Capítulo 16

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Colocó una mano sobre la mejilla de la rubia y la obligó a alzar la mirada. Ella trataba de procesar sus palabras, estaba diciendo que...

-Soy un idiota, ¿vale? -continuó diciendo el mercenario -. No soy el mejor demostrando sentimientos y toda esa mierda, pero sé cuando realmente quiero tanto a una persona y eso no me había sucedido desde la muerte de mi madre -calló un momento al recordar a su madre pero se obligó a seguir -. No me había sucedido hasta ahora, Sherry. Me dijiste que olvidará algo tan importante para mí por un montón de estupideces, y sí piensas que yo no siento lo mismo que tú por mí, déjame decirte que estas equivocada, Superchica. Me sorprende eso porque tú rara vez te equivocas.

-Jake, yo...

-No digas nada -la corto Jake -. Sé que no soy la mejor persona en este jodido mundo, sé lo que soy, sé lo que hago, ¿de acuerdo? Pero también sé que algo pasó y no me refiero a lo de nuestros supuestos padres, me refiero a mí. No lo demuestro pero he cambiado. Seguiré siendo el idiota, arrogante y sarcástico que conociste hace tiempo -sonrió a medias -, pero esta vez sabrás que ese idiota te ama y tratará de convertirse en una mejor persona para ti, tratará de cambiar por ti.

-No es necesario que cambies, Jake. Yo te quiero como eres -sonrió Birkin mirando los ojos grises del pelirrojo. Estaba feliz y en sus grandes ojos azules la emoción era más que clara. Mientras que en el rostro de Muller la sonrisa torcida era la señal de la felicidad que experimentaba en esos momentos. Era raro el sentimiento, hace mucho que no se sentía así.

-Me alagas, Superchica pero, hay cosas que sí son necesarias cambiar -respiró profundamente con nerviosismo -. Estuve pensando y... Y tal vez me incorporé a la D.S.O. como agente de gobierno.

Estaba impactada. Eso si que era una gran sorpresa, Jake Muller siguiendo órdenes del gobierno. No sé lo podía imaginar. Recordaba haberle hecho esa propuesta pero estaba segura de que la rechazaría y así fue, y ahora estaba diciéndole que trabajaría con ella. Vaya tarde llena de emociones.

-¿En serio? -preguntó entusiasmada y sorprendida.

-Sí, hablo en serio -sonrió el pelirrojo.

-He quedado sin palabras -río la pequeña Birkin.

-Es sorprendente que te impacte más la sola mención de que trabaje para el gobierno que el hecho de que te haya dicho la cursilería de "Te Amo" -bromeó el chico de ojos grises fingiendo un poco de indignación.

-No lo dijiste de esa manera -declaró la chica de ojos azules.

-Bueno, pero entendiste -dijo a la defensiva el chico.

-Nunca cambias -dijo negando varias veces con la cabeza.

-¡Dije que lo haría! -exclamó el chico.

-Está bien así -sonrió la chica de ojos azules reduciendo la distancia para así poder abrazarlo. Jake con gusto respondió el gestó.

-Te quiero -dijo el pelirrojo acariciando el corto cabello de la chica.

-¡Qué cursilería! -exclamó la rubia.

-Lo sé. Voy a vomitar -bromeó el chico.

Se miraron a los ojos. Azul contra gris. La luna llena iluminaba el lago haciendo que el resplandor de está bañara sus rostros, como si de una película se tratase. Estaban demasiado cerca, Jake apoyo su frente en la de Sherry y cerró los ojos, ella hizo lo mismo, colocó sus grandes manos en las mejillas de ella, podía sentir su respirar, algo acelerada, igual que la de él. Sus labios estaban tan cerca a punto de encontrarse cuando el mercenario elevó la mirada al escuchar algo.

-Nos encontraron -dijo separándose de la pequeña Birkin para poder oír mejor el ruido del motor de maldito auto -. Deberíamos escondernos.

-Tengo una idea -anunció Sherry.

Cuando los atacantes llegaron al muelle, no había nada. Según el pequeño informé que habían recibido por parte de su superior, decía que su objetivo estaba en ese lugar. Tres individuos bajaron del auto con armas en mano, observando los alrededores muy atentos por si surgía un ataque sorpresa o algo por el estilo. El agua estaba tranquila, sólo se movía con la brisa del otoño, no había nada sospechoso. Tal vez el científico se había equivocado, parecía que no habían pisado ese lugar en un tiempo. Al final decidieron irse, lo que no sabían era que bajo el muelle con el agua hasta el cuello, el mercenario y la agente de gobierno aguardaban a que ellos se fuera. Cuando lo hicieron, subieron al muelle. El agua estaba helada, por lo tanto ellos estaban igual, congelados.

-Se me ha congelado el culo -comentó el chico de ojos grises con la ropa empapada.

-A mí también -lo apoyó Birkin, abrazandose a sí misma para poder entrar en calor, lo cual era cosa imposible, sus cortos cabellos se pegaban a su cara y temblaba un poco.

-Me gustaría poder darte mi chaqueta, pero de nada serviría, el agua le escurre a chorros -dijo el mercenario.

-Vamos a casa mejor -dijo Sherry comenzando a caminar.

-Vamos -la siguió Jake.

Al llegar a su lado, tal vez fue un poco rápido o atrevido pero no le importó. Pasó su brazo derecho sobre los hombros de la rubia, atrayendola hacia él.
En cuanto sintió el contactó, volteó a verlo, Muller hacia disimulo, con una mano en la nuca y mirando a otro lado. Sherry sonrió y negó con la cabeza. Una cosa resuelta. Ahora sólo quedaban los supuestos "Dioses".

Cuando llegaron a casa de Sherry, se llevaron la sorpresa de encontrar todo apagado. "¿Pasaría algo?" se preguntó la rubia. Estaban en la entrada, pasaban de las diez de la noche, habían tardado un poco en llegar. No había ni un sólo ruido, estaba todo tranquilo, algo raro teniendo en cuenta quienes estaban bajo ese techo. "Seguramente estan dormidos",  se tranquilizó la chica de ojos azules.

-Les gusta dormir temprano -comentó Jake.

-Supongo -respondió la pequeña Birkin -. Ahora ire a darme una ducha, aun tengo lagunas en los zapatos -río.

-¿Puedo hacer algo antes de que te vayas? -preguntó el mercenario planteándose frente a la chica, cerca de ella, estaba un poco nervioso por la osadía que iba a cometer.

-¿Qué es lo que...? -la pregunta quedo en el aire, pues los labios del muchacho estaban sobre los suyos. Abrió los ojos como platos, asimilando lo que pasaba pero, eso se fue a la mierda, se dejo llevar por el momento, le respondió el beso, un beso lento y lleno de sentimiento. Era lo que había esperado durante tanto, de hecho era mejor de lo que había esperado.

-¿¡QUÉ ESTÁN HACIENDO!? -la voz de Leon Scott Kennedy resonó por el lugar y con ello todas las luces se encendieron.

Se separaron al instante, el rostro de Sherry estaba rojo al igual que el de Jake, pero las facciones del muchacho estaban tensas.

-¿Qué no se suponía que estaban dormidos? -susurró el mercenario a la rubia, está sólo se encogió de hombros.

¡Hey Superchica! TE AMO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora