diecinueve

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—¡Hijo de puta!—escuchó una voz.

—¡Silencio!

—Silencio ni hablar ¿qué diablos están tratando de hacer, matarme? ¡Salgan de aquí los tres!—les gritó el conserje en cuanto salieron de los casilleros.

—Escucha medio segundo ¿Muy bien?—trató de razonar Stiles.

—Nada de "muy bien". Salgan de aquí ahora mismo.—dijo empujándolos.

—Dios ¡solo un segundo para explicar!—le suplicó Talia.

—Cállense y váyanse.— pero al otro segundo algo había arrastrado al hombre, Talia dio un salto y desde afuera veían su silueta y su mano que dejó con sangre la ventana de la puerta con la mancha de su mano y se escuchaban horribles gritos. Talía golpeó el vidrio tratando de ayudar pero Scott y Stiles la tomaron por los brazos y la arrastraron para irse.
Los tres iban corriendo y golpearon la puerta para salir pero esta no cedía:

—¿Que diablos? Es un contenedor de basura—dijo Stiles.

—Lo puso delante de la puerta para bloquearnos aquí adentro—-dijo la chica.

—¡Vamos ayúdame!

—¡Para!

—No voy a morir aquí, no voy a morir en el instituto—se dijo Stiles paranoico.

—No vamos a morir aquí—les dijo Scott

—¡Este es el segundo coqueteo que hago con la muerte!—dijo Talia irónica pero la verdad es que estaba a punto de llorar, no quería ver cómo las personas que más amaba morían de nuevo.

—Talia, esto no va a ser como el incendio—dijo Scott tomándole la mano—.¿de acuerdo? te lo prometo.
Talia asintió, pero Scott sabía que su mejor amiga se sentía igual de mal.

—¿Dios que está haciendo? ¿Qué quiere?—preguntó Stiles desesperado.

—¡A mi! Y posiblemente a Talia—murmuró Scott.

—Los alfas son más fuertes con una manada—declaró Talia.

—Si, genial. Un hombre lobo psicótico al que le va dos chicos lobos adolescente. Es precioso.

Talía y Scott pararon bruscamente y señalaron hacia la ventana, se podía ver una figura negra con dos puntos rojos; sus ojos de Alfa. Los chicos corrieron en cuanto pudieron y escucharon la ventana haciéndose añicos y el hombre lobo entrando, persiguiéndolos muy cerca.
Entraron por una puerta y bajaron más escaleras corriendo.

Se ocultaron detrás de unos viejos casilleros. Se escuchaban los gruñidos y fuertes respiraciones.

—¿Que?

—Vamos.
Se dieron la vuelta.

—Muy bien, tenemos que hacer algo—dijo Stiles.

—¿Como que?—preguntó Scott.

—No lo sé. Matarlo, herirlo, infringir angustia mental en él. Algo. ¡Piensa!

—¡¿Me lo dices a mi?!—dijo Talia al ver los ojos de Stiles que la miraba con insistencia.

—¡Tú eres la chica lobo desde nacimiento!—le reclamo Stiles.

—Bueno, si provienes de una familia de lobos, matar a hombres lobos no es algo que te enseñan!—dijo la chica frustrada.

—Buen punto—balbuceó él—. Muy bien punto.

Stiles sacó sus llaves y las arrojó, tomo a Talía del brazo aún aturdida y la arrojó a un lugar, cerró la puerta.

DEMONS /teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora