Capítulo 15

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Washington, Estados Unidos.
Miércoles 22 de Octubre del 2014.
6:22 p.m.

Lo había estando evitando toda la mañana. Seguía sin estar lista para hablar con Jake y no sabía si lo estaría próximamente. Ahora se encontraba metida en su habitación, escuchando un poco de música mientras escribía un reporte para enviarselo a Ingrid Hunnigan. Los últimos rayos del sol comenzaban a caer, haciendo que su habitación tomara una tonalidad de naranja atardecer. Estaba tan sumida en el reporte que no escuchó quién había entrado.

-Necesitamos hablar -sentenció Muller entrando al lugar.

Sherry se maldijo internamente por haber dejado la puerta entre abierta nada más. Alzó la vista para encontrarse a un Jake Muller con el ceño fruncido y sus facciones algo tensas.
Por otro lado, se podría decir que Jake estaba contento por ese hecho, no lo demostraba, pero lo estaba, simplemente prefería mostrarse firme en esta situación.

-Te escuchó -respondió Sherry mirando al mercenario.

El chico pelirrojo dudo un momento, miró todo el lugar en busca de inspiración para soltar lo que tenía que decir, pero sus ojos grises se toparon con la ventana, la cual le dio una idea.

-Mejor toma tu chaqueta -declaró el chico dirigiéndose a la ventana.

-¿Qué? -dijo incrédula la pequeña Birkin levantándose de la silla.

-Mira, no pienso arriesgarme a que alguien más escuche todo lo que tengo que decirte -suspiró.

-¿Y por qué mejor no salimos por la puerta principal como personas normales?

-Porque ambos sabemos que nosotros no somos personas normales, Superchica -argumento el muchacho -. Entonces, ¿vienes?.

Lo pensó un momento y recordó lo que Rebecca le había dicho esa noche, tenía razón, tenía la oportunidad y no la pensaba desperdiciar. Agarró la cazadora marrón y se la puso, tomó una gran cantidad de aire y lo expulsó en un suspiro.

-Te sigo -respondió. Muller sonrió de lado. Era como en Edonia.

El chico pelirrojo salto por la ventana teniendo la suficiente agilidad como para caer de pie, pero la rubia no había corrido con la misma suerte. La pobre chica había caído de costado, se había golpeado las costillas y el hombro pero pudo soportarlo. Había pasado peores.

-¿Estás bien? -preguntó el pelirrojo preocupado, acercándose a ella para poderla auxiliar.

-Todo bien -respondió con los dientes apretados -. Sigo buscando el equilibrio -bromeó. Jake le ofreció una mano, ella la acepto y se levantó.

Comenzaron a caminar a paso rápido por la acera, así podrían evitarse un montón de preguntas con las que seguro los demás los atacarian sí es que los escucharon salir por la maldita ventana.

-¿Hacía dónde? -preguntó Muller una vez que estuvieron lejos de la residencia donde vivía Sherry.

-No lo sé. Tú has tenido la idea de escapar -declaró Birkin.

-Si bueno, pero yo no vivo aquí. No conozco este lugar -dijo a la defensiva el muchacho.

-Vale. Sigueme.

Washington, Estados Unidos.
Miércoles 22 de Octubre del 2014.
6:30 p.m.

-¿Hay actividad? -preguntó Wesker a su colega.

-La hay -respondió William admirando la tablet que portaba.

-¡Al fin! -exclamó Wesker.

-Y que lo digas. Ha salido de su casa, no sé si vaya sola o alguien la acompañe, tal vez tengamos suerte, Albert -explicó el científico.

-Puede ser.

Habían llegado esa misma noche y desde entonces no dejaban de estar al tanto de los movimientos que realizaba la pequeña Birkin. No se movía del mismo lugar desde que llego, hasta ese momento.

-Comunicare esto a la escolta que enviamos esta mañana, los mantendré al tanto de cada movimiento -habló Birkin.

-Me parece perfecto -respondió Wesker con una sonrisa que expresaba pura malicia.

Washington, Estados Unidos.
Miércoles 22 de Octubre del 2014.
6:55 p.m.

No llevaban tanto tiempo caminando, prácticamente sin rumbo fijo. Iban lado a lado en un silencio un tanto incómodo, tan incómodo que ninguno de los dos hacia esfuerzos por romperlo.
Jake tenía una extraña sensación, algo estaba a punto de pasar y no estaba para nada relacionado con sus sentimientos o los de Sherry.
El mercenario se detuvo un momento, tratando de escuchar atentamente; al no sentirlo a su lado, la chica de ojos azules también se detuvo mirándolo interrogante.

-¿Pasa algo?

No obtuvo respuesta. Lo descubrió. Jake lo había descubierto. Los estaban siguiendo y no precisamente un Leon que trataba de proteger a la chica rubia que veía como una hija. No.

-Debemos correr -dijo el pelirrojo comenzando la carrera tomando la mano de Sherry.

-¿Qué pasa? -preguntó la agente de gobierno siguiendole el paso.

-Alguien nos esta siguiendo y no es precisamente un Leon malhumorado o un Chris sobreprotector intentando alcanzar al muchacho que escapó con la más joven de la familia.

Una bala paso justo sobre sus cabezas,  dando en un árbol cerca de ellos. Algunos ciudadanos se alertaron ante el hecho y huyeron rápidamente.

-Debemos alejarlos de ellos -habló Sherry tomando la delantera.

-Vamos entonces -respondió Muller.

El automóvil donde se transportaban sus atacantes les pisaban los talones, pero ambos jóvenes hacian un gran esfuerzo por poder ir más rápido que ellos.
Llegaron a las afueras de la ciudad, cerca de un gran lago; Jake y Sherry habían tomado suficiente ventaja metiéndose entre callejones como para lograr perder a quien sea que los atacaban.
La pequeña Birkin se dirigió al muelle tratando de controlar su respiración, no había nadie en ese lugar, estaban solos.

-Al fin un respiro -comentó Jake detras de Sherry -. ¿Podemos hablar ahora?

-Vale -respondió la rubia mirando el lago desde la orilla del muelle.

-¿Es todo lo que dirás? -preguntó incrédulo el muchacho.

-Es complicado, Jake -volteo a mirarlo -. Habla tú primero -pidió ya cansada de todo.

-¿Por qué me dijiste que lo olvidará? -soltó el chico.

-¿Qué cosa? -respondió la chica intentando hacer como que no sabía de que mierda estaba hablando.

-Sabes perfectamente de lo que estoy hablando -dijo Jake un tanto molestó.

No tenia caso intentar nada. Ya estaba allí, y era hora soltar todo. Miró el rostro del pelirrojo, miro el cielo y luego el suelo. Prefería estar lidiando con B.O.W.s que estar frente a Muller dándole explicaciones.

-Mira quienes somos Jake, quién eres tú y quién soy yo -suspiró -. Eres un mercenario y yo un agente de gobierno. Te debería estar persiguiendo para encerrarte y no para declarar lo que siento por ti. Ni siquiera deberíamos ser amigos, pero rechazamos esa maldita idea. Te dije que lo olvidaras por el simple hecho de que sé que no podría haber nada entre nosotros.

-¿Y por qué no? -cuestionó el chico de ojos grises acercándose un paso más a Sherry.

-Por muchas razones como nuestras profesiones, nuestra edad, vives del otro lado del mandito mundo y que tú... no sientas lo mismo que yo -bajo su mirada azul al suelo. No era capaz de verlo.

-¿Y quién dijo que no?

¡Hey Superchica! TE AMO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora