Capítulo 15: Pasado (parte 8)/orfanato

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Alexy se había ido, seguramente para siempre y yo no podía evitar pensar en todo lo que me deparaba la vida sin mi mejor amigo a mi lado. No solo se iría él, sino que sus padres, la mejor y única familia verdadera que había tenido en mi vida. ¿Cómo se supone que debía sentirme? Sabía que era muy fácil decir "no te sientas mal" o "todo estará bien", lo difícil era realmente dejar de tener ese tipo de emociones. Miré a mi chica, estaba con el semblante serio como siempre, no sabía si sentía tristeza pero no iba a dejar que nadie viera que ella estaba mal o bien. La envidiaba y admiraba muchísimo, yo solo sentía que me desmoronaría a llorar en breves.

-Algunas veces lo mejor es soltarlo todo, ¿lo sabes, cierto?-dijo Viktor. Le sonreí y le coloqué mi cabeza en su hombro, intentando apoyarlo. Tenía razón, pero la mirada de Nebraska me indicaba que intentara contenerme.

-Debería llevarlos a casa, no es necesario que estén aquí mucho más tiempo del necesario. Ya bastante mal estamos todos como para prolongar lo inevitable.-dijo Lucy. Viktor asintió y se fue caminando junto a ella, detrás la seguimos Nebraska y yo, no me sentía cómoda al irme con mi madre, quería estar sola, realmente sola. Ya ni siquiera la rubia era buena compañía, quería sumirme en mis pensamientos.

-Yo voy con Nebraska, si no te importa.-dije. Miré a ella, se veía impasible, como siempre. Se alzó de hombros y me entregó un casco, me sostuvo la motocicleta para que me subiera y tras hacerlo ella arrancó. Manejaba a una velocidad alarmante, se salteaba algunas señales de alto y algunas luces rojas, era un completo peligro pero no me iba a molestar en decirle nada, no me encontraba para dar lecciones de vida. La abracé por la cintura y coloqué mi cabeza en su espalda, moría por llegar a mi casa y acostarme a llorar. El frio entre mi ropa me hacía sentir aun peor, afortunadamente estaba sumamente abrigada y no era tan horrible, pero toda la situación era una mierda.

Sentí como Nebraska de pronto paraba, estábamos en el lugar en el cual nos habíamos conocido, ella se bajó de la moto y me miró.

-¿No quieres estar aquí? Tú y yo solas, tal vez te haga bien.-dijo Nebraska. Sacó un cigarrillo y lo encendió, sabía que lo hacía por estrés, no me iba en molestar a decirle nada. Que hiciera lo que quisiera.

-Realmente quiero irme a mi casa, Nebrask. No estoy con ganas de nada.-dije. Ella le dio una larga pitada y exhaló el humo hacia otra dirección para que no me diera a mí. Pensé en pedirle, a fin de cuentas muchas personas con 15 años habían fumado, ¿Qué tan mal podría hacerme una sola vez y una sola pitada? Si podía contener el malhumor de ella, tal vez podría contener mi tristeza.

-Termino esto y ya te llevo. Normalmente no te diría nada, pero ¿segura que no quieres compañía? Nunca te vi tan mal, pareces muy... yo. Y me preocupa.-dijo Nebraska. Le hubiera sonreído, era dulce que se preocupara por mí, pero le negué.

-No. Quiero estar sola.-dije. Parecía que hubiéramos intercambiado papeles, ella intentaba esforzarse por mí y yo sin embargo le respondía mal sin quererlo. Ella pareció tomárselo a mal, ya que terminó su cigarrillo en un silencio completamente incomodo, se subió a su vehículo y arrancó sin decir una sola palabra. Vamos Nebrask, no puedo con mis sentimientos menos aun con tu malhumor. Ella me dejó en la puerta de mi casa y noté que Lucy ni Vik habían llegado, mejor. Ni siquiera se despidió de mí, solo arrancó su motocicleta y se fue, no estaba para soportar esa actitud. Subí por mi balcón y tras estar en mi habitación simplemente me lancé a mi cama a llorar, no me sentía bien y solo quería descargar todo lo que tenía dentro de mi acumulado desde que había visto a Alexy irse. Miré hacia mi balcón, seguramente mañana o pasado llegaran mis nuevos vecinos y todo sería horrible, demonios.

Escuché como alguien cerraba la puerta de un auto afuera y reconocí a mi madre despidiéndose de Viktor, asumí. Lo próximo que sentí fueron las llaves de la casa y los gritos de Felipe siendo la mayor basura del mundo, se quejaba de lo de siempre, de que no le habían hecho la comida, que la casa estaba desprolija o que no habíamos lavado 2 platos. Suspiré, me incorporé y coloqué una silla en la puerta para que hiciera de tranca, no quería soportar ni a Felipe ni a Lucy, pese a que ella no me había hecho nada. No quería estar ni siquiera con mi chica, nada. Quería esforzarme por sentirme mejor, a Alexy no le haría bien sabe que me encontraba de esta forma, pero era inevitable. Escuché mi celular sonando, me habían llegado tres mensajes, mire por las notificaciones quienes eran: mis amigos. Leí el mensaje de Viktor, decía "sé que esto es una mierda, pero si necesitas hablar, llorar o un simple abrazo cuentas conmigo. No vivimos tan lejos, vecina. Si tus padres te hacen la vida imposible, ya sabes a quien acudir." Le sonreí a la pantalla, era mucho más dulce de lo que solía admitir. No le respondí porque ni siquiera abrí su mensaje, solo lo leí por las notificaciones. El siguiente en leer fue el de Nebraska, y este decía "no esperes un discurso tierno, solo ten presente que estoy para ti, pequitas. Y no vuelvas a hablarme mal si es que no quieres que terminar como un dulce cadáver, te quiero a mi manera." No pude evitar reírme, ella era la verdadera dulzura entre todos. Tampoco le respondí, necesitaba un tiempo a solas. Y el último mensaje fue de Alexy, lo leí con una sonrisa en los labios: "este es el último mensaje que podré enviar con wifi que robé por aquí. Despedirme de ti fue lo más difícil que me pasó, sé que debería decírtelo en persona pero se me hizo mucho más fácil decírtelo por mensaje. Tampoco quería que me vieras llorar como un niñito. Todo seguirá igual entre nosotros, seguiremos siendo mejores amigos. Pensé en dejarte un regalo, pero mi mejor regalo eres tú y... sabes mientras estés conmigo todo estará perfecto. Te adoro, no lo olvides nunca." oh maldita sea, me haría llorar este mocoso. Le sonreí y me quedé leyendo el mensaje una y otra vez hasta que mis ojos se cerraron y pude descansar.

Entre dos amores, temporada 2: Crímenes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora