensé que decirle, pero realmente no tenía demasiada idea de que preguntarle, tenía demasiadas preguntas en mi mente como para ser selectiva.

-La pelea de anoche tampoco lo era, y sin embargo me defendiste.-dije. Nebraska se rió, me miró muy fríamente y tras soltar el asqueroso humo del tabaco, se incorporó y simplemente se fue. -¡Hey! ¿A dónde vas? Dejas tu moto aquí.-dije. Nada, ella se había desaparecido en la mitad del bosque, podía escucharla rompiendo ramas por lo que me decidí a seguir sus pasos en la nieve. De un segundo al otro, las huellas desaparecieron, ¿qué? ¿Cómo era acaso eso posible? Escuché un sonido detrás de mí y al voltearme me encontré de cara con Nebraska. Le dio una pitada a su cigarro y nuevamente soltó el humo, alejándolo de mi rostro para que no me molestara.

-¿Por qué me sigues? Te defendí de 2 matones, listo. No somos amigas, no simpatizamos, no somos nada y mucho menos tu niñera, niñita. Vete a tu casa. ¿Quieres un último consejo? No confíes en extraños. No sabes ni siquiera cuidarte, yo podría ser perfectamente una asquerosa y con solo cubrir mis pasos podría despistarte, secuestrarte, quien sabe. Confias demasiado en extraños.-dijo Nebraska. Había hablado con un enojo tan extraño en su voz que fue extraño, me miró desde arriba por la clara diferencia de altura. ¿Niñita? No era ninguna niñita.

-Te sigo porque quiero respuestas. Y sí, me simpatizas en un extraño modo. Salvo cuando te pones así de bipolar.-dije. Ella se rió, comenzó a juntar ramas del suelo y sin mirarme se volteó.

-Vete a tu casa, no tengo ninguna respuesta que te interese.-dijo Nebraska. Antes que comenzara a caminar hacia el precipicio junto a su moto, la tome del brazo y la detuve.

-Un par de preguntas y prometo desaparecer de tu vida. ¿Bien?-dije. Ella me miro por encima del hombro y suspiró, hastiada. Se colocó el cigarro en la boca y me dio dos troncos pesadísimos en los brazos mientras que ella llevaba apenas unas ramitas.

-Sigueme, te vas a morir congelada si sigues así. No puedo creer que tenga que cuidar a una niñita de 12 años. ¿No deberías estar jugando a las muñecas?-dijo Nebraska. Se sentó en el suelo y en una superficie plana colocó algunas ramas, tomó mis troncos colocándolos en posición piramidal y con el encendedor prendió fuego algo de yesca que había tomado del suelo. En segundos ésta ardió y tuvimos un fuego que comenzaba a iluminar la adentrada tarde noche. Ella me hizo un gesto para que me sentara y la obedecí, era extraño, no acostumbraba a obedecer de esta forma ni a tener esta actitud sumisa; pero no me molestaba.

Entre dos amores, temporada 2: Crímenes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora