Capítulo 1

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Roma, Italia.
Domingo 19 de Octubre de 2014.
10:40 p.m.

Lo cierto era que esa noche, el chico no estaba del todo bien, su Superchica se había ido y él no le dijo lo que sentía. Era raro ya que Jake Muller era el tipo de persona que solo se preocupa por sí mismo, había sido así desde la muerte de su madre. Después de ese hecho, Muller se prometió no volver a preocuparse por nadie más y a causa de ello, se volvio frío, calculador y una maquina de matar, pero todo cambió cuando conoció a Sherry Birkin.
Ella había sido la razón por la cual Jake se convirtió en mejor persona, tanto que el chico pelirrojo llego a enamorarse de la pequeña rubia.

Después de China, ambos se habían mantenido en contactó, incluso cuando Jake estaba en Medio Orienté para ayudar con un broté del Virus-C.

Cuando el mercenario termino de haber dado su aportación, decidió vivir en Italia con el dinero que el gobierno del lugar le había dado; el chico pelirrojo no tenía intenciones de recibirlo, pero los altos mandos insistieron y con ello compró una pequeña y linda casa en Roma.

Los recuerdos invadieron su mente. Habían pasado casi dos años desde que conoció a Sherry y unos cuantos meses desde que la chica lo habia visitado. Por muy pocos días que hayan sido, se lo pasaron de lo mejor, hasta que Birkin tuvo que regresar al trabajo; ahí es donde viene el arrepentimiento del chico: ella le había ofrecido que trabajará como agente en la D.S.O. pero Jake lo rechazó amablemente, no estaba muy seguro de ello... Ahora que lo pensaba, si hubiera aceptado la propuesta no estaría tan triste por que no tenía a la Superchica a su lado y mucho menos estaría completamente arrepentido por haberse guardado el sentimiento; tal vez existía la posibilidad de que serían algo más que amigos, claro, si es que ella sentía lo mismo que él.

Recostado sobre la cama, miro el lugar vacío al lado suyo; ahí había dormido Sherry; dormían juntos para así sentirse protegidos, ambos disfrutaban la compañía del otro, además Sherry nunca dejo que Jake durmiera en el sofá. La extrañaba.
Se incorporó, tomó su móvil para poder observar la hora y disponer a conciliar el sueño.

-Te Amo Superchica-suspiró.

Y así fue como su último pensamiento se reducía a ella, como todas las noches.

Washington, Estados Unidos.
Domingo 19 de Octubre del 2014.
4:40 p.m.

Claire Redfield al fin llegaba a casa, después de haber estado de visita en casa de su hermano Chris durante un par de semanas. Extrañaba ver la cara de Sherry, con quien compartía la residencia.
Dejo su automóvil sobre la acera y bajo del mismo para llegar a la puerta; le pareció extraño no escuchar ningún ruido que viniera de adentro, puesto que la pequeña Birkin siempre ponía algo de música para no sentirse tan sola, pero hoy no se escuchaba nada; ni John Legend; ni Coldplay o alguna canción de electrónica o rock, absolutamente nada; no creía que estuviera en el trabajo. Eso era raro.

Metió la llave en la cerradura para poder entrar y su sorpresa fue encontrar todo en perfecto orden y silencio.

-¿Hola?-habló Claire pero no recibió respuesta-¿Sherry? ¡Más vale que no sea una de tus bromas, Birkin!

Se adentro a la casa con mucha cautela, seguia pareciéndole extraño que todo estuviera tranquilo.
Recorrió cada rincón del lugar buscando a la chica, hasta que dio con la habitación de la rubia; "Tal vez éste dormida o leyendo un libro",  pensó Claire. Giro la perilla de la puerta marrón; al abrirla se dio cuenta que Sherry no estaba; miro a todos lados en busca de señales de ella, se acerco a la cama y echo un vistazo abajo, luego al armario y faltaba ropa. No estaba una de las maletas de Birkin y en el cofre que tomó como arsenal no se encontraba la pequeña pistola.

-¿Habrá salido a misión?-otra vez habló la pelirroja para sí misma.

Pero tan pronto llego la idea, se fue.

-No. Sherry siempre avisa o deja una nota... ¡Una nota!

La menor de los Redfield comenzó a buscar en la mesa de noche junto a la cama, en el librero, entre los libros y discos, sobre su escritorio; en todos los lugares posibles del dormitorio. Nada. Bajo a la cocina, luego a la sala, incluso a su habitación pero no había indicios de dicha nota.
Sacó su móvil para llamar a Sherry; marco una, dos, tres, varias veces, pero nunca contestó. Esto ya le estaba preocupando.

"Quizás Leon sabe algo de ella...", lo llamó y al parecer el agente ya venía en camino.

Selva Negra, Alemania.
Domingo 19 de Octubre del 2014.
10:40 p.m.

Sus ojos azules empezaron a abrirse, la cabeza le dolía y no dejaba de palpitar fuertemente.
Cuando sus ojos por fin se adaptaron al lugar, pudo apreciarlo, estaba en un enorme cuarto oscuro, bueno, no del todo, solo habia una pequeña luz que apenas alumbraba el lugar donde se encontraba: sentada en una silla atada a ella en medio del lugar.

No tenía ni la menor idea de como llego allí, no sabía quién la llevo; mucho menos sabía donde se encontraba. No recordaba mucho de lo que había pasado, sus pensamientos solo daban para poco.
Algunos acontecimientos surcaron por su mente: el estar abordando el vuelo rumbo a Italia para ver a Jake; esa sombra extraña en el avión y después la eterna oscuridad.
Trato de zafarse del agarré de las sogas, pero los nudos estaban muy bien hechos; miro todos lados, debía haber una forma de salir.

-Vaya, al fin despiertas- una voz resonó en toda la habitación.

Esa voz le resultaba algo familiar, pero no tenía claro donde la había escuchado.

-¿Quién eres?-la voz de la chica era áspera, daba la impresión de no haber hablado en un largo tiempo.

-¿No me recuerdas?-preguntó; estaba dentro de la habitación pero gracias a la falta de nitidez no se lograba saber de quien se trataba.

-Me temó que no -si su dolor de cabeza era fuerte, ahora tratar de recordar lo empeoraría. Estaba segura que sí lo intentaba, iba a explotar.

-Me sorprende. ¿Tan rápido me olvidaste, Sherry?

Entonces el dueño de la voz cobro forma conformé avanzaba a la luz.
Sherry palideció en cuanto lo vio. Vestido con vaqueros, camisa, corbata y una bata de laboratorio se encontraba quien jamas creyó volver a ver.

-Padre...

¡Hey Superchica! TE AMO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora