Una noche de copas Louis Tomlinson y Harry Styles se conocen, se gustan y acaban en la cama.
Para Harry todo es especial pues es un chico muy enamoradizo aunque no se entrega a cualquiera pero con el ojiazul siente algo mágico.
A la mañana siguient...
Cuándo Harry llegó a la cafetería Louis ya estaba en la puerta esperando, lucía muy apuesto y tan pronto lo vio, su cara reflejó una sonrisa, la cual hizo que el corazón del ojiverde diese una vuelta completa.
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— Hola precioso, qué bien que no me hayas hecho esperar mucho. Estoy muerto de los nervios,... deseaba tener esta cita contigo y que me perdonases, ¿por qué me has perdonado, verdad?—habló atropelladamente el ojiazul atacado de los nervios.
El ojiverde sonrió y asintió.
—Sí, te perdoné Louis...yo también estaba deseando volver a verte. Aunque te dije todas aquellas cosas, nunca he dejado de pensar en ti y estoy muy ilusionado con que hayas recapacitado y estés dispuesto a tener una relación.
—Gracias, Harry.
—So-Solo te pido una cosa....emm... por favor, si no vas a estar al ciento por ciento entregado, dímelo ahora y terminemos esto aquí—habló el ojiverde con sus manos en los bolsillos.
El ojiazul hizo una mueca.
—De eso nada...esto es lo que más deseo en mi vida y jamás lo había pasado tan mal por una persona. Quiero experimentar estar en pareja, quiero descubrir contigo el verdadero amor. La verdad es que ya estoy cansado de dar tumbos y de relaciones que no me llevan a nada. Quiero que me ayudes a aprender a amar, Harry...sé que contigo voy a ser feliz.
El ojiverde no cogía en sí de gusto, jamás pensó que de la boca de Louis podrían salir palabras tan hermosas, aunque en el fondo, aún seguía un poco miedoso de que solo fueran eso, palabras.
Entraron por fin en la cafetería y después de darse un fuerte abrazo y un corto beso que no estuvo mal para empezar, se sentaron en una de las mesas.
El modelo ojiazul hubiese querido besarlo apasionadamente pero tampoco quería qué Harry huyera por ir con prisas, debía tener paciencia o perdería su oportunidad.
Tenía claro además que debía ir con pies de plomo, no podía estropear eso o jamás levantaría cabeza en su vida, ya que estaba claro que sin el ojiverde no podría seguir adelante.
Los dos chicos hicieron su pedido y el camarero se fue, mientras tanto ellos se miraron sonrientes, Louis estaba embobado mirando a Harry, este no dejaba de sonrojarse, se veían muy tierno y aún más hermoso.
El rizado tenía su pelo recogido en un moño, sus ojos verdes eran más brillantes a la luz del día y estaban llenos de ilusión y esperanza.
Louis deseaba probar sus labios de nuevo, volver a acariciarlo y sentir el tacto de su piel, se moría por volver a hacerlo suyo pero aún no era el momento.
—Bueno y cuéntame, ¿cuándo tenéis vuestra próxima actuación?... quiero ir a veros y seguro que los chicos también querrán. Nos habéis conquistado, sois estupendos.
El rizado no paraba de mirar a la mesa avergonzado, mientras el ojiazul no paraba de hablar.
—Me encanta tu voz Hazza, bueno en realidad me encanta todo de ti, para que voy a mentir. Oye pero dime algo—soltó finalmente Louis.
