treinta y dos

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Siento que en la mayoría de los fanfics la protagonista es mejor amiga de Allison y yo pensaba hacer lo mismo pero recapacite cuantas veces Allison se puso psicopata on y que siendo Hale no se llevarían bien.

Talia estaba en la puerta de la casa, donde el bus la había dejado, las calles olían a frituras pero no había comprado nada porque primero que todo no hablaba bien el español aún. Talia estando afuera en la entrada estaba muerta de calor, no estaba acostumbrada a el sol y a los más de 20 grados. Ella estaba acostumbrada a el cielo nublado, la noche helada y el aire húmedo de Beacon Hills. La casa no era como la antigua casa de los Hale, era de solo un piso pero era grande, era bastante rústica para ser una casa de ciudad, se notaba un enorme jardín con decoraciones coloridas, habían varios juguetes de niños pequeños tirados en el suelo y dos pelotas de fútbol. Talia sintió pisadas y vio que dos perros enormes, uno negro y el otro castaño salían de más allá del fondo de la casa e iban hacia ella. De no ser por la reja, Talia estaba segura que los perros se le hubieran tirado encima y le hubieran comenzado a morder y despedazar. Los dos perros comenzaron a saltar, ladrando y gruñendo, Talia pudo identificar que el negro se llamaba Toto y el castaño Tequila.
¿Tequila? ¿Es en serio? pensó Talia
—Bueno amo el tequila-murmuró la chica, dio un suspiro y vio a el suelo antes de alzar la mirada a los dos perros, sus ojos ahora amarillos brillantes. Los perros dejaron de ladrar y de saltar, hicieron un sonido de sumisión y Talia abrió la reja que en un principio siempre estuvo abierta. No podía negar que sus piernas le temblaban, los perros la siguieron con la lengua afuera mientras la olían. Cuando llegó a la puerta naranja hizo su mano un puño y lo dejo en el aire, sin tocar la puerta, se quedó pensativa y respiro profundamente antes de golpear la puerta. Se escucharon voces y gritos.

— ¡Josefina! ¡Josefina Rodríguez abre la puerta!

—¡No puedo Mama Lele! ¡Esto es importante!
Talia escuchó unos pasos y vio como una mujer abría la puerta.
No era muy alta, y era más rellenita, el pelo negro era largo y lo tenía amarrado en un pañuelo, traía un vestido negro y un delantal a cuadros naranjos y blancos, sus ojos eran cafés y su piel mucho más morena que la de Talia.

—Uhm...-Talia no sabía qué decir, en todo el viaje estuvo más preocupada en los eventos que habían pasado que en pensar que le diría a el hombre o la mujer que le abriera la puerta.

—¿Margarita?-preguntó la mujer viéndola con los ojos abiertos, parecía como si estuviera viendo un fantasma.

—Uhm...lo siento, no me llamo Margarita, mi padre es...

—Hale-dijo la mujer, luego sus ojos se llenaron de lágrimas y se puso una mano en la boca.

— ¡Si! Hale. Soy Talia Hale y mi madre uh...¿Catrina?

—Oh mija, Margarita era tu madre.

—¿Entonces quien es Catrina?

—Tú.

🍂🍂

— Lo...lo siento, es que todo esto es un poco...abrumador-dijo Talia viendo a toda la familia que la rodeaba.

—Déjame presentarte a la familia mija-dijo la señora, alrededor de Talia una enorme familia la veía con curiosidad- Yo soy Eleonora pero me puedes decir abuelita o Mami Lele- luego señaló a dos chicas rubias que veían a Talia emocionadas- ellas son tus primas, son gemelas; Josefina y Valentina.

—Hola-dijeron las dos al mismo tiempo- ya no somos las únicas rubias en la familia.

—Lo- lo siento. No...no hablo muy bien todavía el español-se excusó Talia avergonzada.

DEMONS /teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora